Serie
fotos (Autora: R. Cebrián) – Grabados en una de las entradas de Angkor Wat
El lago Tonlé Sap,
el mayor lago de agua dulce del sudeste asiático, cada año alimenta a miles de
personas de la pesca que de él se obtiene. En sus aguas hay 170 pueblos
flotantes, normalmente de población de origen vietnamita. Cuando empiezan las
lluvias, las aguas del Mekong se desbordan y a través del río Tonlé Sap lo
llena de agua, pasando de una superficie de unos 3,000 km2 a tener
hasta 16.000 km2. Por eso los que viven en sus riberas, deben
construir sus casas hasta 10 metros por encima del nivel del agua para evitar
ser inundados cuando crece. Los que viven en pueblos flotantes simplemente se
desplazan con sus casas según sea la crecida del agua. Cuando empieza la época
seca, el río Tonlé Sap se convierte en el único río navegable que cambia de
curso según la época ya que sus aguas vuelven de nuevo hacia el Mekong,
reduciendo gradualmente de nuevo el tamaño del lago.
En el lago a los turistas los esperan
estas mujeres para llevarlos en bote entre los manglares. Me extrañó que este
trabajo, habitualmente de hombres, sólo lo hagan mujeres. ¿Quizás lo impulsó
algún proyecto de género en la zona ?
Cuando me fui de vacaciones a Ratanakiri y Mondulkiri, ya sólo por
los nombre me apetecía ir. Allí aprendí a que hay que pedirles perdón a los
elefantes si uno hace algo incorrecto. La tribu Bunong al parecer tiene esa
costumbre ya que son animistas y creen que lo bueno y lo malo se refleja en los
elefantes.
Los camboyanos no tienen nada que ver con los
latinos. Son aparentemente de sangre apagada, romanticones y sus fiestas
consisten básicamente en comer y en cantar en karaokes lánguidas canciones de
amor. Allí bailan, casi nunca en pareja, y el ritmo es más bien insulso, donde
lo que más se mueve son las manos mientras las caderas no existen.
Foto: Primera y última salida a un aburrido karaoke con los colegas del trabajo
Foto: Grupo de expats en el café del mercado en Serei Saophon un sábado como siempre a las 11
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