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sábado, 27 de septiembre de 2014

México lindo (Chaper tu)

Estela maya en Yaxchilan
Mientras los taxistas de Cancún engañan a los turistas diciendo que el bus pasa cada quien sabe cuándo, este viene a los 5 minutos y me deja al rato en la terminal de donde no tardo en salir para la ciudad de Valladolid por una carretera secundaria. Tres horas más tarde llego y me voy a un hostal donde de nuevo, a pesar de que me puedo permitir una habitación por 20 euros, acabo durmiendo en un dormitorio de 9 camas donde sólo pago 7 euros con desayuno incluido.
Aprovecho este viaje para reflexionar sobre cómo puedo seguir rebajando el peso de mi maleta en los viajes, a través de las diversas posiciones/usos que tiene la ropa. Los calcetines tienen 2 posiciones, los pantalones solo 1, por eso se permite llevarlos varias veces, las camisetas y camisas sólo tienen 1 posición, los calzoncillos tienen 4 posiciones siendo los más versátiles. I love the calzoncillos.
Fui a comer a un restaurante chino (me dio añoranza de Asia) y la mujer no hablaba casi nada de español, por no decir nada de nada. Cuando le pregunté qué salsa picaba más, me decía señalando cada una de ellas: pica más, pica más, pica más. Me tocó probarlas todas y averiguarlo por mí mismo.

Calle en Campeche, con el sol de cara como a mi me gusta
A los dos días sigo viaje hacia la ciudad de Campeche, ya en la costa del Pacífico, donde tiro la casa por la ventana y me cojo una habitación para mí sólo con baño por 15 euros la noche. La ciudad de Campeche (la de los campechanos) es muy bonita, con un enorme esfuerzo de restauración en el centro histórico, con bares de mesas y sillas en la calle y una total sensación de seguridad. Nadie va con pistolas por la calle, la gente deja los vehículos aparcados frente a la casa y yo me pregunto qué hago yo en Guatemala. Para contrarrestar, cuando llego al hotel veo a 2 turistas firmando unos documentos delante de 2 mexicanos y pienso o que han comprado una casa o que les han robado. Era lo último y al parecer les han robado la maleta en el hotel donde yo me alojo. Decido quedarme una noche más porque los ladrones nunca vuelven al mismo lugar del crimen (esto es producto de las novelas de detectives que he leído).
México, tiene 112 millones de habitantes y 1,9 millones de km2 (2,5 y 4 veces respectivamente la población y superficie de España) así que no se puede esperar que en 2 semanas de vacaciones pueda decir que conozco México. Pero todo y así lo intento y sigo viajando.
Con Gustavo, mi amigo pirata, hablando de barcos y capitanes
Me voy a la ciudad de Palenque famosa por sus ruinas mayas y esto ya es Chiapas.  Paso con lluvia casi todo el viaje en bus y es que llegué a México con la onda tropical 26 y esta ya es la 27 que me va llevando poco a poco de regreso a Guatemala.
En Palenque me quedo en El Panchán, un conglomerado de cabañas en la selva, justo a la entrada de las ruinas, que es tal como me lo había imaginado y me encanta, aunque siga lloviendo. Las cabañas son baratas (8 euros), individual y con baño. Es sábado y está lleno de mexicanos. Voy al pueblo y veo caminando por la calle a muchos/as gordos/as, de los que salen en la tele de comer tantas hamburguesas y beber coca cola. El sueño americano. Tantas veces que me han dicho en alguno de los países en que he trabajado que ellos tienen ciertas costumbres que no pueden cambiar mientras todos adoptan alegremente estas costumbres del norte que les cambian su alimentación y hasta la forma de vida.

Estando aquí como turista uno no se imagina a tantos mexicanos cruzando hacia los EEUU para ganarse allá la vida. Luego cuando ves que aquí el salario mínimo diario es de 3 euros, lo entiendes mejor. Y así, incluso en los sitios turísticos, los bares, restaurantes y hoteles están llenos de letreros buscando empleados.

Edificio semiderruido en Bonampak. Los hoyos en la parte superior son para hacer cálculos astronómicos con los rayos del sol que pasan por ellos
Desde el Panchán puedo ir hasta la ruinas caminando y a medio camino he visto un sendero por el que me he metido. No había nadie y transcurría por la selva. Oía los pájaros a los que no podía ver y a lo lejos los monos aulladores (saraguatos) también dejaban oír sus gritos. Entreví un animal como un roedor grande de la selva (cuy o similar) y al final vi una ardilla y la verdad que venir a la selva para ver una ardilla no tiene gracia. Empapado por el sudor y la humedad del bosque salí de nuevo al camino para recorrer las ruinas del mundo maya.

Desde Palenque organizan todo tipo de tours y uno era a Yaxchilan (lugar de piedras verdes), otro antiguo asentamiento maya que está al borde del río Usumacinta, que hace frontera con Guatemala.
Entrada a la ciudad fortificada de Yaxchilan (también llamada la entrada al inframundo)
Por el camino pasamos por pueblos con letreros de pertenencia al EZLN, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, de los que el 1 de enero próximo se van a cumplir 21 años de cuando hicieron su entrada en San Cristóbal de las Casas. Cando llegamos al río nos embarcamos y navegamos media hora hasta llegar a las ruinas. Me recuerdan a menor escala las de Angkor Wat, con los árboles de la selva adueñándose de las construcciones. Debido a su aislamiento hay elementos mejor conservados, después de 1.200 años, que en otros lugares. Pero me distraen varios grupos de monos aulladores y monos arañas haciendo sus piruetas en el bosque que vemos a lo largo de toda nuestra estancia en este lugar.

Mono araña
Finalmente regresamos y vamos a Bonampak, un poblado de la etnia Lacandona, los que se distinguen por vestir una túnica blanca y llevar el pelo suelto y largo.  Ellos se definen como los hombres verdaderos ya que dicen que Dios después de hacer varios intentos fallidos los creó a ellos. Adoran una estatua maya que está en Bonampak a la que unos leñadores le quitaron la cabeza para ver si había un tesoro dentro. Ahora, el busto y la cabeza en piedra en tamaño natural se pueden observar una al lado de la otra y los Lacandones no dejan que se restaure ya que dicen que si se volviera a poner la cabeza sobre el busto la tierra y el cielo se separarían. ¿Va a ser eso el cambio climático?

Pinturas en Bonampak, bien conservadas (aunque con procesos de restauración) después de más de 1200 años !! 

Entre los que íbamos en el busito al tour yo era el único que podía hablar en todos los idiomas de los que iban y sólo me faltaba un catalán para agotar todo mi repertorio.


Ruinas en Yaxchilan

martes, 23 de septiembre de 2014

México lindo (Chapter Uan)



Las vacaciones son la ventana que me permite escapar de mi día a día en Guatemala, por eso las intento estirar tanto cuanto puedo, juntando días festivos con flexidías. Por ahora ya he agotado las que me tocaban por mi primer año de trabajo. A partir de la semana que viene empieza a contar el nuevo año, dos días y medio por cada mes trabajado. 

En esta ocasión he escogido la península de Yucatán en México, un territorio que me parece accesible para el tiempo que tengo, volando a Cancún y regresando por tierra por el interior a Guatemala. Al aeropuerto de Cancún me viene a buscar Sandra, una mejicana que conocí en un curso de la GIZ hace unos meses. Me da un paseo turístico por la zona de hoteles del que quedo horrorizado y me lleva a Puerto Juárez, de donde salen los ferrys hacia isla de mujeres, mi primer destino. Después de darle un par de consejos de como presentar proyectos a la GIZ a cambio de su amabilidad, ya que ella trabaja para el gobierno mexicano en un espacio natural protegido, me voy a la isla y constato que el nombre no tiene nada que ver con la realidad, lo que era de esperar ya que estando tan cerca de Cancún (media hora en barco) no es el paraíso que yo había imaginado (como diría mi madre, como más grande más tonto) y además está anunciada la llegada de la tormenta tropical 26 que por la noche descarga su primera andanada y que obliga a cerrar el puerto por lo que mis planes de hacer snorkel o ir a bucear se van al carajo. Duermo la primera noche abrazado a mis gafas y tubo.
Cada minuto que paso en isla de mujeres más encuentro a faltar Corn Island o las islas de Indonesia donde compartía los peces y el mar con sólo un par de turistas más. Llovió toda la noche y seguía por la mañana. Mientras las gotas caían yo pensaba, me voy, me quedo, me voy, me quedo, para que, adonde voy, para qué, adonde…… Finalmente me quedé y entonces salió el sol y me bañé en el mar. Me quedaba en el hostal Poc Na, durmiendo en un dormitorio de 4 camas con 2 gringos. Este hostal tiene un frente de playa increíble con palmeras, arena y hamacas. Con sol es un lugar para morirse y por 10 euros la noche hay pocos lugares en la isla que le hagan competencia. Me he puesto un límite de 60 euros a gastar por día, el doble de los ilusorios 30 euros que me propuse en mis anteriores viajes, pero cuesta salirse de su propia piel y a cada rato me descubro intentando ahorrar en cualquier cosa.


A pesar de todo me costó finalmente desprenderme del abrazo de isla de mujeres y de la playa del hostel. El último día fue perfecto, después de 2 inmersiones por la tarde viendo barracudas y tortugas, por la noche, Pedro, el dive master, se convirtió en el Piraña, quien con su grupo “el Piraña y su jarana” tocó canciones de rock y pop en español, recuperando textos antiguos mezclándolos con ritmos modernos y textos reivindicativos. Como cantaba en español canciones que nadie conocía, a pesar de que tenía una versión de la Bamba recuperada de sus orígenes, chulísima, sólo nos quedamos escuchándolo los latinos.

Abandoné la isla con el mar en calma y de un azul turquesa que dolía y seguía pensando que debe haber rincones increíbles en esta costa, alejada de los turistas, y luego vino el "me quedo, me voy, a donde voy, me quedo, no me voy……."

Sorry, pero estaba tan emocionado los primeros días que se me olvidó hacer fotos y además no se porque me salen las fotos al revés .... en el siguiente capítulo habrá mas imágenes y espero que del derecho