Cuando vas
a un país diferente siempre hay cosas que te llaman especialmente la atención. Una
de éstas para mí fue observar como en cuanto caen unas pocas gotas, aunque sea
una fina llovizna, todos los/as filipinos/as enseguida se cubren la cabeza con
lo que tengan a mano, una libreta, un periódico, el bolso, una chaqueta,
cualquier cosa vale, pero el producto estrella, aparte del paraguas claro, es
una toalla. Ésta, de unos 30 x 30 cm aproximadamente yo ya la había venido
observando, ya que tiene muchas más utilidades. Cuando hace mucho calor, se la
ponen en el cuello o dentro de la camisa o camiseta a lo largo de la espalda.
Si están sudando la usan para secarse el sudor y si hace mucho calor también se
la ponen encima de la cabeza, simplemente apoyada encima o a veces poniéndose
los bordes detrás de las orejas o haciéndose un pequeño anudado en las 4
esquinas al estilo del pañuelo baturrico. Finalmente he podido averiguar que la
toalla tiene una función preventiva ya que al parecer, cuando hace calor y se
te moja el pelo por la lluvia, al día siguiente caerás enfermo, al igual que si
sudas la camiseta y no te pones la toalla entre ésta y la espalda, también te
pones enfermo. Cuando intentas explicarles que esto son creencias que no tienen
un fundamento científico te miran con pena, al igual que en Nicaragua,
pensando, pobre, como no sabe, cualquier día de éstos le va a dar una artritis
que no se podrá mover.
Y hablando
de los paraguas, éstos también son una preocupación para mí. Cuando camino por
la calle, aunque haga un sol resplandeciente, muchas mujeres van con su
paraguas literalmente pegado a la cabeza para que su sombra abarque el máximo
de su cuerpo y ningún rayo de luz logre llegar a su piel, que de todas formas
es morena. El problema es que el tamaño de estas mujeres y el mío hace que los
hierros de las varillas estén exactamente a la altura de mis ojos por lo que
tengo que andar con cuatro ojos, por si pierdo mis dos.
Y también
me he permitido inventarme un par de datos sobre los triciclos en este país. Si
en Filipinas hay unos 100 millones de habitantes y hay aproximadamente 1
triciclo por cada 100 habitantes, pues fácilmente salen que son 1 millón de
triciclos. Se dice rápido, 1 millón de motos con un cubículo con ruedas al lado
en la que he llegado a contar hasta 12 estudiantes montados. El trayecto mínimo
es de 15 céntimos de euro y la gente paga esto tanto por recorrer 100 metros
como 4 kilómetros, porque andando, antes
muertos. Por un lado le cuento al/la filipino/a que me quiera escuchar que
gastar 15 céntimos de euro por 100 metros es muy caro y que si lo hacen 4 veces
al día, lo cual suele ser normal, gastan al mes 12 euros, lo que representa el
10% de un salario bajo y el 5% de un salario medio. ¡Pero ellos no hacen estas
cuentas sino que dicen que 15 céntimos es barato !
Además
también les digo que si este millón de conductores de triciclos se dedicaran a
trabajar en algo productivo, como por ejemplo producir arroz, seguramente el
país dejaría de importar este producto (aunque parece que hay planes para
conseguirlo pronto) y además toda esta gente pasaría al sector productivo
saliendo del de servicios. Por cierto, cada filipino come al día medio kilo de
arroz, sin pestañear y algunos, por lo que he podido ver incluso más. Así que
éstas son mis batallitas aquí en mis ratos libres.
Cooperación ATASCO-OP
Al final me he decidido a abrir otro blog, sólo para
cooperación con este título: http://atascoop.wordpress.com/
Así que mantendré este de COSER para las chorradas del día a
día y el otro para intentar sacar mis inquietudes sobre cooperación. En la
primera entrega hubo 2 comentarios que por esta vez contesto aquí:
Como siempre, Edita Olaizola, a quien tuve la suerte de
conocer y compartir muchos ratos con ella hablando de trabajo y de los
”minisuper” en Nicaragua, sigue dando ideas y dice que ¿Por qué no incluir en el proyecto la figura de una persona experta en
motivar, coordinar y alinear equipos con los objetivos del proyecto?.
Pues sí, en Nicaragua lo intentamos pero no siempre lo
conseguíamos. Y quizás es porque no éramos profesionales de este campo y lo que
peor se nos daba era lo de motivar, que tan necesario es.
Y Lydia Artega, vecina en Managua y que más tarde me acogió
una semana en su casa en Manila dice que lo
que habría que hacer con el título es un resumen y palabras clave, como en los
artículos científicos. Y el título corto y al grano. Pues me gusta la idea,
sobre todo lo de las palabras clave. También decía que porque no escribía sobre
Proyectos y actividades regionales con sentido. Ya le dije que lo sentía pero
que no tenía mucha experiencia en este tipo de proyectos y que al igual que los
títulos, me parece que sirven para vender una idea pero que la realidad
sobrepasa en mucho las capacidades de las ONG y sólo hace falta ver el
despelote de la Unión Europea para ver que estas ideas regionales no son nada
fáciles.
Mi próximo blog de cooperación será sobre fondos revolventes,
espero que esta semana …….