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viernes, 10 de mayo de 2019

Choco Togo



Niño "ayudando" en la finca familiar en Togo
En Ghana y Costa de Marfil, los reyes del cacao mundial, se calcula que hay unos 4 millones de niños que de una forma u otra trabajan en las plantaciones de cacao. Las organizaciones internacionales, siempre tan ordenadas, han dividido el trabajo en 3 categorías; aquellos niños que eventualmente en picos de producción van a trabajar sin que por ello dejen de ir a la escuela, los que en esos picos dejan de ir a la escuela y lo peor, los que nunca van a la escuela. No he encontrado datos de Togo, pero seguro que no son ajenos a este fenómeno, sobre todo las niñas, aunque más en las labores de hogar como el acarrear agua.

Pero todavía hay historias peores:  muchos de estos niños en realidad son vendidos por sus familias, quienes no los pueden alimentar, en un sistema de esclavitud encubierto. Me contaban que de Togo los llevan, por los meandros de los lagos y ríos que hay con los países vecinos, hasta Gabón, su destino final.

Más datos escalofriantes sobre el tráfico de niños en el cacao en: https://www.youtube.com/watch?v=6BQzpavKmlE

Por eso, desde que estoy aquí, compro chocolate de una empresa togolesa, la única que produce chocolate localmente con la idea de que los togoleses también coman de sus propios productos y aprovechen los valores nutritivos del cacao. Además, pagan casi el doble que el precio normalmente establecido en los precios de especulación de los importadores y compran sobre todo de una especie cuyo rendimiento es más bajo que el de las variedades híbridas (variedad amelonado) pero que al parecer le da un toque de acidez especial al chocolate y permite conservar esta variedad.

Su chocolate no tiene ni de lejos el acabado y la textura de todos los chocolates famosos que conocemos, pero a mí me sabe a gloria (chocolate es chocolate) y cuando pienso en todo lo que tiene detrás de ideales y de querer cambiar las cosas, más chocolate como (chocotogo.com/). Que cada uno elija.

Aprendiendo
He venido de pasar un par de años en una cultura, la camboyana, tan diferente de la africana que me pregunto en que se diferencian más, aparte del color de la piel. Y lo que más me llama la atención es que, así como en Camboya, para hacer cualquier trabajo, la gente se ponía en cuclillas, posición en la que podían estar horas, aquí se agachan a la altura de la cintura, sin doblar prácticamente la rodilla y también pueden estar horas.



He ido al mercado grande que esta de lo que es el centro de la ciudad, 500 m al noreste. Se celebra todos los miércoles y sábados y realmente es mucho más grande que el que esta permanente en la ciudad. Están remodelando los puestos del mercado (no veo que avancen mucho) y mientras tanto los vendedores ponen su mercancía en el suelo y en paradas improvisadas. Detrás, hay una gran iglesia de quien sabe que religión que se está construyendo (y ya está a medio hacer) a pesar de que con ese dinero ya se habría terminado el mercado. Mientras, fuera, un testículo de Jehová blanco y otro testículo negro esperan a clientela que en el rato que los veo, todos les pasan de largo. Mi amigo JR dice que la gente va a las iglesias porque no hay nada mas que hacer, como un acto social para verse y porque se lo pasan bien cantando y bailando, bailando más o menos según la secta-religión a la que pertenezcan. Mi libro guía de Togo dice que hay más de 400 iglesias con nombres diferentes censadas en este país (para 7 millones de habitante no está mal).


Pero a lo que iba, el mercado tiene mucha oferta y es mucho mas barato que el otro. Mientras en el de la ciudad me venden la piña tropical a 50 céntimos de euro, aquí me la han vendido a 20 céntimos y, además como he comprado 2, me han hecho una promoción de una pequeña de regalo, como si fuera la torna catalana, aunque aquí nadie pesa nada y todo es a ojo y/o por cantidades.



Cuando estuve trabajando en la zona de Dany, era época seca, lo que significa que no hay nada que hacer en la tierra. Como fui a ver el estado de las plantaciones de cacao, los agricultores me acompañaban y de vez en cuando me detenían, para que no pasara por un sitio, ya que tenían las parcelas minadas de trampas hechas a mano, con palos a los que habían sacado punta y que esperaban a que pasara una rata de campo, o agutí como les llaman aquí y quedara ensartada en ella. Desde que vi la primera trampa se me acabo el ir alegremente paseando por el campo ya que no quería que me ensartaran el pie. Le pedí a uno de los agricultores que pusiera el pie para ver como funcionaba el sistema y no quiso, así que asumí que hacía daño de verdad.

Yo nací en miércoles, por lo tanto, si hubiera nacido en Togo me habrían puesto Koku, y si mi padre o hermano mayor también hubiera nacido en miércoles entonces me habrían llamado Kokuvi, que es algo así como miercolito. Después de tantos años, por fin he averiguado que el compañero de Togo que tuve en la universidad y que era grande como un castillo, en realidad se llamaba miercolitos.

Herramientas locales 
El lunes de pascua también se celebra aquí y la gente se va de picnic, como en Cataluña. En vez de mona de pascua llevan comida, fritos y bebidas y ponen música para bailar.

Niño encargado el lunes de pascua de aventar el fuego para hacer la yuca frita y que estaba tan contento ayudando a su madre que no se puede hablar de trabajo infantil
Hablando de trabajo, tampoco es fácil la extracción del aceite de palma que hacen aquí. Lo que en el sudeste asiático se hace en industrias sofisticadas para alimentar a los gigantes de la alimentación y la cosmética, aquí se hace poco a poco, de forma artesanal, pisando los duros frutos de la palma como si fueran uvas y con sistemas basados en los mismos principios que en el aceite de oliva, que acaban separando y extrayendo el aceite.



A veces voy caminando por la ciudad y siento que no voy a ninguna parte como en el paso de peatones de la foto. Estoy haciendo un análisis del cacao en este país, y cuando evalúo los precios que la industria chocolatera paga a los productores, la especulación que hay en el mercado del cacao, la pobreza en la que viven la mayoría de los que lo producen y que nunca en su vida han probado el chocolate, el trafico de niños y la esclavitud encubierta, me pregunto que hacer y me desespero.



Parece que ella tampoco sabe donde ir


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