Torras
Organic
En este chocolate hay varias cosas: aunque es orgánico (ecológico) no se sabe de donde viene. En la etiqueta pone Criollo-Forastero que suena muy bien, pero que no dice nada ya que una buena parte de la producción mundial es de estas dos variedades. Es interesante el alto contenido de cacao (aunque una parte es de cacao en polvo, del cual no pone el porcentaje) y el resto suponemos que es el Eritritol, que según pone en el envoltorio es un azúcar, presente de forma natural en los granos de maíz (en este caso de producción ecológica), proveniente de la fermentación de la dextrosa. Al precio que se vende, significa que se les paga una miseria a los productores por el cacao, probablemente el 7% del precio del cacao contenido en la tableta, o sea unos 0,12 euros. Ya es hora de decir y exigir que los productos ecológicos también incorporen aspectos sociales y de retribución justa a los productores.
Blanxart
Este chocolate con un 91% de cacao deja poco espacio para el azúcar. Dicen que siguen el proceso “bean to bar” sin que expliquen lo que es y en que consiste. Supongo que bajan el gramaje (80 g) para que así no sea tan caro. Me parece correcta la explicación sobre el origen del cacao del Congo, en que una parte puede provenir de una zona aledaña de Uganda. Es el único en este grupo de chocolates que sabe de dónde viene su cacao. Este chocolate no alcanza una gran puntuación porque no habla ni de sistemas agroforestales ni del trabajo infantil, pero todo y así es el que tiene más puntos del grupo de hoy.
Se habla de que el Congo va a ser el próximo gran proveedor de cacao de
los próximos años si siguen los problemas de producción de Costa de Marfil y
Ghana, más ahora que se han disparado los precios.
Ferrero Rocher
Otro ejemplo de pagar mal a los productores. Este además usa triquiñuelas para jugar con el 55% de cacao y el 37% que en realidad tiene. Usa manteca de palma, más barata, y unas cuantas cosas más. La puntuación lo dice todo. Para saber más de lo que esta empresa paga pongo un ejemplo:
A principios del 2020, la familia Ferrero se abonó un dividendo anual de 642 millones de euros. Un cálculo aproximado muestra que una empresa de chocolate como Ferrero, que adquiere 135 000 toneladas de cacao por año, podría proporcionar a cada familia productora de cacao de los que se abastece (alrededor de 90 000 agricultores que producen 1,5 toneladas por familia) un ingreso digno para el año (5 500 US$ por cada hogar en Costa de Marfil – doble de lo que se paga ahora), con un costo de 450 millones de dólares como máximo. Esto todavía dejaría a la empresa alrededor de 192 millones de euros para su familia propietaria, la familia más rica de Italia. Si las compañías de chocolate pueden pagar esa cantidad de dinero a sus accionistas y propietarios, simplemente no hay excusa para que las compañías no paguen precios que aseguren un ingreso digno para sus productores (Fuente: Barómetro del Cacao, 2020). Este tipo de datos deberían al menos llevar a los consumidores a cuestionarse si es ético seguir comprando a este tipo de empresas.
Lindt
Este chocolate ha salida a la palestra últimamente porque en unos análisis
publicados en una revista estadounidense decía que se había encontrado cadmio
en sus tabletas. Debería empezar a pedirse que este dato también apareciera en
los “ingredientes” de las tabletas.
Este chocolate tiene un alto porcentaje de cacao, azúcar moreno y vainilla
(suponemos que natural) pero está en la línea de los demás en cuanto a respeto
al medio ambiente y evitar el trabajo infantil.
Valor
Había oído hablar bien de este chocolate, pero ….. Ponen en el envoltorio
que han seleccionado algunos de los mejores cacaos del mundo (si fuera así
pondrían de dónde). Además, dicen que están comprometidos con la sociedad y el
medio ambiente, con un aprovisionamiento responsable, lo que no justifican de
ninguna manera más que poniéndolo en el envoltorio. ¿Es esto lo que llaman
greenwashing?
Cartas
En mi anterior última entrada del blog propuse escribir cartas a los
fabricantes de chocolate para obtener información sobre su producto y que
respondieran a una serie de preguntas de carácter social y ambiental. A continuación,
pongo la respuesta de Tirma, que seguramente fue contestada por una máquina.
¿Será que el chocolate también lo hace un robot y de ahí su poca empatía?
Estimado Alfonso,
Muchas gracias por tu correo y el interés que muestras por nuestro
chocolate.
Puedes obtener toda la información que deseas en el siguiente enlace:
Tirma -
Productos --- CHOCOLATE
Un saludo y gracias
marketing@tirma.com; Las Palmas de Gran Canaria, España
Ambrosía
Para corresponder a la amabilidad del robot de la empresa canaria Tirma en su respuesta, he
analizado la Ambrosía que es la carta de presentación de la compañía aérea Binter en todos
sus vuelos y que fabrica Tirma. Esta chocolatina de 21,5 gramos, contiene un
40% de cobertura de chocolate con leche (azúcar, manteca de cacao, leche en
polvo, pasta de cacao, lecitina de soja, E-476 y aromas). Luego, al restante
60% le vuelven a añadir azúcar, harina de trigo, grasa vegetal de palma, coco
rallado, suero de leche en polvo, dextrosa, aceite vegetal de soja, leche en
polvo, lecitina de soja, sal, gasificantes (E500ii y E503ii) y más aromas. No
me quedaron dudas y tiré la ambrosía a la basura.
Y por último os recomiendo un interesante documental que me han mandado sobre la chufa y que tiene muchas similitudes con el comercio del cacao.
https://www.elsaltodiario.com/cine/documental-chufas-sangre-proceso-judicial
Alfonso me estás dejando sin opciones éticas y elección subjetiva guiada por la publicidad de tipo de chocolates. ¡Y las ambrosías de Binter! Ese “matahambre” gratis que nos ofrece como premio de consolación la compañía aérea. ¡Pues tampoco! Aunque eso ya nos lo decía nuestro estómago.
ResponderEliminarBueno, en serio, gracias.
¡Siempre nos quedará Relieve!
(Al menos hasta que los analices. ¡Dios me ampare! )
Manolo, estoy dejando los bean to bar para el final. Se que saldrán bien, pero ya te avanzo que nos podemos llevar alguna sorpresa. Y no comas más Ambrosías cuando vayas a La Palma. Por favor, tíralos por la ventanilla!!
EliminarLo anterior lo escribí yo, Manolo. No quería ir de anónimo .
ResponderEliminarCuidado con los consejos. Si tiras la ambrosía por la ventanilla de un Binter en vuelo - y no puede ser de otra forma, porque los dan después del despegue- puedes provocar una catástrofe aérea.
ResponderEliminarNegrito, entiende que lo de la ventanilla es una licencia poética !!
EliminarLo siento. Estoy poseído por una especie de fiebre correctora.
ResponderEliminarLa costumbre de la ambrosía es un recuerdo de una época en la que se ponía azúcares por-un-tubo en aquellos sitios que podían generar ansiedad: bancos, consultas médicas y... aviones. Solían ser caramelos mentolados (se fumaba mucho) pero en el mundo aeronáutico se optó por el chocolate, y ahí el rey del mambo era Toblerone.
ResponderEliminarCuriosamente Binter sigue con esa reliquia.
Lo que se acabó definitivamente, y de lo cual me alegro, es la costumbre de recibir a viajeros (viajeras) con un ramo de flores. Antes era habitual en todo aeropuerto. Eso ya sólo queda en los cementerios.
Muy buenos artículos, Alfonso
Fdo: Santiago Ricomà.
Santiago, no sabía lo de la ansiedad!. Richelieu tomaba chocolate para la melancolía, pero quizás era porque no había todavía aviones
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