Sistema agroforestal en Esmeraldas, Ecuador |
Los sistemas agroforestales pueden aportar una gran variedad de beneficios ecológicos, tales como la conservación de la biodiversidad de flora y fauna, secuestro de carbono, preservación y fortalecimiento de la humedad y fertilidad del suelo, contribución al control de plagas, control micro climático, estimulación de lluvias, como algunos de los beneficios más inmediatos. Sin embargo, la agroforestería no debe reemplazar las áreas forestales y la deforestación cero no es lo mismo que la agroforestería.
La agroforestería, según la FAO es un grupo de prácticas y sistemas de producción, donde la siembra de los cultivos y árboles forestales se encuentran secuencialmente y en combinación con la aplicación de prácticas de conservación de suelo. Estas prácticas y sistemas están diseñados y ejecutados dentro del contexto de un plan de manejo de finca, donde la participación del agricultor es clave
Falta una definición clara de agroforestería, al menos en el sector del cacao. Agroforestería, estrictamente definida significa que existe una asociación entre árboles y cultivos. Por tanto, un gran número de sistemas agrícolas puede denominarse de este modo. Es fundamental para el sector del cacao – y para los gobiernos productores de cacao – llegar a un consenso sobre de que se habla cuando nos referimos a agroforestería.
La agroforestería en el cacao es una de las más eficaces soluciones basadas en la naturaleza para hacer frente al cambio global, incluyendo la degradación de la tierra, el agotamiento de los nutrientes, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la inseguridad alimentaria y nutricional, la pobreza rural y los problemas de la cadena de suministro del cacao.
Representación de lo que sería un sistema agroforestal en estratos múltiples y con una densidad de cacaos de 600 árboles/ha, la mitad de lo habitual en sistemas intensivos |
Financiación de los enfoques agroforestales de paisaje
Es poco
realista y además injusto esperar que los agricultores, la gran mayoría de los
cuales no ganan un ingreso mínimo, asuman los costos de transición y
mantenimiento de sistemas agroforestales del cacao. Para ello es clave crear un
mecanismo que comprometa a todo el sector cacaotero, movilizando los recursos
necesarios. Una ruta para explorar es la aplicación de un impuesto ambiental a
todas las exportaciones de cacao, el cual no debería reducir en modo alguno los
precios que se pagan a los agricultores. Para ello la transparencia y la
rendición de cuentas de cualquier recaudación del “impuesto ambiental del
cacao” serían fundamentales. Los recursos deberían invertirse en restaurar el
daño ambiental y/o mantener paisajes de cacao resilientes, así como garantizar
un pago justo a los agricultores por sus esfuerzos agroforestales. Se puede ver
un ejemplo de créditos de carbono a través de agroforestería en Ghana en el
siguiente link
La agroforestería no puede reemplazar el bosque natural. Sin embargo, el cacao agroforestal puede desempeñar un papel en las medidas de compensación y restauración de áreas deforestadas, a lo que deben contribuir las empresas de la industria del cacao, que se han beneficiado de la deforestación en el pasado en sus cadenas de suministro. La agroforestería también es importante para los principales países productores de cacao, ya que necesitan urgentemente reverdecer sus naciones, algunas de las cuales están en camino hacia la desertificación debido a la pérdida de la cubierta forestal.
Reforestación realizada con la población local, para proteger las fuentes de agua que pasan por las tierras de una comunidad indígena, en Chutes de la Nawa, Soubré (Costa de Marfil). |
Debe desmentirse la tensión artificial entre productividad y agroforestería
La tensión entre la agroforestería y la productividad siempre está
presente. Pero hay suficientes datos que demuestran que los rendimientos pueden
ser tan altos en ciertos sistemas agroforestales de alta biodiversidad como en
la producción a pleno sol y hay indicios de que los sistemas agroforestales de
cacao pueden tener un rendimiento económico similar o incluso mejor en
comparación con los sistemas agroforestales convencionales. En investigaciones
llevadas a cabo en la República Dominicana se ha demostrado que las
plantaciones de cacao senescente pueden ser rehabilitadas para aumentar la
producción a través de injertos (mientras se mantiene la higiene fitosanitaria
para evitar la propagación de enfermedades), con polinización manual, poda,
fertilización agroecológica, y manejo de malezas sin alterar
la composición de
la sombra sobre el cacao. Además, el enfoque debe pasar de solo medir el
rendimiento del cacao a los rendimientos totales del sistema, y realizar
análisis completos de costo-beneficio que consideren la seguridad alimentaria,
los efectos a largo plazo de la agricultura intensificada, y la diversificación
de ingresos, así como los costos (especialmente los costos de agroquímicos y
mano de obra), con la tendencia a conseguir un ingreso vital mínimo.
Para quien quiera profundizar en este tema, una organización
ha puesto a disposición libre una biblioteca con todos los artículos y
documentos relacionados con la agroforestería en el cacao
(https://www.zotero.org/groups/2785774/cocoa_library/library)
La inconsistencia de los derechos de propiedad sobre la tierra y los bosques también es una causa de problemas en Costa de Marfil y Ghana. En la práctica, los árboles son propiedad del Estado y no de quien los cultiva, de manera que el gobierno cuenta con autoridad para talar árboles mediante la concesión del terreno a una empresa maderera, lo que desincentiva a quienes producen el cacao a la hora de permitir el rebrote natural de los árboles que crecen junto a los árboles del cacao en sus terrenos (lo que nombrábamos Versión 2 en el post anterior). Por otro lado, muchos agricultores son migrantes que solo cuentan con derechos temporales de acceso a la tierra, circunstancia que de nuevo desincentiva la sustitución de árboles del cacao envejecidos o improductivos.
En Ghana, hasta hace poco, los agricultores no podían ser propietarios de los árboles maderables en sus fincas. Por lo tanto, los jefes locales u otras autoridades a menudo autorizaban a las compañías madereras a talar los árboles maderables que aún quedaban en las plantaciones de cacao, destruyendo en el proceso una gran parte de la finca cacaotera. La legislación fue modificada en 2016 y ahora los agricultores pueden registrar sus árboles, pero el sistema es complicado y burocrático. Estos problemas de los derechos desalientan a los agricultores a invertir en sus explotaciones, y por lo tanto impiden sistemas de cultivo más sostenibles.
La capacidad del Estado para administrar y regular eficazmente la tierra se convierte en un requisito previo para el éxito de la reducción de la deforestación mediante la intensificación del cacao. Dado que las inversiones en cacao sostenible son a largo plazo, la mejora de la seguridad de la tenencia de la tierra y los árboles (que es el mandato del Estado) es una condición importante para los pequeños propietarios.
Ante la amenaza de ver desaparecer sus últimos bosques, Costa de Marfil
y Ghana, junto con las principales empresas del sector del cacao, se
comprometieron en la Conferencia sobre el Clima de Bonn en 2017 (COP23) a protegerlos
y promover la agroforestería, sobre lo que ya están realizando algunas
iniciativas que comentaremos con más detalle más adelante.
Los pocos bosques que quedan es porque las poblaciones locales los consideran sagrados y entierran allí a sus muertos (Bosque sagrado de Gbetitapea, Daloa, Costa de Marfil)
La agroforestería, una opción posible para la renovación de la cacaocultura africana
Desde mediados del siglo pasado se desaconseja por parte de los
servicios técnicos convencionales a los agricultores hacer uso de la
agroforestería, es decir el hecho de asociar árboles frutales y forestales a
los árboles de cacao. Incluso hoy en día, se sigue atribuyendo rendimientos más
bajos a esta práctica tradicional en comparación con el monocultivo, aunque se
siga practicando en muchos países productores. Se dice que los árboles,
combinados en número variable, inducirían competencia por la luz, el agua y los
elementos minerales, en detrimento de los árboles del cacao. Si bien estos
argumentos pueden ser pertinentes en la agronomía convencional, algunos estudios
recientemente llevados a cabo en Camerún demuestran que la presencia de árboles
en las plantaciones de cacao no impide obtener buenos rendimientos. En este
país, el área plantada en cacao se compone principalmente de fincas
agroforestales. El rendimiento, estimado es en promedio de 740 kilogramos de
cacao comercializable por hectárea en parcelas con un promedio de 1.500 árboles
de cacao -una densidad similar a la que se observa a menudo en el monocultivo-
y 190 árboles frutales y forestales. El rendimiento puede llegar a una tonelada
aun cuando no se ha aplicado ningún fertilizante químico. Además, dependiendo de
la complejidad de estas plantaciones (número y tipos de árboles asociados), su
capacidad media de almacenamiento de carbono puede alcanzar las 75 toneladas
por hectárea o incluso más, lo que representa el 50 % de la capacidad de los
bosques secundarios locales, donde a menudo estas plantaciones se han
instalado. La capacidad de almacenamiento de carbono de los monocultivos de
cacao es de unas 10 toneladas. En algunas parcelas, este balance entre
producción de cacao y almacenamiento de carbono va de la mano de otro servicio
ecológico crucial para los agricultores, la regulación de dos plagas
importantes: la mazorca negra, causada por un hongo y los miridos, unos
insectos picadores-chupadores cuyos daños repetidos provocan la muerte
progresiva de los árboles de cacao. Los agricultores modulan la sombra que
proporcionan los árboles asociados para limitar el desarrollo tanto de hongos
(favorecido por la sombra densa) como de miridos (que se multiplican cuando no
hay sombra o muy poca). De este modo, consiguen reducir el uso de plaguicidas y
ahorrar hasta el 70 % del presupuesto de protección fitosanitaria de una
parcela cultivada de manera intensiva.
Un indicador operacional para el manejo de una plantación de cacao agroforestal: el área basal
La observación de las plantaciones de cacao agroforestales del
Camerún ha demostrado que el área basal de los árboles de cacao, que refleja la
competencia entre los árboles de cacao y los árboles asociados, es un buen
indicador para evaluar los equilibrios entre la producción de cacao y los
servicios ecológicos. Esto implica medir la circunferencia del tronco a una
altura determinada y luego calcular el área de la sección transversal, o «área
basal». Clásicamente utilizada por los silvicultores, esta medida puede ser
fácilmente aplicada por los técnicos o incluso por los propios agricultores. El
indicador general que interesa aquí es el área basal relativa de los árboles de
cacao, es decir, la relación entre la suma de las áreas basales de todos los
árboles de cacao y la de las áreas basales de todos los árboles presentes en la
plantación (árboles de cacao + árboles asociados). En Camerún, el valor de este
indicador es en promedio del 40 % en plantaciones agroforestales adultas que
producen una tonelada de cacao comercializable por hectárea. Y es del 36 % en
las plantaciones de cacao que presentan los mejores compromisos entre
rendimiento de cacao, almacenamiento de carbono y control de plagas. Este
indicador también permite evaluar una compensación alternativa que concilia un
buen nivel de producción de cacao con la longevidad de la plantación. En
Camerún, las áreas basales relativas de los árboles de cacao de entre el 40 y
el 55 % permiten tanto rendimientos de hasta una tonelada de cacao por hectárea
como el mantenimiento de las plantaciones después de 40 años, un período de
tiempo más allá del cual se acepta generalmente que deben ser rehabilitadas.
En las plantaciones de cacao degradadas, la presencia de árboles permite a los agricultores liberarse de dos requisitos previos para cualquier acción de rehabilitación: el restablecimiento de la sombra, que ya está presente, y el restablecimiento de la fertilidad del suelo, mantenido por la descomposición de los desechos vegetales.
No se puede esperar que familias que viven bajo el umbral de la pobreza se dediquen a reforestar
No se puede esperar que familias que viven bajo el umbral de la pobreza se dediquen a reforestar |
Corto video sobre el cacao en el marco del módulo de subtropicales del Master de Agroecología en La Palma: https://youtu.be/Kqq0KFZS5QY
Cosecha de mazorcas de El Hierro de julio de 2023 (las mazorcas más grandes y rugosas son variedad Criollo y las más lisas Forastero). |
No hay comentarios:
Publicar un comentario