Niño "ayudando" en la finca familiar en Togo |
En Ghana y Costa de Marfil, los
reyes del cacao mundial, se calcula que hay unos 4 millones de niños que de una
forma u otra trabajan en las plantaciones de cacao. Las organizaciones internacionales,
siempre tan ordenadas, han dividido el trabajo en 3 categorías; aquellos niños
que eventualmente en picos de producción van a trabajar sin que por ello dejen
de ir a la escuela, los que en esos picos dejan de ir a la escuela y lo peor, los
que nunca van a la escuela. No he encontrado datos de Togo, pero seguro que no
son ajenos a este fenómeno, sobre todo las niñas, aunque más en las labores de
hogar como el acarrear agua.
Pero todavía hay historias
peores: muchos de estos niños en realidad
son vendidos por sus familias, quienes no los pueden alimentar, en un sistema
de esclavitud encubierto. Me contaban que de Togo los llevan, por los meandros de
los lagos y ríos que hay con los países vecinos, hasta Gabón, su destino final.
Más datos escalofriantes sobre el
tráfico de niños en el cacao en: https://www.youtube.com/watch?v=6BQzpavKmlE
Por eso, desde que estoy aquí,
compro chocolate de una empresa togolesa, la única que produce chocolate
localmente con la idea de que los togoleses también coman de sus propios
productos y aprovechen los valores nutritivos del cacao. Además, pagan casi el
doble que el precio normalmente establecido en los precios de especulación de los importadores y compran sobre todo de una especie cuyo rendimiento
es más bajo que el de las variedades híbridas (variedad amelonado) pero que al
parecer le da un toque de acidez especial al chocolate y permite conservar esta variedad.
Su chocolate no tiene ni de lejos el acabado y
la textura de todos los chocolates famosos que conocemos, pero a mí me sabe a
gloria (chocolate es chocolate) y cuando pienso en todo lo que tiene detrás de
ideales y de querer cambiar las cosas, más chocolate como (chocotogo.com/). Que
cada uno elija.
Aprendiendo |
He venido de pasar un par de años
en una cultura, la camboyana, tan diferente de la africana que me pregunto en
que se diferencian más, aparte del color de la piel. Y lo que más me llama la
atención es que, así como en Camboya, para hacer cualquier trabajo, la gente se
ponía en cuclillas, posición en la que podían estar horas, aquí se agachan a la
altura de la cintura, sin doblar prácticamente la rodilla y también pueden
estar horas.
He ido al mercado grande que esta
de lo que es el centro de la ciudad, 500 m al noreste. Se celebra todos los
miércoles y sábados y realmente es mucho más grande que el que esta permanente
en la ciudad. Están remodelando los puestos del mercado (no veo que
avancen mucho) y mientras tanto los vendedores ponen su mercancía en el suelo y
en paradas improvisadas. Detrás, hay una gran iglesia de quien sabe que
religión que se está construyendo (y ya está a medio hacer) a pesar de que con
ese dinero ya se habría terminado el mercado. Mientras, fuera, un testículo de
Jehová blanco y otro testículo negro esperan a clientela que en el rato que los
veo, todos les pasan de largo. Mi amigo JR dice que la gente va a las iglesias
porque no hay nada mas que hacer, como un acto social para verse y porque se lo
pasan bien cantando y bailando, bailando más o menos según la secta-religión a
la que pertenezcan. Mi libro guía de Togo dice que hay más de 400 iglesias con
nombres diferentes censadas en este país (para 7 millones de habitante no está
mal).
Pero a lo que iba, el mercado
tiene mucha oferta y es mucho mas barato que el otro. Mientras en el de la
ciudad me venden la piña tropical a 50 céntimos de euro, aquí me la han vendido
a 20 céntimos y, además como he comprado 2, me han hecho una promoción de una
pequeña de regalo, como si fuera la torna catalana, aunque aquí nadie pesa nada
y todo es a ojo y/o por cantidades.
Cuando estuve trabajando en la
zona de Dany, era época seca, lo que significa que no hay nada que hacer en la
tierra. Como fui a ver el estado de las plantaciones de cacao, los agricultores
me acompañaban y de vez en cuando me detenían, para que no pasara por un sitio,
ya que tenían las parcelas minadas de trampas hechas a mano, con palos a los que
habían sacado punta y que esperaban a que pasara una rata de campo, o agutí como
les llaman aquí y quedara ensartada en ella. Desde que vi la primera trampa se
me acabo el ir alegremente paseando por el campo ya que no quería que me
ensartaran el pie. Le pedí a uno de los agricultores que pusiera el pie para
ver como funcionaba el sistema y no quiso, así que asumí que hacía daño de
verdad.
Yo nací en miércoles, por lo tanto,
si hubiera nacido en Togo me habrían puesto Koku, y si mi padre o hermano mayor
también hubiera nacido en miércoles entonces me habrían llamado Kokuvi, que es
algo así como miercolito. Después de tantos años, por fin he averiguado que el
compañero de Togo que tuve en la universidad y que era grande como un castillo,
en realidad se llamaba miercolitos.
Herramientas locales |
El lunes de pascua también se celebra
aquí y la gente se va de picnic, como en Cataluña. En vez de mona de pascua llevan
comida, fritos y bebidas y ponen música para bailar.
Niño encargado el lunes de pascua de aventar el fuego para hacer la yuca frita y que estaba tan contento ayudando a su madre que no se puede hablar de trabajo infantil |
Hablando de trabajo, tampoco es
fácil la extracción del aceite de palma que hacen aquí. Lo que en el sudeste
asiático se hace en industrias sofisticadas para alimentar a los gigantes de la
alimentación y la cosmética, aquí se hace poco a poco, de forma artesanal,
pisando los duros frutos de la palma como si fueran uvas y con sistemas basados
en los mismos principios que en el aceite de oliva, que acaban separando y
extrayendo el aceite.
A veces voy caminando por la
ciudad y siento que no voy a ninguna parte como en el paso de peatones de la foto. Estoy haciendo un análisis del cacao en este
país, y cuando evalúo los precios que la industria chocolatera paga a los
productores, la especulación que hay en el mercado del cacao, la pobreza en la
que viven la mayoría de los que lo producen y que nunca en su vida han probado
el chocolate, el trafico de niños y la esclavitud encubierta, me pregunto que
hacer y me desespero.
Parece que ella tampoco sabe donde ir |
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