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jueves, 23 de noviembre de 2017

RAJA AMPAT (4 reyes) - INDONESIA

Wayag
Vuelvo a algunos sitios en los que ya estuve en abril de este año, y me encanta recorrer los lugares ya conocidos, con el sudor corriendo desbocado por la espalda, volver a comer en el mismo puesto callejero de entonces, con la boca quemándote por el sambal, la salsa picante que le ponen a todo, pero a la que no me puedo resistir.
Por fin, me embarco en el barco de Deni, el Adventurer (ver en Facebook: Deni rajaampat), somos 7 turistas y 5 de tripulación. Serán 10 días de islas y agua, de bucear y sumergirte en aguas cristalinas, de vivir en acuario perpetuo, sin más que hacer mirar el mar, regurgitar el pasado y escupir el futuro (en realidad escribí en mi cuaderno ”repasar el pasando y dibujar el futuro” pero no hay que pensar que al final escribo lo que primero que pienso, ).

Barco Adventurer
A lo largo del viaje los delfines se cruzan varias veces con nosotros, a su antojo, jugando a veces con el barco, alejándose cuando intento nadar entre ellos. Entre Waisai y Gam, en lo que llaman el pasaje, la corriente arrastra a parte de nuestro grupo y el bote tiene que ir a rescatarlos. Nuestra secuencia de dormir – comer – nadar – comer – nadar – dormir no se interrumpe ningún día.
A pesar de que cada noche dormimos al lado de una isla diferente, siempre lo hacemos en el barco. Reunido con el consejo de administración del club “100 islas plus” decidimos que el barco no cuenta como isla, así que me quedo con el mismo número que tenía.
Aunque en nuestro viaje pasamos 2 veces la línea del ecuador y nos bañamos en un sitio donde ésta está marcada, no noto la diferencia entre el sur y el norte. Cerca de ahí paramos en una isla donde acaban de tirar restos de pescado al mar y mientras nado cerca de la orilla 5 tiburones black tip van dando vueltas alrededor mío esperando algo más.

Islas del Ecuador
En Wayag, el sitio álgido de nuestro viaje donde todos quieren ir, tras una pequeña escalada podemos ver las vistas que han hecho famoso este lugar. Lo mejor es que pasamos ahí casi 2 días sin cruzarnos más que con 2 barcos y disfrutamos de la magia del lugar.
El viaje para mí ha sido un refresco del francés ya que durante todas mis vacaciones me cruzaré todo el tiempo con franceses que hablan un pésimo inglés, así que aprovecho para practicar y a veces traducirle en este viaje a los holandeses que no hablan francés. Para rematar todos los libros que leo son en alemán por lo que el lio idiomático es tremendo.


En el barco no hay internet, no funcionan los teléfonos, no hay hora, tele, sin zapatos, sin máquina de afeitar…
Pianemo es otro de los lugares espectaculares que tenía pendiente de la otra vez y cerca de allí nadamos en Melissa’s Garden (en honor a la mujer de Max Aubert). Los corales y los grandes peces, tiburones incluidos, son impresionantes.

Pianemo
Un día mirando por la borda vi un pez grande que estaba a la popa del barco, pendiente de lo que salía del baño. El reciclaje parecía perfecto si no fuera porque los tripulantes del barco se dedicaban a pescar en los ratos libres y después comíamos lo que habían obtenido.
El último día, sería por la tristeza de irnos, me despisto al bajar las escaleras del barco, resbalo y lo hago pegando con mis costillas sobre cada escalón hasta el último. Aunque no me rompo nada, el dolor me acompañará todo el tiempo (fíjate que ahora al recordarlo me vuelve a doler). En el barco, en realidad lo que más me dolió en el primer momento fue el amor propio.

Los lugareños se desplazan en botes bastante precarios

Y sus casas también parecen bastante precarias


Y en mi despedida el cielo se incendió