Seguidores

jueves, 26 de abril de 2012

Naturaleza

La naturaleza, aunque no lo parezca, va un paso por delante del ser humano y siempre acabará encontrando la forma de devolver el equilibrio que nos encargamos de destruir. En la ciudadela de Angkor Wat, a mediados del siglo XIX, vivían 1 millón y medio de personas mientras que en Londres sólo lo hacían quince mil. La erosión producida por la tala de los bosques circundantes hizo que los sistemas de irrigación y de suministro de agua potable quedaran colapsados, obligando a la población a abandonar esta zona. Ahora los árboles se encargan de recuperar lo perdido, con todo el tiempo del mundo por delante, sin que parezca que seamos capaces de aprender de estas experiencias pasadas.
Camboya, julio 2011

Para ver y leer más:
https://drive.google.com/file/d/0B-fAizR2Kbe4V1Bvc2R2R0V4SHM/view?usp=sharing



1 comentario: