Bogo |
Nada más llegar a Kpalimé
se acabó el cachondeo de las dos semanas en Lomé. Llego y no me dejan casi ni
aterrizar ya que me toca ir a una zona donde hay una empresa que quiere
invertir en cacao biológico y tengo que ir a ver las condiciones de la zona, de
los productores, los terrenos y todo lo que haya que ver.
La zona está en la
prefectura de Danyi, en la región llamada Plateau y que es muy accidentada, con
pequeñas montañas y valles que suben y bajan sin cesar. De esta zona, de un
pueblo llamado Bogo, era un primer ministro que hubo en el país y de esa época
debe ser la carretera que a duras penas llega hasta allí. De Kpalimé tomamos la
carretera durante unos 30 km que va a Atakpamé, que como es nueva se hace en un
plis plas para luego desviarnos a la izquierda y hacer otros 30 kilómetros para
los que con nuestra Toyota impecable tardamos 1 hora y media, en un continuo
saltar de bache en bache. Mi chofer que se llama Apedoh (fácil de recordar,
eh?) pone música reggae y con los baches es como si ambos fuéramos bailando con
la música. Como nos pagan dietas en estos viajes, Apedoh se trae comida de su
casa y se aprovisiona de pan, para así ahorrar lo máximo posible y no tener que
comer en el restaurante. Lo que más me gusta de él es que se ríe de oreja a
oreja. A veces le cuento algo gracioso y al cabo de un rato, sin venir a
cuento, se vuelve a reír, recordando lo anterior.
La primera semana voy en el día y vuelvo, ya
que quiero organizar un poco mi vida en Kpalimé ya que todavía tengo todas mis
cosas en las maletas. Como solo el viaje me lleva 4 horas, apenas me quedan
otras 4 o 5 para ver los terrenos. Como no hay carreteras para ir a las fincas,
lo tengo que hacer a pie, lo que es agotador, tanto lo uno como lo otro. Para
la semana siguiente me organizo para quedarme a dormir en un hotel que está a
20 minutos en coche de Bogo y que está muy bien a pesar de estar en esta zona
tan deprimida.
Hotel Bel Air |
Cuando llego al hotel por la tarde corre el
aire fresco (está a unos 700 msnm) y se oyen los pájaros cantar y alguna
motosierra al fondo. Alguna noche también se oye el crepitar del fuego ya que
todavía es época seca y los agricultores aprovechan para quemarlo todo, los pastos,
el bosque, las mala hierbas y en algún descuido, la casa de algún agricultor,
como uno que me encontré el otro día.
Bosque quemandose en el camino a Bogo |
Cada mañana a las 7 vamos hacia Bogo y por el
camino veo pájaros de los que me pregunto cómo sobreviven entre tanto incendio.
Dentro de mi incompetencia en este tema, me parece reconocer un Martín pescador
con su azul eléctrico (y es que pesar de ser época seca hay infinidad de
quebradas con agua, riachuelos y ríos) y uno que por su pico me recuerda al
horn bill (o algo así) que he visto en Tanzania, aunque más pequeño. Luego hay
gorriones, palomas y otros pajaritos que ni idea.
No voy a aburrir con detalles técnicos
respecto al cacao, pero si con lo que veo pasando por los campos, las casa y
las aldeas de la gente que vive aquí.
Principalmente cultivan manioc, igname, macabo,
taro, patata dulce, banano, maíz, judías, y cacahuetes, además de frutos como
el aguacate y productos de venta como el café y el cacao. Por cierto, hay mucha
gente que cultiva cacao y no ha probado el chocolate en su vida.
La primera impresión es que esta gente vive de
milagro: no hay luz ni al parecer expectativas de que haya, no hay agua
corriente y les toca a las niñas y mujeres ir a buscarla balanceando enormes
recipientes sobre sus cabezas a la fuente más o menos limpia más cercana. Las
casas son de adobe, y aunque algunas tienen techo de zinc, la mayoría están
recubiertas de un tipo de paja. La gente viste mal y la pobreza les sale por
todos los poros. Los jóvenes intentan vestir a la moda, con pantalones rotos y
camisas de logo, van caminando por senderos de tierra con su inseparable móvil
y su cargador, buscando donde conectarse.
Los viajes de aquí a Kpalimé o a la capital pueden
durar horas, no tanto por lo malo de los caminos sino por no encontrar
transporte. Los coches-taxi solo salen cuando están llenos y llevan también
como en Camboya dos personas delante y cuatro detrás, con la diferencia de que
los culos aquí son tres veces más grandes. Se pueden encontrar motos que llevan
de 1 a 2 pasajeros y que curiosamente el pasaje es más caro que el de los taxis
ya que son más rápidas en estos caminos malos y, además, con el aire es como si
llevaras aire acondicionado puesto.
Ahora es época de harmattan, el aire seco que viene
del Sahara (la calima de Canarias) y que trae polvo en suspensión. Es la época
de mayor calor del ano y el cielo no se ve, o lo que se ve es de color
grisáceo. Pronto empezara a llover y dicen que refrescara.
La zona de Danyi limita con Ghana y a veces
pasamos muy cerca de la frontera e incluso hay controles de aduana, un poco
pobretones ya que no son pasos muy utilizados. Arriesgándome a que me vean saco
la foto de esta aduana, ya que al ser un puesto militar está terminantemente
prohibido sacar fotos (edificio estratégico ¡!)
Ya he descubierto una duda que tenia de la vez
anterior. Las monedas no se las han llevado los chinos, sino que están en las
zonas rurales y ahora, en parte, en una bolsa que tengo yo para eso, ya que al
descubrir que aquí hay monedas, voy guardando todas las que puedo para cuando
vaya a Lome. Ya tengo bastantes y pesan lo suyo. Por si acaso no voy a decir
nada en Lome y dejare que siga circulando el bulo de los chinos.
No hay futuro |
Destriando cafe |
Y ahora el libro:
partes de agricultura
· - El fruto de la victoria es
escribir la historia
· - En el mercado de Ghana, la sal se vendía
según los relatos árabes por su peso en otro. Durante la Edad Media y hasta el descubrimiento
de América, Ghana era el principal proveedor del mundo mediterráneo.
· - Los esclavos sudaneses eran muy
apreciados como domésticos para las casas y como eunucos para los harenes de
Egipto y Turquía. Los mossis, especializados en la castración proporcionaban
muchos eunucos. Apenas si sobrevivía el 10% de los operados. Los esclavos
machos, agrupados en caravanas, eran enviados al mercado encadenados por las
piernas y el cuello. Las mujeres eran tratadas generalmente con más atención y
transportadas a lomos de camello. Muchas de ellas morían en el camino. A
mediados del siglo XIX partían anualmente de Kano cinco mil esclavos, de los
que llegaban dos o tres mil al mercado de Murzuk, el centro sahariano de
redistribución para África del Norte
· - En África tener “algún bien” es
poseer hombres y gozar de su trabajo.
· - El objetivo de la guerra no es
ocupar territorios sino capturar o esclavizar hombres; que el arte de la
política consiste esencialmente en el gobierno de los hombres y no, en la
administración de las cosas. De esta forma se constata, a través de la historia
de los pueblos africanos, que las técnicas que podríamos englobar bajo el
calificativo de “gobierno de los hombres” han sido siempre muy desarrolladas
allí y llevadas hasta un grado de finura y eficacia casi desconocido en el
mundo europeo.
Entrenandose para cuando sea mayor |
Fran, dale una clase de ornitología a este pedazo de...ladrillo
ResponderEliminarOrni que ? Je m'excuse mais les oiseaux ne sont pas mon metier. Cuando venga Fran me fijo y a ver si asi ....
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