Kenema 2
Debido a las dificultades que he
tenido en este tiempo para acceder a internet, al entrar en el blog para subir
la tercera entrada de Sierra Leona, por error borré la segunda entrada, de la
que no tengo copia, sólo las fotos. Por ello, si alguien por casualidad hubiera
hecho una captura de pantalla o hubiera descargado esta segunda entrada,
agradecería que me lo mandara para volverlo a colgar, aunque sea en formato
jpg. Lo que si tengo son las fotos que había seleccionado, así que, si no
consigo una copia de alguien, pondré las fotos y cada uno puede inventarse su
propia historia sobre ellas.
Kenema 3

Sewa (técnico con gorro), motorista (de rojo), Daniel (blanco) y un cazador-pescador-recolector de la zona
Volvemos a ir al campo para ver plantaciones
de cacao y las proyecciones que hay de cosecha este año. En el recorrido esta
vez me mojo primero el pie derecho al pasar un riachuelo, más tarde el pie izquierdo
y luego ya me meto de forma voluntaria en el agua con los dos pies. ¡Ya que más
da!
En Sokibu, un poblado que está
solo a un par de kilómetros de la frontera con Liberia, unos niños pequeños que
al parecer nunca han visto un blanco se ponen a llorar cuando nos ven.
De viaje
Llega el momento de irme, para
pasar la última semana viajando por el país. La estancia en este proyecto me ha
parecido provechosa porque en este cultivo nunca se deja de aprender. Con
Daniel, el alemán que fundó Lizard Earth después de cansarse de trabajar en la
cooperación y ver que no se llegaba a nada, compartimos muchas ideas e ideales.
Hemos pasado estas dos semanas trabajando muchas horas juntos, intercambiando
conocimientos y debo reconocer que me ha proporcionado datos que normalmente
ninguna empresa te daría. Su idea es establecer una forma diferente de trabajar
con los productores de cacao, pero las empresas de la competencia, incluso las
“ecológicas” no se lo ponen fácil, y siguen jugando con los precios, muchas
veces desde una posición económica mucho más fuerte para conseguir que los
agricultore les vendan a ellos. Lo que no saben los agricultores, que en su
pobreza arañan cada céntimo que pueden del mejor postor, es que cuando los
precios bajen, entonces las grandes empresas no tendrán piedad de ellos.

limpieza de cacao en Lizard Earth dando empleo a la gente del barrio
Como más datos conozco del país,
más me quedo sorprendido de como se puede vivir con tanto poco dinero. Muchos
de los técnicos que trabajan en la oficina no comen al mediodía porque no
pueden gastarse 1 euro que cuesta la comida. La primera respuesta sería que
porque no se les paga más, pero si se mira más en detalle y se conocen todos los
datos se ve que desde el consumidor final que consume chocolate, pasando por los
supermercados que lo venden, las multinacionales que procesan el cacao, las
empresas que lo compran en estos países, hasta los cientos de comisionistas y
agentes que recorren todo el país buscando la materia prima, todos presionan a
la baja el precio y finalmente acaban esquilmando al productor y a toda cadena
de valor en origen.

Cacao secándose y las linternas de energía solar cargándose, su única fuente de luz por la noche
El sistema del comercio del cacao
es tan enrevesado y bien construido que cualquiera de estos eslabones de la
cadena puede decir que no es su culpa que la situación sea así y achacárselo a
los otros. Pero todos, incluso los que lo hacen por desconocimiento, son
responsables de esta situación. No podemos seguir comiendo chocolate (y tantos productos
basados en materias primas) a precios ridículos cerrando los ojos y sin querer saber
que esta gente recibe sólo una mínima parte del precio final del chocolate.
Antes de irme recorro un poco el
caos del mercado de Kenema y lo que primero pienso que son herramientas para la
agricultura finalmente averiguo que es para la minería artesanal. Muchos sueñan
con encontrar una pepita de oro o un diamante que les haga ricos para siempre,
pocos o ninguno lo consiguen.

Herramientas para la minería
Tiwai Island
Emprendo el viaje cargado de
billetes de 5, 10 y 20 Leones, que son los más grandes que hay y que equivalen
a 19, 38 y 80 céntimos de euro respectivamente. En algunos sitios se puede
pagar en dólares o con tarjeta de crédito, pero sólo en los de categoría alta a
muy alta.

Cambié 3 billetes de 100 US$ por todos estos billetes
Al principio había previsto ir en
transporte público a Tiwai, que está a sólo 80 km en la pista más recta, pero
donde no circulan casi vehículos. Por la ruta asfaltada la distancia se
triplica y dado que el tramo final es otra vez pista, el tiempo que se tarda puede
ser entre 5 a 8 horas.

Parada de taxis en Kenema. Siempre cabe algo más en el taxi
Daniel se apiada de mí y se
ofrece a llevarme en parte como compensación por lo que he trabajado con el y
para evitarme la paliza del viaje. De paso el verá esta zona que no conoce a
pesar de llevar ya 12 años en el país. Tardamos 3 horas en hacer los 80 km, por
caminos que no parecen hechos para coches.
Ya en la isla, después de comer,
me uno a una pareja holandesa para hacer una excursión por el bosque secundario
de la isla, pero que lleva protegido los últimos 40 años. Esta isla alberga 11
especies de monos en sus 12 km2, una de las mayores densidades del
mundo y además 130 especies de aves, además de otros bichos. En sólo un rato
vemos 5 especies diferentes de monos de las que el que más llama la atención es
el black and white colobo, con el cuerpo negro y con una enorme cola blanca. Vemos
y oímos a los monos cuando ellos también se paran a observarnos o huyen de
nuestra presencia. Pero una de las cosas que más me impresiona en los caminos
en el bosque es ver los millones de termitas descomponiendo los restos de
árboles y hojas y al ser tantas, hacen un ruido que se oye perfectamente y que
da miedo, como si fueran la marabunta.
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| Venta de naranjas en la calle. Cada una se vende por 4 céntimos de euro |
A pesar de ser un sitio turístico, muchas cosas fallan y el precio que se paga, aunque relativamente bajo, no está en relación de lo que se recibe. Pero al final uno duerme, aunque haga calor, se ducha, aunque salga poca agua y espera hasta 2 horas para una excursión que estaba planificada para las 6,30 de la mañana y nadie aparece. La cuestión es no desesperarse. No obstante, para curarme en salud y una vez perdida la confianza en la mánager del centro turístico, adelanto mi salida un día para llegar a tiempo a mi siguiente isla donde ya he pagado la reserva.
Probablemente este sea el país
más difícil en el que he estado (¿comparable a Vanuatu?) en relación al nivel
de vida, a los estándares en general, a los conocimientos de la gente, el bajo nivel
de idioma de intercambio (inglés) y el número de malentendidos ya que o no los entiendes
a ellos o ellos no te entienden a ti.
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| Monos en Tiwai island |
Tiwai se viene a ver los hipopótamos pigmeos y chimpancés. No he visto ni lo uno ni lo otro, aunque he hecho el chimpancé track, con un guía que, al no encontrar su machete, decidió coger un cuchillo de la cocina. Aun así, el recorrido es muy bonito, caminando entre la vegetación oyendo los monos que van saltando de una rama a otra. Como al regresar mi guía se quiere ir a su casa, me deja sólo en la isla, cuidando de 12 km2 y miles de monos, por lo que por si acaso cierro la puerta de mi habitación por la noche, no sea que venga un chimpancé a hacer la cucharita.
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| Embarcadero en el rio Moa para ir a Tiwai |
El día de mi partida me dicen que a las 9 de la mañana me espera un taxi para llevarme a la ciudad de Bo, donde cambiaré de taxi. Todo esto lo organiza Siria, la encargada de Tiwai, que me da la impresión de que con todo hace negocio. A las 8,30 llega el capitán que tiene que llevarme a tierra firme. Como nadie ha hecho el desayuno se pone a hacerlo él. Le digo que, para ir más rápido, con hacer una tortilla y un café ya está y nos vamos. Como si oyera llover. Yo tengo prisa porque tengo que llegar a Kent antes de las 3 de la tarde para coger el último barco que va a la isla y que cobra un precio razonable. Si llegas más tarde los pescadores te exprimen sabiendo que no tienes otra posibilidad. Al capitán se la suda ya que él también quiere desayunar como es debido, así que prepara un panqueque, unos plátanos fritos y una tortilla. Para todo ello tarda casi una hora. Ya el día anterior habíamos quedado un grupo de 5 personas con él a las 6,30 y se presentó a las 8. Cuando la jefa le pegó la bronca se excusaba diciendo que había quedado a las 7, no a las 6,30. Una vez en el barco tardamos casi media hora en llegar por la fuerte corriente y ya son casi las 10 de la mañana.

Pescador en el rio Moa
Mi método para no ponerme
nervioso en estos países es que me imagino siempre el peor escenario posible.
Por ejemplo, en el caso de mi viaje, me imagino que el capitán llega tarde, que
luego se estropea el motor del barco, que una vez llegamos, el taxi se ha ido
con otros clientes. Luego hay que esperar otro taxi que, cuando sale, se
estropea al poco tiempo y hay que coger otro vehículo que pase por allí,
pagando un sobre precio. Cuando llegas adonde habías quedado, ya todos se han
ido y debes negociar con la gente que hace de intermediaria entre los buses y
los taxis. Cuando encuentras un vehículo este se vuelve a estropear a medio
camino. Vuelves a buscarte la vida y consigues llegar a tu destino varias horas
después de lo previsto. El truco está en que, si cualquiera de estas cosas no
pasa, entonces el viaje sólo puede ir a mejor y que, como me ha pasado a mí,
aparte de un leve retraso, haya llegado a las 15,30 en punto y he podido coger
el barco. Otra vez he pensado que, en estos países, llamados África, todo es
posible.






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