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miércoles, 6 de julio de 2016

En julio no hay milagros

Cada domingo por la tarde, la gente mayor, como si estuvieran en el pueblo, se juntan para bailar en la plaza Kennedy de Miraflores, en el mero centro de Lima
Y así como a don Lucho, mañana, a ti, también pueden sacarte los muebles a la calle. Será como abrirte el estómago y dejar, a la mirada pública, tus intestinos: lo más íntimo que tienes. Entonces, después de muchos años de trabajo, comprenderás que nunca tuviste un pedacito de tierra para vivir, que todo lo tuyo fue ajeno, que ni siquiera eres dueño de tu patria. Y todos estarán contra ti: los pobres sólo verán, desde lejos, tu desgracia; los ricos dirán que fuiste un hombre sin voluntad, que te faltó energías para conquistar un sitio en tu país. Y si reclamas, la fuerza del orden te acusará de rebeldía y, violentos, te enseñarán los deberes de todo buen ciudadano. La iglesia te aconsejará paciencia, humildad; los políticos te prometerán un cielo terrenal a cambio de un voto; los sabios te avergonzarán al demostrar que no supiste emplear la inteligencia para hacer fortuna; los poetas señoritos verán tus cosas en la calle y luego cantarán al geranio de tu maceta rota o a tu gata que juega sonámbula con el sol.
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Una noche, el muchacho un poco borracho le dijo que quería comprender el sentido de la vida, la conducta de sus familiares más cercanos, que lo desesperaba el misterio de la pasión amorosa, que no llegaba a comprenderse, que ya estaba dejando de creer en Dios y que esto lo volvía triste, que era un cobarde, que no sabía qué hacer, entonces el Profe le dijo que el también todavía tenía esos problemas, que había que superarlos, que había que tener fe en la lucha de los hombres que quieren cambiar el mundo.

Dos pasajes de un libro peruano que también podrían servir para nuestro país: En octubre no hay milagros, de Oswaldo Reynoso, Biblioteca de Narrativa Peruana Contemporánea, 1998,


Y ya que estamos de libros, os recomiendo una novela que compré por casualidad y que le gustará a quienes les guste cocinar, las puestas de sol, las aventuras de mujeres y que además haga reír e incluso llorar en alguna ocasión.

Recetas para amar y matar, de Sally Andrews, Editorial Grijalbo



Próximo destino Camboya

A partir del 22 de agosto próximo espero estar en Camboya, cerca de Angkor Wat, donde uno no se cansa de ver las ruinas devoradas por la selva. Os espero.

Ciudad de Siam Reap

Casas flotantes del lago Toné Lap

La selva y las ruinas en Ta Phrom