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jueves, 18 de diciembre de 2014

Perú 4 y final

La otra Lima

A todo el que me preguntaba yo le decía que Perú me encantaba y así solo hacia amigos. En países con gente tan orgullosa de su país como es un buen recurso, pero además, la verdad es que yo en general estaba encantado.
Lima no está hecha para el peatón. Esta ciudad enorme de alrededor de 9 millones de habitantes casi no cabe en un mapa de bolsillo así que no tengo más remedio que contentarme con un mapa de las zonas más turísticas, Miraflores y el centro histórico.
Como ya no tengo quien me guíe echo a andar teniendo siempre el mar como referencia que es la única manera que tengo de no perderme. Echo a andar a veces sin demasiado rumbo sabiendo que para regresar, con tomar un taxi y darle la dirección del hotel, siempre llegaré. Hacerlo al revés podría ser fatal. Así ando desde mi hotel hasta el mar y buena parte del malecón, paseo por Miraflores, voy al centro histórico, como en restaurantes que están en casas coloniales, me asomo a la selva urbana, que está claramente delimitada en el centro histórico por puentes que más que unir separan a las poblaciones por clases.
Lima, centro histórico
Voy a desgana a alguno de los muchos centros comerciales que surgen por la ciudad, los que utilizo como un mal necesario cuando quiero comprar algo. Porque si no, ¿cómo averiguar dónde está la tienda que necesito?. Paseando por el centro histórico me encuentro con un par de  cuadras llenas de tiendas de gafas. Nunca había visto tantas juntas y me pregunto cómo harán para vender con tanta competencia. Nunca he entendido esa costumbre que al parecer viene de antiguo de poner los oficios por barrios.
Voy también al Parque de la Reserva, también llamado parque del agua, que desde Guatemala me habían recomendado y que no me hace ni cosquillas, tanto así que no saco ni una foto. Me encuentro también con María del Mar, con quien trabajé en Ongawa y charlamos un rato mientras cenamos.
Pabellón indígena COP20 oficial

Y voy a algunas actividades públicas de la COP 20 que se celebraba esos días en Lima y que ha resultado, como las 19 anteriores, un fracaso.
Me voy contento de Perú, porque me gustó y tengo ganas de volver. Y me voy contento porque ya voy preparando mi próximo viaje en 2 semanas a Belice y nada más llegar a mi casa, deshago la maleta para ir haciendo otra.





COP20 alternativa













Un nevado camino de la Amazonía

martes, 16 de diciembre de 2014

Perú 3



Al atravesar caminando zonas de selva o al estar en los campos de cultivos, la cantidad de insectos aumenta considerablemente. Al borde del río me picó una especie de avispa en el brazo. La picada me empezó a arder, y me dejó el brazo como con fiebre, ardiendo, hasta que la temperatura fue bajando y despareció a los 2 días.
Ya de regreso a Puerto Bermúdez me pongo de nuevo en camino temprano por la mañana con el mismo busito que a la ida y que esta vez sólo tarda 6 horas para llegar a Pucallpa. Los picores en el cuerpo aparecen cuando ya estoy de vuelta. Son silenciosos, como lo que fuera que me picó, se nota más al amanecer y al anochecer, como si el sol o la luna influyeran en ellos y finalmente, igual como han venido, se acaban yendo.
En Pucallpa leo que a Iquitos se tarda de 4 a 8 días navegando por el río Ucayalli, dependiendo de si es época lluviosa o seca. Si cierro los ojos, lo dejaría todo y me iría, por eso, de momento no me permito cerrarlos.

Dicen de Pucallpa que es la ciudad más nueva del Perú. En algunas cosas se nota como en sus calles anchas, con aceras sin obstáculos y todas con rampas para sillas de ruedas. Desde el primer momento sé que me gusta esta ciudad. Para ello hay una señal inconfundible. Si llego, tiro mis cosas en la cama de la habitación del hotel y me olvido de la cámara y salgo a explorar la ciudad donde estoy, entonces es que me gusta. El único problema es que no suele haber fotos de los primeros momentos.
Como tengo el domingo libre aprovecho la mañana para irme de excursión a la laguna de Yarinacocha. Contrato una lancha para mí solo y me voy con Leo el propietario y su hija a dar una vuelta. Hay varios pájaros de los que sólo identifico una águila (pescadora ?) y Leo me enseña un perezoso perfectamente mimetizado en el árbol donde está durmiendo. Ya regresando al puerto un delfín rosado sale y me enseña el lomo dos veces, que es mejor que nada.
Buscando al perezoso

En Perú hay farmacias en cada esquina y entre las esquinas, o sea en todas partes. Y además siempre están llenas por lo que debe ser un negocio redondo. También hay muchos casinos y lugares con máquinas tragamonedas, todo ello símbolo de la miseria de un país a pesar de la riqueza a veces aparente.
En Pucallpa los mototaxis también son una plaga como en tantos otros lugares. Es la solución fácil que alarga el problema pero que parece resolverlo en el momento. Soluciona el problema de transporte de una ciudad que crece, da empleo a un montón de jóvenes y permite que la gente viaje de puerta a puerta, lo que en estos países gusta mucho. Por el contrario es el sistema más ineficaz de transporte que existe, su consumo energético es enorme comparado con modelos que permitan llevar más pasajeros, su precio relativo es elevado y la contaminación acústica es tremenda. Viendo el plano de la ciudad que es prácticamente cuadriculado, se me ocurría como instalar un sistema de buses que sólo irían en una dirección de forma paralela cada 6 calles por lo que la distancia máxima que una persona debería caminar para tomar el bus sería de 3 cuadras (1 cuadra son 84 m lineales, lo que significa unos 4 minutos a una velocidad promedio de 4 km/hora). Pero no se lo cuento obviamente a ningún mototaxista.

Por la noche quedo a cenar con un arquitecto que he conocido en una visita al jardín botánico. Cuando le pregunto si cree en lo que nos contó el director del jardín sobre algunos de los árboles que vimos me veo confrontado a un mundo de magia y remedios naturales, de árboles guía que te dicen mediante sueños lo que hacer, de plantas milagrosas que todo lo curan, ante lo que no sé qué decir.
A punto ya de abandonar Pucallpa, echo una última mirada al río y vuelve de nuevo a cobrar realidad el sueño de embarcarme en cualquier lugar del Perú para acabar bajando todo el Amazonas, pasando por mi tan soñada Leticia.

Por si no lo habías visto




Continuará ……

martes, 9 de diciembre de 2014

Perú 2

En la comunidad me convierto en el centro. Los niños son los primeros que se atreven a acercarse, luego vienen las mujeres mayores, finalmente los hombres. Cuando paso cerca de las casas oigo las risas y entreveo a las mujeres que me atisban por las rendijas de sus paredes de madera.
Al día siguiente participamos en la asamblea de la comunidad donde me tuve que presentar y me pidieron mi nombre y apellido, lo que para ellos es muy importante. Escuchando la asamblea, en la que mezclaban su idioma con el castellano, me pareció que la población indígena es más abierta que en Guatemala y en todo caso menos violenta.
Los técnicos con los que ando, ambos asháninka, dicen que ellos avisan a la comunidad por radio de que van a llegar y que como sea llegan, porque es la única manera de ganarse la confianza de la gente y que sepan que cuando dicen que van a llegar, así lo hacen. La asamblea de la comunidad discute su plan de trabajo y acuerdan que lo van a dar a las instituciones para que no interfieran en las actividades mensuales que programan para la comunidad. Estos pueblos pertenecen a la comunidad indígena Asháninka, que son la mayoritaria en la Amazonía peruana y que tienen su propio idioma, del mismo nombre.
Al día siguiente, después de recoger muestras de achiote que es a lo que hemos venido, nos trasladamos a otra comunidad, ya en el camino (mejor dicho río) de vuelta, nos avisan de que hay 2 grandes troncos que han quedado atravesados por la crecida producida por la lluvia de la noche y que no hay paso. La asamblea decide mandar una comisión formada por 2 jóvenes con sus hachas para despejar el río. A partir de ahora se llaman “la comisión”.
El primer tramo lo hacemos sin motor, dejándonos arrastrar por la corriente y con los 2 técnicos evitando las piedras y troncos con sus palos de madera, oyendo el rozar del agua con el bote y el canto de los pájaros tras la lluvia. Por el camino encontramos a los de la comisión que vienen nadando, usando unos troncos livianos como balsa.
La comisión
Mientras ellos cortaban el tronco me sentía como un inútil ya que no ayudé porque lo único que podía pasar es que me cayera del tronco al agua, o que me cortara el pie con el hacha filosa y además que hiciera el ridículo por falta de fuerza al tercer hachazo. Ellos en cambio parece que tienen ventosas en los pies, les sobran fuerzas y cada golpe lo dan exactamente en el lugar que han elegido. ¡Yo me consolaba pensando en que alguien tenía que encargarse de hacer las fotos para el blog !! A uno de los jóvenes se le cayó la gorra al río y se perdió con la corriente. Le regalé la mía aunque no sé si fue suficiente compensación por todo el esfuerzo realizado. Por la tarde-noche llegamos a Capelo, la siguiente comunidad donde vamos a recoger achiote. Las muestras que se recogen servirán para analizar el contenido en bixina del fruto. A mayor contenido mayor precio. Se busca tanto el contenido en esta materia activa, como el peso y la producción de los árboles. La combinación de estos factores dará las 2 o 3 especies que son más rentables para plantar, no las 8 o 10 que tienen ahora.
Maíz y achiote
Nos quedamos a dormir en una casa donde me dan una cama y compartimos la habitación con toda la familia. Poco dura mi alegría ya que la cama es de bambú, sólo sirve para estar separada del suelo y no tiene colchón, por lo que es igual de dura que dormir en el suelo.
Cada día por la noche he preguntado a los lugareños si va a llover y mirando la luna me dicen que no. A las pocas horas caen unos chaparrones de miedo con truenos y relámpagos impresionantes. Se ve que la meteorología no es lo suyo.
En las comunidades me preguntaban de donde soy. Cuando les digo que de Barcelona no les sonaba de nada. España tampoco. Eso ya me gustó. De Guatemala les gustaba el nombre, debe ser por su sonoridad y origen indígena, así que lo repetían y con ese nombre se quedaron. Me preguntaron que si en mi país había indígenas como ellos y cuando les dije que en Guatemala si, definitivamente ya les gustó más y repetían el nombre entre ellos. Para comunicarse conmigo usaban su español que es bastante precario. Incluso uno de los técnicos que me acompañan usa la tercera persona del singular cuando se refiere a sí mismo, o sea dice por ejemplo “yo vino para la comunidad ayer”. 
El jefe
Tengo una foto donde el jefe insistió en ponerme la corona con la pluma. Mi cabeza es mayor que la del jefe por lo que la corona me quedaba pequeña así que esa foto me la reservo y sólo la mostraré en presencia de mi abogado.

Continuará…..

viernes, 5 de diciembre de 2014

PERÚ




Amazonía peruana
Me he vuelto a escapar de Guatemala y así me siento, como un fugitivo que saborea cada momento en que se siente libre. Yo también me pregunto por qué alargo la agonía y no hay una sola respuesta, sino toda una serie de circunstancias que espero poder revertir en poco tiempo.
Me he ido al Perú y recién llegado a Lima me encuentro con una antigua amiga que me enseña parte de la ciudad, y hablamos algo de los viejos tiempos y de nuestras vidas, todo como siempre, demasiado rápido.
Al día siguiente empiezo el intercambio con el programa de Co-Gestión en la Amazonía, que es a lo que he venido y viajo en avión a Pucallpa, la entrada a la selva y donde vuelvo a sentir la misma sensación de cuando me ilusionaba viajar. Por la noche me da tiempo a ver el bulevar y el río, inmenso. Al día siguiente, temprano, viajo en un busito donde tras 7 horas llego a Puerto Bermúdez, un pueblo lleno de calor. Tiene una calle principal sin asfaltar y que llama la atención por lo ancha ya que era la pista de aterrizaje de avionetas que traían a turistas hasta que el alcalde decidió hacer las oficinas municipales en la propia pista con lo que se acabaron los vuelos. 
Este pueblo es considerado como el ombligo del Perú, con el respectivo monumento incluido, aunque cuando uno mira el mapa del Perú no queda tan claro como definieron lo del ombligo ni donde está la cabeza y los pies. Por la noche veo pasar un pequeño grupo de personas que se manifiesta a favor de Keiko Fujimori, hija del presidente encarcelado, quien al cabo de unos días vendrá a Puerto Bermúdez y que se presenta como candidata a presidenta del país, al parecer con posibilidades de ganar.
Y al día siguiente de nuevo me pongo en camino con Andrés y Cornelio hacia una de las comunidades Asháninka donde pasaré 3 días. Vamos en bote, río arriba, con el motor a todo lo que da para vencer la corriente ya que el río viene crecido por las lluvias de la noche anterior. Hay un par de rápidos en el recorrido y troncos atravesados que Andrés va sorteando con gran pericia. Una de las demandas de la gente en estas zonas es la de que se hagan carreteras, dicen que para sacar su producción y poderla vender mejor, y aunque en eso tienen razón, también lo es que las carreteras traerán más madereros.
Tardamos 4 horas en llegar a la comunidad de Sardiz, río Nazarategui arriba, ya por la tarde.

No hay energía y hay que alumbrarse con linternas, hay que lavarse en el río, en agua de chocolate, me toca dormir en una colchoneta algo más gruesa que una hoja de papel sobre una tarima de madera, por suerte no hay mosquitos, y cenamos también a la luz de una linterna que se carga con energía solar. Los técnicos cuentan historias de las comunidades a las que han ido, un 10% en castellano y el resto en su idioma asháninka por lo que no me entero de mucho. La radio está todo el rato presente, de fondo, con noticias que mandan familiares desde otras comunidades como único medio de comunicación que tienen ya que aquí no llega la señal de teléfono móvil, también ponen algo de música y hay comunicaciones de las autoridades e instituciones de la zona. En esta comunidad nadie sabe quién es el Barcelona de fútbol lo que me causa una gran alegría. Los indígenas tienen muy mala relación con los números lo que se puede oír cuando hablan de precios o cantidades. Ello ayuda a que hayan sido siempre engañados y lo seguirán siendo mientras no mejore la educación de las nuevas generaciones. Por eso sigue habiendo una cierta desconfianza hacia los blancos y el coordinador del programa me cuenta que también ya entre los líderes indígenas hay unos altos índices de corrupción.

Nuestro bote a la entrada de la comunidad Sardiz

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Lime Caye



El jefe de jefes
Y me volví a escapar a una nueva isla, en Belice y con nombre de fruta, muy pequeña, tanto que para ir a cualquier parte buscas siempre el camino más largo, donde las iguanas son las que mandan cuando no hay nadie, donde las tortugas ya nacen con prisa para escapar de los depredadores que las esperan, donde el agua es transparente como el cielo, donde los cangrejos ermitaños salen a comer las sobras por la noche, donde las langostas enormes se aprietan dentro de pequeñas cuevas en las que ya casi no caben sin conseguir esconder sus antenas que las delatan, donde las barracudas patrullan en formación los alrededores del arrecife y donde un viejo te cuenta historias, que no importa de cuando son, ya que todas son antiguas.











martes, 4 de noviembre de 2014

Livingstone




Y volví a aprovechar que tenía un fin de semana largo para escaparme a Livingstone y a Río Dulce, mis sitios preferidos en Guatemala. Salí un jueves por la tarde pero ya sólo me dio tiempo a llegar a Puerto Barrios donde me quedé a dormir en un hotel enorme de madera, el hotel del Norte, uno de los más antiguos de la ciudad, que da idea del esplendor que tuvo que tener cuando todo esto era propiedad exclusiva de la United Fruit Company.

Niños garífunas en Livingstone

Por la mañana cojo una de las lanchas que van a Livingstone, la ciudad que va perdiendo su identidad garífuna poco a poco, en favor de los ladinos e indígenas que se van asentando en la ciudad. Fui con la esperanza de que hubiera un viaje a los Cayos de Belice, pero no, así que tendré que volver. Que bien ¡!

Mi cabaña en finca Tatin

Al día siguiente quedé en el embarcadero donde viene el bote a recoger a los que van a finca Tatin (www.fincatatin.com), donde ya he ido un par de veces y donde su dueño, Carlos, un italo-argentino, está dispuesto a cada momento a arreglar el mundo contigo. Allí no hago nada, pero me siento en paz conmigo mismo, miro el río, me sumerjo en él, salgo, entro y disfruto de los paisajes y del rancho donde está el restaurante y sus sillas colgantes.

Sombrillas-Paraguas
La cita con la lluvia es por la tarde, y casi siempre hay cita, ya que si no llueve, es que está a punto de llover. El agua mueve a la gente de aquí, sus barcas y su vida. En ella, se bañan, lavan la ropa, navegan y la miran ensimismados. Y en ese rato se vino la lluvia y hay que sacar los paraguas que siempre son grandes, para que quepan varios ya que la gente aquí no anda sola como en mi país, porque al que anda solo se lo lleva el agua.
Los del río, por el que van y vienen sus gentes. Y el río es como una carretera de agua sucia y pestilente de manglares en descomposición, reluciente por la mañana cuando parece de hielo y oscura por la tarde cuando tantas hélices y remos la han manoseado. Por ahí se abre al mundo de agua salpicada de casas y pequeños embarcaderos, muelles que hacen de ombligos de los pueblos, de una maraña de ríos y canales que la selva acaba engullendo al menor descuido.



El aire que viene por la tarde, riza el agua y le da un aire hostil, aunque es el mismo aire que mueve las cometas que han quedado colgadas de los cables de acero que atraviesan la ciudad.

jueves, 9 de octubre de 2014

Mexico lindo (Zri an último)



En San Juan Chamula se habla la lengua Tzotzil y no se puede fotografiar a la gente. Este pueblo es conocido por su sincretismo entre las 2 culturas (la occidental y la maya) y las 2 religiones. Hay una iglesia cuyo techo se cayó y como castigo, la gente del pueblo les cortó los brazos a los santos que estaban dentro por no haber cuidado de la iglesia.


En otra iglesia que visito hay muchos indígenas que hacen sus rezos sentados en el suelo, el cual está  cubierto de agujas de pino para no entrar en contacto con el inframundo. Llevan con ellos el pox, una bebida alcohólica y algunos se caen borrachos al suelo. Con una gallina hacen un ritual que termina cuando le retuercen el pescuezo. Mientras, los turistas damos vueltas alrededor de ellos observándolo todo pero no nos dejan sacar fotos. En este pueblo veneran más a San Juan Bautista que a Cristo, por lo que la imagen del primero está más alta que la del segundo. Por ello, sólo le permiten al curo católico que hay en el pueblo, entrar durante media hora un día a la semana para que bautice a los niños cuyas familias quieren bautizarlos en esta iglesia, y luego se tiene que ir.





Otra excursión que hay que hacer es al cañón del sumidero, donde vemos cocodrilos asoleándose en las riberas de este embalse artificial.
Los últimos días los dejo para pasarlos en San Cristóbal de las Casas, el centro neurálgico y turístico de Chiapas.
Como siempre, acabé cambiando 3 veces de hotel en los 6 días que pasé en la ciudad, siempre yendo a uno mejor y por el mismo precio. Encontré lugar en dormitorios por 4 Euros la noche pero ya no quise bajar tanto el listón pudiendo dormir en una habitación con baño propio por 9 euros.




El último día antes de volver a Guatemala veo en el canal internacional de TVE el programa “El escarabajo verde” que le dedica el programa a El Hierro y me acuerdo de mis amigos y me entra añoranza. El último día voy a ver una representación en el teatro sobre la dinastía de “escudo-jaguar” todo en lengua maya, con subtítulos en castellano e inglés proyectados en los laterales del teatro. Una gozada después de mi exilio cultural en Guastatoya.



Por último, los datos económicos, o sea lo que me he gastado en 17 días viajando y haciendo actividades en México

Total (euros)
Promedio x día
Comida
260
15
Dormir
156
9
Actividades
256
15
Transporte
120
7
Total
792
45

Al comparar la ida en avión de 11 horas (con escala en DF) por 260 euros con la vuelta (o sea Cancún-Guatemala ciudad) en bus, con un total de 36 horas y un precio de 120 euro, se ve que la relación es unas 3 veces más de tiempo aunque el costo fue sólo de 2 veces mayor en el avión.
Y finalmente la onda tropical 29 me lleva de vuelta a Guatemala, acompañándome la lluvia en casi todo el largo viaje desde San Cristóbal de las Casas hasta la ciudad de Guatemala. México ha sido el país 47 que he visitado e isla de Mujeres hace ya la isla número 94.
Y ya estoy planificando mis próximas vacaciones, las de Navidad. Estoy pensando irme a un atolón de Belice durante una semana (21 al 27 de diciembre) y luego seguir viajando algo por el país. ¿Alguien se apunta? http://www.glovers.com.bz/index.html
Mientras vuelvo a mi vida habitual en Guatemala, espero al sábado. Los sábados por la mañana ya he cogido la costumbre de irme a la piscina (en realidad es un parque acuático) a primera hora, ya que debajo del agua es el único lugar donde no se suda en esta ciudad.
Aprovecho que tengo que ir a Guatemala capital el lunes para irme para allá desde el domingo. Me quedo a dormir en la zona 1, cerca del Palacio Nacional y de mi calle preferida, la 6ª Avenida. Esta calle es un tímido intento por parte del alcalde de la ciudad de devolver las calles a los ciudadanos y darles espacios seguros. Esta calle está llena de comercios, de familias paseando tranquilamente con sus hijos, de bares y restaurantes y gente actuando en la calle. Payasos, estatuas vivientes, bailarines, cantantes, entre muchos otros, hacen las delicias de los paseantes. También se encuentra en esta calle el cine Lux, restaurado por la cooperación española y convertido en el Centro Cultural de España. Como pasan una película guatemalteca la voy a a ver a las 5 de la tarde ya que no quiero volver de noche al hotel, dado que he leído en el periódico que han aumentado los robos y asaltos en estas zona ya que los delincuentes esperan que la gente salga de la 6ª Avenida y los atraca en las esquinas de las calles colindantes.

La alegre San Cristóbal de las Casas





sábado, 27 de septiembre de 2014

México lindo (Chaper tu)

Estela maya en Yaxchilan
Mientras los taxistas de Cancún engañan a los turistas diciendo que el bus pasa cada quien sabe cuándo, este viene a los 5 minutos y me deja al rato en la terminal de donde no tardo en salir para la ciudad de Valladolid por una carretera secundaria. Tres horas más tarde llego y me voy a un hostal donde de nuevo, a pesar de que me puedo permitir una habitación por 20 euros, acabo durmiendo en un dormitorio de 9 camas donde sólo pago 7 euros con desayuno incluido.
Aprovecho este viaje para reflexionar sobre cómo puedo seguir rebajando el peso de mi maleta en los viajes, a través de las diversas posiciones/usos que tiene la ropa. Los calcetines tienen 2 posiciones, los pantalones solo 1, por eso se permite llevarlos varias veces, las camisetas y camisas sólo tienen 1 posición, los calzoncillos tienen 4 posiciones siendo los más versátiles. I love the calzoncillos.
Fui a comer a un restaurante chino (me dio añoranza de Asia) y la mujer no hablaba casi nada de español, por no decir nada de nada. Cuando le pregunté qué salsa picaba más, me decía señalando cada una de ellas: pica más, pica más, pica más. Me tocó probarlas todas y averiguarlo por mí mismo.

Calle en Campeche, con el sol de cara como a mi me gusta
A los dos días sigo viaje hacia la ciudad de Campeche, ya en la costa del Pacífico, donde tiro la casa por la ventana y me cojo una habitación para mí sólo con baño por 15 euros la noche. La ciudad de Campeche (la de los campechanos) es muy bonita, con un enorme esfuerzo de restauración en el centro histórico, con bares de mesas y sillas en la calle y una total sensación de seguridad. Nadie va con pistolas por la calle, la gente deja los vehículos aparcados frente a la casa y yo me pregunto qué hago yo en Guatemala. Para contrarrestar, cuando llego al hotel veo a 2 turistas firmando unos documentos delante de 2 mexicanos y pienso o que han comprado una casa o que les han robado. Era lo último y al parecer les han robado la maleta en el hotel donde yo me alojo. Decido quedarme una noche más porque los ladrones nunca vuelven al mismo lugar del crimen (esto es producto de las novelas de detectives que he leído).
México, tiene 112 millones de habitantes y 1,9 millones de km2 (2,5 y 4 veces respectivamente la población y superficie de España) así que no se puede esperar que en 2 semanas de vacaciones pueda decir que conozco México. Pero todo y así lo intento y sigo viajando.
Con Gustavo, mi amigo pirata, hablando de barcos y capitanes
Me voy a la ciudad de Palenque famosa por sus ruinas mayas y esto ya es Chiapas.  Paso con lluvia casi todo el viaje en bus y es que llegué a México con la onda tropical 26 y esta ya es la 27 que me va llevando poco a poco de regreso a Guatemala.
En Palenque me quedo en El Panchán, un conglomerado de cabañas en la selva, justo a la entrada de las ruinas, que es tal como me lo había imaginado y me encanta, aunque siga lloviendo. Las cabañas son baratas (8 euros), individual y con baño. Es sábado y está lleno de mexicanos. Voy al pueblo y veo caminando por la calle a muchos/as gordos/as, de los que salen en la tele de comer tantas hamburguesas y beber coca cola. El sueño americano. Tantas veces que me han dicho en alguno de los países en que he trabajado que ellos tienen ciertas costumbres que no pueden cambiar mientras todos adoptan alegremente estas costumbres del norte que les cambian su alimentación y hasta la forma de vida.

Estando aquí como turista uno no se imagina a tantos mexicanos cruzando hacia los EEUU para ganarse allá la vida. Luego cuando ves que aquí el salario mínimo diario es de 3 euros, lo entiendes mejor. Y así, incluso en los sitios turísticos, los bares, restaurantes y hoteles están llenos de letreros buscando empleados.

Edificio semiderruido en Bonampak. Los hoyos en la parte superior son para hacer cálculos astronómicos con los rayos del sol que pasan por ellos
Desde el Panchán puedo ir hasta la ruinas caminando y a medio camino he visto un sendero por el que me he metido. No había nadie y transcurría por la selva. Oía los pájaros a los que no podía ver y a lo lejos los monos aulladores (saraguatos) también dejaban oír sus gritos. Entreví un animal como un roedor grande de la selva (cuy o similar) y al final vi una ardilla y la verdad que venir a la selva para ver una ardilla no tiene gracia. Empapado por el sudor y la humedad del bosque salí de nuevo al camino para recorrer las ruinas del mundo maya.

Desde Palenque organizan todo tipo de tours y uno era a Yaxchilan (lugar de piedras verdes), otro antiguo asentamiento maya que está al borde del río Usumacinta, que hace frontera con Guatemala.
Entrada a la ciudad fortificada de Yaxchilan (también llamada la entrada al inframundo)
Por el camino pasamos por pueblos con letreros de pertenencia al EZLN, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, de los que el 1 de enero próximo se van a cumplir 21 años de cuando hicieron su entrada en San Cristóbal de las Casas. Cando llegamos al río nos embarcamos y navegamos media hora hasta llegar a las ruinas. Me recuerdan a menor escala las de Angkor Wat, con los árboles de la selva adueñándose de las construcciones. Debido a su aislamiento hay elementos mejor conservados, después de 1.200 años, que en otros lugares. Pero me distraen varios grupos de monos aulladores y monos arañas haciendo sus piruetas en el bosque que vemos a lo largo de toda nuestra estancia en este lugar.

Mono araña
Finalmente regresamos y vamos a Bonampak, un poblado de la etnia Lacandona, los que se distinguen por vestir una túnica blanca y llevar el pelo suelto y largo.  Ellos se definen como los hombres verdaderos ya que dicen que Dios después de hacer varios intentos fallidos los creó a ellos. Adoran una estatua maya que está en Bonampak a la que unos leñadores le quitaron la cabeza para ver si había un tesoro dentro. Ahora, el busto y la cabeza en piedra en tamaño natural se pueden observar una al lado de la otra y los Lacandones no dejan que se restaure ya que dicen que si se volviera a poner la cabeza sobre el busto la tierra y el cielo se separarían. ¿Va a ser eso el cambio climático?

Pinturas en Bonampak, bien conservadas (aunque con procesos de restauración) después de más de 1200 años !! 

Entre los que íbamos en el busito al tour yo era el único que podía hablar en todos los idiomas de los que iban y sólo me faltaba un catalán para agotar todo mi repertorio.


Ruinas en Yaxchilan

martes, 23 de septiembre de 2014

México lindo (Chapter Uan)



Las vacaciones son la ventana que me permite escapar de mi día a día en Guatemala, por eso las intento estirar tanto cuanto puedo, juntando días festivos con flexidías. Por ahora ya he agotado las que me tocaban por mi primer año de trabajo. A partir de la semana que viene empieza a contar el nuevo año, dos días y medio por cada mes trabajado. 

En esta ocasión he escogido la península de Yucatán en México, un territorio que me parece accesible para el tiempo que tengo, volando a Cancún y regresando por tierra por el interior a Guatemala. Al aeropuerto de Cancún me viene a buscar Sandra, una mejicana que conocí en un curso de la GIZ hace unos meses. Me da un paseo turístico por la zona de hoteles del que quedo horrorizado y me lleva a Puerto Juárez, de donde salen los ferrys hacia isla de mujeres, mi primer destino. Después de darle un par de consejos de como presentar proyectos a la GIZ a cambio de su amabilidad, ya que ella trabaja para el gobierno mexicano en un espacio natural protegido, me voy a la isla y constato que el nombre no tiene nada que ver con la realidad, lo que era de esperar ya que estando tan cerca de Cancún (media hora en barco) no es el paraíso que yo había imaginado (como diría mi madre, como más grande más tonto) y además está anunciada la llegada de la tormenta tropical 26 que por la noche descarga su primera andanada y que obliga a cerrar el puerto por lo que mis planes de hacer snorkel o ir a bucear se van al carajo. Duermo la primera noche abrazado a mis gafas y tubo.
Cada minuto que paso en isla de mujeres más encuentro a faltar Corn Island o las islas de Indonesia donde compartía los peces y el mar con sólo un par de turistas más. Llovió toda la noche y seguía por la mañana. Mientras las gotas caían yo pensaba, me voy, me quedo, me voy, me quedo, para que, adonde voy, para qué, adonde…… Finalmente me quedé y entonces salió el sol y me bañé en el mar. Me quedaba en el hostal Poc Na, durmiendo en un dormitorio de 4 camas con 2 gringos. Este hostal tiene un frente de playa increíble con palmeras, arena y hamacas. Con sol es un lugar para morirse y por 10 euros la noche hay pocos lugares en la isla que le hagan competencia. Me he puesto un límite de 60 euros a gastar por día, el doble de los ilusorios 30 euros que me propuse en mis anteriores viajes, pero cuesta salirse de su propia piel y a cada rato me descubro intentando ahorrar en cualquier cosa.


A pesar de todo me costó finalmente desprenderme del abrazo de isla de mujeres y de la playa del hostel. El último día fue perfecto, después de 2 inmersiones por la tarde viendo barracudas y tortugas, por la noche, Pedro, el dive master, se convirtió en el Piraña, quien con su grupo “el Piraña y su jarana” tocó canciones de rock y pop en español, recuperando textos antiguos mezclándolos con ritmos modernos y textos reivindicativos. Como cantaba en español canciones que nadie conocía, a pesar de que tenía una versión de la Bamba recuperada de sus orígenes, chulísima, sólo nos quedamos escuchándolo los latinos.

Abandoné la isla con el mar en calma y de un azul turquesa que dolía y seguía pensando que debe haber rincones increíbles en esta costa, alejada de los turistas, y luego vino el "me quedo, me voy, a donde voy, me quedo, no me voy……."

Sorry, pero estaba tan emocionado los primeros días que se me olvidó hacer fotos y además no se porque me salen las fotos al revés .... en el siguiente capítulo habrá mas imágenes y espero que del derecho