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jueves, 21 de febrero de 2019

KPALIME




Mi primera impresión de Kpalime es que es una ciudad desordenada, sucia, que se extiende a lo largo de la carretera principal, con calles de tierra a los lados por las que es difícil transitar. Hay algunos edificios coloniales (pocos), una catedral como edificio más grande de la ciudad, muchos hoteles, algunos con piscina así como hoteluchos y albergues y un mercado que se extiende por varias calles, como los tentáculos de un pulpo. Mi primera impresión es que esta ciudad me gusta entre muy poco y nada. Después de esto, creo que las cosas sólo pueden ir a mejor.

A pesar de que Kpalime es conocido por su clima fresco, al mediodía se llega fácilmente a los 38º, así que lo primero que hago para subirme la moral es comprarme en el mercado una bicicleta de 5ª o 6ª mano que no se lo que aguantará, pero que me permite explorar la ciudad sin tener que ir a pie o en las motos taxis.

Foto bicicleta después de una excursión a una de las varias cascadas que hay en la zona (al regreso tuve mi primer pinchazo 

Como segunda medida, me busco un hotel que tenga piscina y encuentro el Geyser, que no es nada del otro mundo pero donde la piscina da el punto plus que hace que me olvide de las otras penas. Cada mañana me levanto a las 6 y me doy mi primer baño para empezar bien el día y cuando llego por la tarde me doy otro, o dos.


Como ya me temo que aquí no me va a venir a ver nadie, voy buscando cosas que hagan esto más atractivo. He contactado con una agencia que está camino de mi hotel y me ha parecido muy interesante. Organizan excursiones de todo tipo a la carta, parecen tener bastante experiencia y se puede ver lo que ofrecen en su página web: www.adetop-togo.com

Con la bicicleta voy explorando la ciudad y cuando paso por la parte trasera de algunos hoteles veo a un montón de jóvenes que deben tener la clave y están enganchados al wifi. Por eso, cuando voy a algunos restaurantes, no me dan la clave, me dicen que el dueño no está, y solo este decide si eres de confianza para dártela.



Uno de los edificios coloniales más bien conservados es el antiguo hospital de Lome, construido bajo la dominación alemana en 1907, cuando esta ciudad empezó a tener importancia debido a la exportación de cacao. Los europeos que vivían en Kpalime eran 52 en 1907 y pasaron a ser 84 en 1913 debido al boom económico. Para ello construyeron este hospital, cuyo primer medico fue el Dr. Martin quien llego en febrero de 1907 y murió al cabo de unos días, el 15 de marzo. La historia no dice si fue por un microbio o por un insecto. Hoy todavía sigue funcionando como centro médico de vacunación.



En general aquí se conduce mucho mejor que en Camboya y se respetan bastante las normas de tráfico. Aunque se encomienden a Dios y cuenten con su amor infinito como en esta autoescuela, por lo menos se paran en los cruces y respetan las preferencias tal como nosotros las conocemos. Las rotondas ya son otra historia, pero tampoco parece que en Espana se tenga muy claro no ¿


Para evitar que pasen camiones y acaben de romper uno de los pocos puentes que tienen, han puesto este viejo contenedor, evitando así que pasen vehículos muy cargados. Este es el camino que lleva al Macumba, uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Ya casi he podido visitar la mayoría de los restaurantes recomendados y en general la comida es de bastante buena a muy buena, los precios un poco altos y el tiempo que tardan en servir es de bastante a muy dilatado para nuestro gusto. Luego hay otros cuchitriles que no son mucho más rápidos, pero si más baratos y bastante menos higiénicos.

No se como era el hotel Marquise por dentro, pero por fuera me encanta
Y para que nadie piense que he dejado de leer el libro, aquí algunos pasajes que me preocupan especialmente porque se corresponde con lo que me encuentro en mi trabajo. De mi trabajo todavía no he hablado y es que no me da tiempo, salgo cada semana 2 a 3 días al campo y me pateo un montón de fincas de campesinos, haciendo a veces más de 10 kilómetros a pie, pero a lo que iba:

- La noción de propiedad territorial ha sido llevada a África por los europeos; hasta entonces la detentación del suelo no tenía valor y permanecía precaria.

- El sol africano, la sequedad y allí donde llueve, la violencia de las lluvias tropicales que embarran el suelo, son factores que no favorecen el desarrollo de la vida bacteriológica que constituye el humus. La tierra cultivable en Europa occidental es mucho menos de lo que se cree un don de la naturaleza, sino que es sobre todo el resultado del trabajo continuado de los campesinos y del abono de su “ganado” (ganado en su doble sentido, tambien de ganancia sobre la tierra). Es la relación del humus lo que ata al suelo al cultivador. En cambio, on hay apenas creación de humus en África.

- La agricultura africana desconoce los cultivos alternos y solo excepcionalmente practica el abono, producto de la alianza raramente practicada en África entre la ganadería y la agricultura. De esta forma la tierra se empobrece tan rápidamente que apenas si da una o dos cosechas o como máximo tres. No importa que el campo se agote, se busca otro en otra parte ya que no es espacio lo que falta (obviamente esto era en los años 60, lo que ha cambiado radicalmente dado que las poblaciones en África se han duplicado y triplicado).
Ya desde ahora sé que esto influenciara todo mi trabajo en este país!.

Mandioca (yuca) en las afueras de Kpalimé

 Proximamente: la vida rural en la zona oeste de Togo, en el Plateau de Danyi

domingo, 10 de febrero de 2019

Au revoire Lome

El "guerisseur" haciendo un sahumerio

Ahora que ya aprendí a decir Kodjoviakopé de seguido y sin equivocarme, me voy a Kpalimé (la K no hace falta pronunciarla) que será mi lugar de residencia y de trabajo principal.
Sigo leyendo algunos pasajes en el libro sobre la historia de África, y encuentro que a pesar de estar escrito hace más de 50 años, bien podrían aplicarse en nuestro país:
Existe en África en lo referente a la sucesión de los soberanos una forma de profunda sabiduría. Parece ser que el rey, símbolo y portador de la vitalidad de su pueblo, era designado para un período de siete años, que en última instancia podía renovarse una vez pero que también era susceptible de ser abreviado en el caso de que las facultades físicas o mentales del soberano menguaran, amenazando con ese desfallecimiento la prosperidad del pueblo. Un Consejo de Ancianos, viejos o notables, le hacía entonces entrega de una copa que contenía huevos de papagayo, comunicándole que debía suicidarse, a lo que se le ayudaba si era necesario.
De esta forma, la tradición mística y mágica de la necesidad de la muerte del rey por los medios señalados acabó por elaborar un mecanismo de equilibrio político que podríamos llamar de absolutismo compensado. En su prudencia y para evitar demasiado frecuentes revoluciones de palacio, el sistema preveía que cuando el rey moría por razones de alta política se sacrificaba al mismo tiempo a cinco altos funcionarios, a una de sus esposas, a la reina madre y a la madre del príncipe heredero; con frecuencia incluso al propio príncipe heredero (pg. 59-60)
Antes de irme aprovecho para ir a conocer uno de los lugares de moda, como “Le Phenicien”, un restaurante que los jueves tiene música en vivo, con un grupo que me encantó y que en la jam sesión suele contar normalmente con el embajador de EEUU al saxo.

El embajador al saxo
El sábado, después del piscinazo de rigor por la mañana en el Sarakawa, había fiesta de cumpleaños en casa de Juan con más música en vivo, esta vez sin embajador pero, con algunos pesos pesados de la cooperación internacional.


En este país no sabes donde empieza y acaba el mercado. Los puestos están en las calles, en los pisos, a lo largo de los muros y a ello hay que sumar los vendedores ambulantes que te van ofreciendo de todo. Como me contó un colega camerunés, la diferencia entre Europa y África es que en Europa la gente va al supermercado a comprar y en África los vendedores vienen a ti, estés donde estés.

Solo zapatos

La senora maleta
En Lome oigo algunas historias que me parecen muy africanas, como el caso de uno de mis colegas togolés (y de cierto nivel) que me dice que si es verdad lo que ha visto en you tube de que los chinos se comen a la gente. Le digo que lo que yo he oído es que se comen a los perros y que no crea todo lo que vea en you tube. Me parece que no quedó muy convencido y que perdí algunos puntos con él, ya que creo que le hubiera gustado más que yo hubiera ahondado en el tema añadiendo algunos datos escabrosos.


Aunque no lo parezca, relacionado con lo anterior, es la falta de monedas y billetes pequeños en Togo. Hay realmente que luchar para que te den cambio y muchas veces te toca dejar propina, aunque no quieras, ya que la frase de “il n’y pas de monnaie – se pronuncia - yapademoné - no hay monedas” suele ser habitual. A pesar de mi experiencia en recolectar monedas y billetes pequeños en varios países del mundo, debo reconocer que los togoleses me ganan, o bien que no les he cogido el punto todavía. ¿Y que tiene que ver esto con los chinos? Pues muy fácil. En cuanto pregunté a otro colega, este camerunés, porque hay tan poca moneda pequeña, me dijo que es porque los chinos se las llevan todas a China para fundirlas. Así que no les auguro un futuro muy halagüeño a los chinos en este país si se siguen propagando lo que yo creo que son bulos. ¿O será cierto?
En mi primer viaje a Kpalime encuentro este baobab. Las raíces ya muestran que esta tierra no es facil. A partir de aquí empieza lo duro




domingo, 3 de febrero de 2019

Lome


Lo curan y arreglan absolutamente todo

Mi amiga Cande, en lo que parece un vano intento de deshacerse de su biblioteca antes de su próxima mudanza, me regaló un libro sobre África que vale su peso en oro, al igual que se hacía con la sal en tiempos pasados en ese continente (Africa: desde la prehistoria hasta los estados actuales, Pierre Bertraux, Ed. Siglo XXI, publicado en 1966). No he acabado de leerlo todavía y ya siento que he aprendido tanto sobre este continente, que me ayuda a entender muchas cosas mejor.

Como ejemplo, para los amigos que no me vendrán a ver: El insecto es más peligroso que la fiera y el microbio más que el insecto (pg. 9).

Sobre las migraciones escribe: Es posible, pues, imaginar -pero aquí empieza la hipótesis- que hubo civilizaciones constituidas en un Sahara fértil, al menos más acogedor que hoy en día, y que estas poblaciones fueron arrojadas de su jardín del Edén por la sequedad progresiva, emigrando unas al valle del Nilo, donde se fijan y fundan la civilización egipcia, y otras hacia el sur, hacia el Níger y más allá, lanzadas a un desplazamiento sin tregua que apenas si ha cesado en la actualidad (pg. 11)

La próxima patera ?

Como moverse
En Lomé, y en el resto del país, no hay buses interurbanos. Los buses son para desplazarse a distancias largas (al extranjero) y por la ciudad se va a pie, en bicicleta, en moto o en coche. Los africanos son buenos a camina y a veces realizan grandes distancias para ir a buscar agua (las mujeres en las zonas rurales) como para cualquier otro mandado. Esta es la parte de la población que no se puede permitir un medio de transporte propio o alquilado. En bicicleta van unos pocos, ya que ha caído en desuso frente a la moto, más rápida. Hasta hace pocos años era un medio de transporte popular en el campo y de ahí venía el nombre de “pollo bicicleta”, para las aves criadas en el campo y transportadas al mercado en bicicleta, para diferenciarlo del que viene de cría de engorde. El otro día estaba comiendo con unos colegas de trabajo togoleses y pedimos un pollo que estaba duro como una piedra. Uno de ellos, mordiéndolo como si se tratara de mermelada me dijo, se nota que es un pollo de campo, no de engorde, porque está buenísimo. Seguí mordisqueando mi trozo como pude, aunque sin conseguir avanzar mucho.

El rey del transporte es la moto, sobre todo de modelos chinos que han proliferado aquí como ya casi en todo el mundo. Los que se pueden permitir comprar una les permite ir al trabajo sin depender de nadie, pero la gran parte de estas se dedican al moto taxi, aquí llamado “Zem” (viene de Zémidjan, que significa “llévame rápido”), habiendo sido importado el sistema de Benin. Son relativamente baratas, menos si eres un extranjero despistado, que entonces te clavan. Van muy deprisa y sólo llevan un pasajero normalmente (en el campo quizás dos) lo que es entendible cuando ves el calibre de  buena parte de los pasajeros. Ahora hay una aplicación que se llama GoZem, parecido a Uber, para llamar uno de sus Zem, pero todavía no hay muchas motos en este sistema. Su diferencia es que el precio es por kilómetro por lo que no hay que regatear y que traen un casco para el pasajero.

Una "señora" pasajera

El fin de semana pasado fui a la piscina en una de estas motos. Después de arreglar un precio razonable, me llevó a toda velocidad por la carretera de la costa. Se saltó un par de semáforos en rojo y en uno la policía le dio el alto. Casi se paró enfrente del policía y de repente dio media vuelta y nos escapamos. Por suerte aquí los policías no disparan cuando haces algo como esto. Dando un rodeo finalmente me dejó en la piscina. Al regreso ya tuve claro que debía tomar un taxi, aunque fuera algo más caro.
Finalmente están los coches, que ya sólo se pueden permitir la clase media alta y la alta, o bien son taxis que van ruteando, cogiendo varios pasajeros a la vez (y por eso son más baratos) o que uno puede tomar solo y te vuelven a clavar. En todo caso hay que hacerse a la idea de que aquí casi todo se regatea y finalmente, sabiendo los precios, uno puede salir no tan escaldado.
Como en el tiempo que he estado en Lomé he vivido en el barrio de Kodjoviakopé,el mayor problema ha sido aprenderme el dichoso nombre para decirle a los taxistas adonde voy.

El mar
La costa de Togo tiene unos 50 km, todo playa, pero con un mar peligroso por sus fuertes corrientes y la suciedad que hay. Esta suciedad viene tanto de los barcos que fondean frente a la costa de Lomé, esperando para descargar sus mercancías, que van a varios países del área al ser el único puerto de aguas profundas en esta parte de África, o bien para trasvasar incluso en alta mar la mercancía a barcos más pequeños que luego van a diferentes puertos. Por la noche se ven sus luces y parece que haya otra costa al frente. Hay barcos militares patrullando esta parte ya que al parecer abundan los barcos piratas.



La gente se reúne en la playa, bajo las palmeras a descansar al mediodía y llenan los bares los fines de semana, al ritmo de una música estridente que no te deja conversar. Lo bueno de la playa es que siempre corre el aire y es un sitio agradable para estar.


Tanta aglomeración de gente en la playa, sin baños públicos, lleva a que cada uno vaya donde puede. Los letreros que han puesto no parecen servir de mucho.



Lome colonial