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martes, 19 de febrero de 2013

ATASCO


Tenía 2 títulos para este nuevo blog sobre cooperación. Uno era aprovechando el nombre que tenía de Coser (es mi manía del ahorro) pero cambiando el significado de las siglas por COoperación Sin Excesivos Recursos (COSER). Luego se me ocurrió otro que era Algunas Tímidas Anotaciones Sobre COoperación (ATASCO) que es el que voy a usar, ya que en un sondeo que hice sólo una persona me dijo que era el que más le gustaba, asi que queda elegido por mayoría absoluta con mi voto de calidad adicional.

Típica plantación de arroz y cocos cerca de Zamboanga,
Mindanao, donde la gente todavía habla un castellano antiguo, llamado chabacano,



Es un poco atrevido hacer esta página cuando en realidad no tengo tanta experiencia en cooperación, de ahí también la timidez del título. Así que lo que pretendo es contar mis experiencias, las positivas, que también las hay y las negativas que te vas encontrando a lo largo del trabajo en cooperación. No será un blog con tanta sustancia como otros que se encuentran en la red, como el de Gabriel Pons, con quien coincidí un tiempo trabajando en Ingeniería Sin Fronteras-Asociación para el Desarrollo y quien es un intelectual de la cooperación con muchos años de experiencia. Su blog es lasdanaides.wordpress.com/ y quizás es el que deberíais realmente leer.

Desde el título hasta los últimos detalles
Cuando se identifica un proyecto de cooperación normalmente se tiene claro lo que se quiere conseguir (o no). Pero en caso de que sí, hay que darle contenido y al final se hace uso del marketing casero a la búsqueda de un “título” que ayude a que un proyecto venda, o sea que sea financiado por alguno de los organismos donantes. A lo largo de los años he visto desfilar muchísimos títulos de proyectos, con algunos nombres como “integral”, la palabra clave en los 80 y que como la moda volvió a estar de actualidad al cabo de algunos años o los más recientes “género” o ”cambio climático”. Estas palabras claves, por tonto que parezca, ayudan y mucho a que un proyecto sea aprobado o no, ya que muchos de los que tienen la última palabra en las altas esferas del correspondiente ministerio de cooperación o grandes organizaciones donantes muchas veces sólo leen el título o bien están interesados en una línea concreta de proyectos, en la línea de la palabra clave, para justificarlo dentro de su política de cooperación.

Una vez aprobado el proyecto casi todo el mundo se olvida del título y se le busca un acrónimo que simplifique el referirse al proyecto así como para facilitar que quepa en las facturas que se expiden y que deben llevar el título del proyecto. Así un “Programa para el fortalecimiento y acompañamiento de las capacidades intrínsecas a la cultura indígena de la zona baja de la cuenca del río Pallá, con especial énfasis en la igualdad de género y las actividades productivas y de comercialización” se convierte una vez iniciado en  “El Programa”. Como se ve el título quiere reflejar que se va a potenciar las capacidades de los indígenas, que habitan una cuenca hidrográfica por lo que habrá que tener este factor en cuenta, se pondrá especial atención a las mujeres, y se velará porque la producción agrícola que tengan pueda ser comercializada. Como el trabajo está dividido por componentes, con sus correspondientes especialistas en cada uno, se contará por ejemplo con un experto en sociología indígena, un experto en agricultura, otro experto en marketing, otro de género, siendo cada uno responsable de uno de los apartados que se pusieron en el título. Al estar cada experto inmerso en su expertise, suelen olvidarse de integrarlas con las demás.

Una propuesta sería hacer títulos menos largos y que no intenten reflejar todo el proyecto pero en cambio tener previsto desde el principio la integración de todos los componentes y cómo hacerlo en la práctica. Si tienes alguna otra idea quizás la puedas compartir ¡!