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lunes, 13 de febrero de 2017

Ratanakiri, Mondulkiri .....




Serie fotos. Autora R. Cebrián.

En los últimos meses he podido ir a algunos lugares de Camboya, todos amenazados por una u otra razón, como las concesiones de tierras a grandes multinacionales que esquilman los bosques plantando caucho o teca o por pequeños agricultores que se asientan en tierras vírgenes y aprovechan la fertilidad del suelo de los primeros años para obtener algunas buenas cosechas hasta que la erosión les obligue a seguir buscando nuevas tierras. Algunas pequeñas iniciativas de grupos indígenas intentan mantener su tipo de vida ancestral, financiándose con visitas turísticas a sus zonas y donde se puede interactuar con los elefantes, los que son el centro de su cultura. 


Al dar de comer a los elefantes la guía nos decía que hay que tener cuidado ya que sin querer te pueden romper un brazo.


En Mondulkiri estaba este impresionante ejemplar de búfalo de agua, que sin querer, quien sabe lo que te puede hacer.




En Kratie, al borde del majestuoso Mekong, cerca de donde viven los últimos delfines de agua dulce, de los que todavía pudimos ver algunos, hay pueblos flotantes que viven de la pesca en el río y de la agricultura en las riberas. Una presa en construcción en el Mekong, que garantizará la electricidad para la creciente población camboyana, cambiará el flujo actual de agua y posiblemente acabará con la posibilidad de supervivencia de los alrededor de 80 delfines que todavía viven en el río. 


De los pescados y demás bichos, los hay para todos los gustos



Y de verdura. La compra, como todas las otras actividades, también se hace en moto, sin bajarse de ella 



En el impresionante lago Tonle Sap fui con un amigo a ver el pueblo que vive a 10 metros de altura sobre el nivel del agua, que es el nivel que alcanza el lago en épocas de lluvia. Este lago, que ha alimentado durante años a la mitad de los camboyanos, también está al borde del colapso por la sobreexplotación de pesca además de todas las porquerías, desde cualquier cantidad de plásticos a residuos químicos agrícolas, que desde todos los lados van a parar a él.