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viernes, 6 de enero de 2023

Entre corales

 

Playa de Rancho Luna

Por fin he vuelto a estar entre corales, entre peces de colores y en una mar turquesa. En la bahía de Rancho Luna, cerca de Cienfuegos, hay unos grandes promontorios en el agua, cubiertos de corales con pasadizos entre ellos. Hay que nadar bastante hacia fuera para llegar hasta allí. Me voy asomando para ver si veo algún tiburón despistado, pero no. La gente de aquí dicen que no hay muchos peces, que también se han ido del país. El humor cubano.

Finalmente veo una gran morena verde, de algo más de 2 m de largo serpenteando en el fondo y desapareciendo en uno de los muchos recovecos que hay. En un sitio cercano tienen delfines amaestrados de los que dicen que en cautividad viven hasta 15 años más que en el mar. Están en una bahía natural, con manglares y una reja les separa de mar abierto. No me puedo resistir y a pesar de la Ley de Protección Animal, como estoy fuera de España, voy y nado con ellos, bailo, me dejo que me den besos y hacemos toda clase de tonterías en el agua y me siento como un ballenato a su lado.


No lo puedo hacer todo, nadar, caminar, hablar con la gente, volver a nadar y escribir. Así que lo que más ha sufrido en estos días ha sido la escritura. Son demasiadas sensaciones para encerrarme a escribir y cualquier excusa me sirve para hacer cualquier otra cosa. Lo que más me gusta aquí, aparte de nadar entre los corales, es sentarme a hablar con Colina (José Luis), encargado de un restaurante estatal cerrado por falta de agua, Alberto, el chófer que me ha traído aquí y Ay mi madre, del que no se su nombre, pero es lo que repite constantemente y es el que se encarga de cobrarle a los escasos coches que llegan al parking que hay a la entrada de Rancho Luna. Colina me guardó la mochila el primer día en que vine desde Cienfuegos para ver si esto me gustaba. Me dejó unas aletas, pequeñas, pero que me van bien y me ayudan a la hora de nadar. Cuando he venido a quedarme un par de días y le he dicho que se las alquilo, no ha habido manera, él dice que me las ha prestado y que desde el primer día me dijo que me las prestaba y que, si le pago, entonces no es un préstamo y no ha habido forma de convencerle de lo contrario. Este hombre me recuerda al título del último libro del cubano Leonardo Padura, Personas decentes (a los que quieran saber más sobre Cuba y sus sentires, les recomiendo leer las novelas de este autor, que, al decir de algunos cubanos, los hace sentirse reflejados en sus escritos).

Algo grande lo mordió, o sea que haberlos, haylos

En el par de días en que he hablado varios ratos con esta gente, a medida que vas entrando en confianza, ellos me preguntan, yo les pregunto, me cuentan y les cuento, y en una de estas me preguntan en que trabajo y para no darle muchas vueltas, les digo que me dedico a escribir, lo que ahora mismo, en gran parte, es verdad. Esto les parece bastante interesante y lo siguiente que me dicen es que escriba sobre Cuba y a partir de entonces me parece que se esmeran más en contarme cosas.

Calle de Cienfuegos en los pórticos

La corrupción

Una vez leí un análisis sobre México que decía que erradicar la corrupción en ese país sólo se podía conseguir al cabo de al menos 3 generaciones. En Cuba posiblemente sea el mismo caso, aunque aquí es una corrupción de otra clase, de pura necesidad. No importa con quien hable, siempre hay quien te cuenta sobre algún trapicheo. Por ejemplo, el estado permite a personas particulares tener un taxi de forma legal que se dedique a llevar extranjeros y que cobra en euros. Le da combustible subvencionado a 16 CUP el litro, pero según el taxista que me llevó a Cienfuegos, con los impuestos que le cobran, en realidad le sale a 40 CUP (25 céntimos de euro). La manera de controlar y cobrar los impuestos es a través de los recibos del combustible estatal que el taxista pone al vehículo. Entonces, el taxista lo que hace es comprar combustible en el mercado negro a 25 CUP y así no paga impuestos de esa cantidad. La otra pregunta es de donde sale ese combustible del mercado negro, ya que supuestamente está controlado por el estado. Todo es una trampa que todos conocen y que va ahondado la corrupción generalizada. El taxista me dice que gana limpios unos 1000 euros al mes lo que para Cuba es un muy buen salario. Eso sí, dice que trabaja todos los días de la semana y del mes, sin descanso, para así no perder clientes. He sacado las cuentas. El viaje de 250 km de La Habana a Cienfuegos, en taxi compartido vale 30 € y este taxista puede llevar 7 plazas ya que es un taxi con dos filas de asientos detrás. El taxi no es de él y tiene que pagarle un fijo al mes al propietario. He sacado cuentas y el bruto que saca trabajando todos los días del mes, es entre 7000 euros si va con la mitad de pasajeros y 14000 si va lleno todos los días. De ahí descontando el combustible, el pago al dueño, neumáticos, reparaciones y demás parece que le quedan los 1000 que dice. Posiblemente el que más gane sea el dueño.

Monumento tras la independencia

Otro ejemplo: un amigo cubano de mis amigos me decía que su novia estudia en Pinar del Río, a unos 180 km de La Habana. Ella tiene que viajar una vez en semana en bus, pero nunca hay billetes porque hay gente que ha comprado por adelantado todos los pocos billetes disponibles y luego los revenden más caros. Y así en todo. Nos hemos acostumbrado a robar, me decía, yo también lo hago (el vende puros habanos a extranjeros). La verdad es que eso me impresionó.

La vida

La señora que regentaba el hospedaje donde me quedaba en la playa de Rancho Luna me dio una carta para mandar desde España ya que no se fía del correo de Cuba. Va dirigida al Juzgado de Paz de un pueblito de Galicia, de donde era su bisabuelo. Como tanta otra gente con la que he hablado, todos los que tienen la posibilidad de obtener otra nacionalidad, intentan conseguirla. La señora no tiene correo electrónico por lo que no se si esto servirá de algo. Cuando regrese veré que puedo hacer y si le puedo echar un cable y al menos explicarle el procedimiento que debería seguir, ya que seguramente hay que hacer el procedimiento digitalmente.

En estos días hablando con gente han dejado caer algunas frases que pongo aquí:

-          Respecto a la nueva ley que ha legalizado la homosexualidad en Cuba: antes la homosexualidad estaba prohibida, ahora está permitida y dentro de poco será obligatoria.

-          Yo no soy homófobo, pero a ese bar de homosexuales yo no voy, aunque la cerveza esté más barata. Si alguien me ve, que va a pensar de mí, que aquí todos me conocen.

Ya de vuelta en La Habana, he ido al peluquero, un clásico para mí en cualquier país al que voy. No solamente porque es más barato que en España, sino porque interactúas con otras personas, te cuentan cosas y pasas un buen rato. Ha sido en Habana Vieja después de haber hecho el intento en un par de sitios. En uno no había llegado el barbero me dijeron y en el otro había gente delante y no quería esperar. La barbería era bastante cutre, pero tenía algo especial con la bandera cubana y la fila de sillas sin nadie que las ocupara. En realidad, estaba buscando un sitio para ir al baño y por eso, cuando me ha ofrecido cortarme el pelo, le he preguntado si tenía baño. Me ha dicho que podía mear en un cubo que tenía en un cuartito al lado y así lo he hecho. Primera vez que me pasa algo así. Luego, una vez ya en sentado en la silla de barbero, hablando de donde soy le dije que de las islas Canarias. Me he dado cuenta de que es un mito lo de que todos los cubanos tienen algún familiar allí ya que me preguntó si yo vivía en Mallorca o en Menorca.

Yo me imagino que todos los impuestos a los privados que tienen paladares, taxis, tiendas en dólares, agro tiendas libres, casas de alquiler y demás negocios permitidos, hace que los cubanos ganen un dinero extra que otra manera no conseguirían y al estado obtener impuestos para poder cubrir las necesidades de la población en general. En la teoría, una economía mixta perfecta. Un ejemplo es el bus que sólo cuesta 2 CUP, o sea 1 céntimo de euro, aunque hasta hace poco sólo costaba 1 CUP, todo sube. El problema es que no hay buses para tanta gente.


Biblioteca

En la Biblioteca Nacional José Martí sólo se pueden consultar dos libros a la vez. Una vez leídos, no antes, se pueden consultar los siguientes dos. Mientras esperas que te los traigan, si les pides dos nuevos papeles de solicitud (con doble copia) para ir adelantando tiempo y que los tengan listos, te dicen un NO rotundo. Además, me ha parecido que la bibliotecaria me ha mirado desaprobadoramente mis zapatos deportivos, que probablemente valgan 5 salarios mensuales de ella, pero la formalidad es la formalidad. Le pensaba regalar un libro que traje y que ya leí en el avión, pero la verdad es que no me lo está poniendo fácil. Para rematar en la sala de lectura me han picado un montón de mosquitos y eran del tipo que transmite la malaria y el dengue. Eso ha hecho que me decidiese a irme antes de lo previsto además de que la bibliotecaria me ha dicho que cerraban a las 12 del mediodía, no sé por qué razón. Cuando le he dicho que ya me iba me ha dicho hasta el año que viene”” que traducido significa “espero no verte en toda una semana” ya que sólo era el 23 de diciembre. Sólo había en toda la sala, en el par de horas que he estado allí, otro “cliente” como yo, que se ha ido antes. O sea, mucho trabajo no había. Algo falla en el socialismo y al parecer nadie hace nada por remediarlo. Pasados tres días, al no tener ningún síntoma, di por descartado que los mosquitos me hubieran transmitido algo. Otra vez me salvé.


Bicicleta

Me he alquilado una bicicleta por 10 € al día lo que me hace independiente en las distancias cortas y medias ante el grave problema de transporte. He ido hacia el oeste de la Habana, buscando playas donde bañarme y para ver el mar, pero aquí no se respeta el deslinde marítimo-terrestre y las casas que dan al mar no permiten el acceso ni la vista. En el camino me he puesto durante un rato a la par de un ciclista cubano, que me ha dicho que por el problema del transporte él hace cada día 15 km de ida y lo mismo de vuelta para ir a trabajar. Cree que la bicicleta se volverá a imponer, como hace años cuando había una ensambladora de bicis china y el problema de transporte era grave como ahora, pero otros me han dicho que no y yo tampoco lo creo. Ir en bicicleta se hace por devoción y no por obligación y ahora que han probado las pequeñas motos eléctricas chinas, con una autonomía de unos 50-60 km, no van a volver atrás.

La bici me ha permitido recorrer la Habana Vieja y Centro Habana callejeando por las calles más centrales con todo su lujo y esplendor dirigido a los turistas y un par de calles más allá pasar por el contraste de la miseria más absoluta, con las colas que se repiten a cada rato y las broncas que parecen llevar aparejadas. ¿Me pregunto que cómo se puede vivir así?

Con la bici en un recodo de playa de Baracoa

Lo más lejos que he llegado ha sido a una distancia de unos 20 km de la casa de mis amigos, hasta playa Baracoa, o sea en total unos 50 km porque voy dando vueltas intentando descubrir nuevos lugares. La verdad que el calor aprieta, aunque es el mes más frío del año, pero lo llevo relativamente bien, lo peor es el viento cuando te viene de cara. Eso lo llevo algo mal.

Si quiero salir por la tarde-noche, entonces hay una aplicación que se llama La Nave, en que un vehículo te viene a buscar al lugar que marca la aplicación y por un precio para nosotros barato te lleva a tu destino. Hay coches de todo tipo, desde los Daewoo minúsculos hasta verdaderos coches antiguos en los que me he montado, como un Cadillac del 52 o un Chevrolet del 58, verdaderas obras de arte de vehículos restaurados.

En el Cadillac del 52, donde lo único original es el chasis

Ajedrez

Hace unos días localicé un local donde se dan clases de ajedrez a niños que ha tenido financiación de una ONG vasca. Fui un día por la mañana y estaba cerrado, fui otro por la tarde y eran las vacaciones escolares y finalmente un par de días antes de irme conseguí encontrar al profesor de ajedrez (que también se quiere ir a España). Les lleve un tablero de silicona y fichas de ajedrez, con lo que enseguida me puso a jugar con una niña que es la campeona provincial y a pesar de tener sólo 14 años ya juega con los adultos. Me ganó sin pestañear. Luego jugué con reloj con un niño de 10 años que tardó 7 minutos en ganarme. A pesar de todo, les regalé el ajedrez y quedé que volvería el año que viene y les traería es vez un reloj de ajedrez.

Y también en los últimos días, callejeando por Habana Vieja a partir de las 6 de la tarde, cuando la brisa del mar despeja el calor de la mente, la gente sale con sus tableros y se ponen a jugar en sitios como el paseo del Prado, un verdadero lugar donde ver a media Habana y jugarte la vida con los patinadores que te pasan a toda velocidad al tener el piso una superficie muy deslizante. Lo he descubierto demasiado tarde y tendré que volver para echar alguna partida callejera.

Cuando todavía pensaba que tenía alguna posibilidad



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