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sábado, 23 de junio de 2012

Comida


Llevo unos pocos días de viaje y ya he cogido el ritmo para volver a mi dieta y peso habitual, o sea, desayunar y cenar más o menos bien mientras al mediodía me como cualquier cosa para engañar el hambre.


El tipo de comida y la forma de comer en este país es un verdadero problema con la consecuencia de que hay gente bastante obesa. Un ejemplo de ello era el anterior rey que pesaba 210 kg y en un esfuerzo que debía servir de ejemplo a su pueblo llegó a bajar hasta los 135 kg, o sea que perdió 75 kilos en poco tiempo, haciendo dieta y ejercicio.
Cuando la gente habla de pelear con alguien, en vez de decir que le van a pegar dicen que se lo van a comer, lo que parece que les gusta especialmente de la parte de su historia antigua. Está documentado que al último misionero que se comieron en Tonga fue en 1806, aunque todavía se comentan casos de canibalismo que hubo en años posteriores.

Comen sobre todo pollo que envuelven en papel de plata y que cuecen con el calor de las piedras puestas encima de brasas en un hoyo que hacen en el suelo y tapado con hojas de plátano. Lo suelen acompañar con pan o yuca. Su plato especial, el de las grandes ceremonias y festividades, es el cochinillo asado, al que ensartan en un palo y ponen a asar encima de las brasas. Cuando viajan, por ejemplo en barco, comen al estilo fast-food (aunque Tonga es uno de los pocos países del mundo donde no existe ningún McDonald’s ni otra transnacional de comida rápida) usando para ello unos vasitos de noodles instantáneos (chinos) que tienen varios sabores. En el ferry yendo para Ha’apai lo he probado y son bastante líquidos, picantitos y efectivamente con sabor a pollo como ponía en el envase. El contenido es de 300 cc y vale aproximadamente 1 euro. Otros llevan unas cestas tejidas con hojas de coco en la que llevan comida para toda la familia e incluso para invitar a otros.
Respecto a la comida, una broma tongana dice que los extranjeros comen hasta que están llenos y que ellos lo hacen hasta que se cansan.

Canastita de comida en el barco

El cerdo es el animal por excelencia del país, se les encuentra por cualquier parte ya que muchas veces corretean libres buscando su comida, siendo también uno de los motivos de accidentes automovilísticos. Mote, el dueño de Noa Guest House, se queda a dormir en  un verdadero chamizo en su finca al lado de los cerdos ya que dice que le sirve para desestresarse de la vida en la capital (23.000 habitantes) lo que demuestra que el concepto de estrés puede ser muy diferente según donde se esté. Yo por lo menos nunca había estado en una capital de país tan desestresada como esta.




Los dueños del Adventure Backpackers en Vava’u, Forster y T., ambos de Inglaterra, nos invitaron a Lukas y a mí a la isla de Mala, a pasar el día. Al día siguiente, con la excusa de que yo podría aconsejarles en su huerto casero nos llevaron a su casa y nos invitaron a una cena con una ensalada gigante y pescado con verduras al horno, al estilo inglés. Delicioso. Para compensar les dije un par de cosas sobre su huerto que ella ya sabía y metí un par de veces las manos en la tierra y el compost, para al menos ganarme la cena. El huerto en sí consiste solamente en 3 bancales de unos 3 m de largo por 1 de ancho.

Hay una tradición en Tonga que se practica en otras islas del Pacífico que consiste en llamar a los tiburones, recitando cánticos antiguos mientras golpean el agua con unos collares hechos de cuencos de coco. Cuando el tiburón se acerca al bote le pasan una cuerda alrededor de la cabeza y lo aporrean hasta matarlo. En el cumpleaños del rey se le ofrecen estos animales y en 1965 llegaron a ofrecerle 40 tiburones.

Cuando me voy de Lifuka veo como tienen una tortuga de las más grandes que he visto puesta sobre su caparazón para llevarla a comerla a la capital, a la conferencia religiosa que hay. 

Vista de Vava'u




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