Baobab en Lagoa azul, lamiendo las olas del mar |
La República Democrática de
Santo Tomé y Príncipe, es un país africano formado
por varias islas localizadas en el golfo de
Guinea, al noroeste de la costa de Gabón,
muy cerca de la línea
ecuatorial. Las islas de mayor importancia son Santo Tomé y Príncipe. Tienen una extensión de 964 km2 (un
poco más grande que la isla de La Palma) y casi 200 000 habitantes, de los que
solo unos 7 000 viven en Príncipe, siendo el portugués es la lengua principal.
Para lo que es habitual en mí, me
decidí con poco tiempo de antelación a hacer este viaje y por haber sido mi
isla 111 (no fui a Príncipe), no estuvo nada mal. Volví encantado y ya estoy pensando
en cuando volver.
Pero vamos por partes. Nada mas
llegar hice lo que mas me gusta, patearme la ciudad todo lo que podía,
perdiéndome por las calles a pesar de lo pequeño de la capital y bordeando la
costa cuando no quería perderme. Hay varios edificios coloniales bonitos de ver,
aunque muchos se están deteriorando a ojos vista y muchas estampas que no te da
ni tiempo a fotografiar.
Casa colonial en proceso de descomposición |
Aproveche además para visitar una cooperativa de cacao biológico, con más de 2 000 socios, donde me entreviste con su director ejecutivo a quien vamos a invitar a un encuentro que tenemos próximamente en Costa de Marfil. Después de hablar con el y entendernos perfectamente, leí en un folleto que me dio que hasta el año pasado había sido ministro de agricultura, lo que reforzó más mi buena opinión sobre él ya que pocos políticos vuelven a la vida normal después de su paso por altos cargos.
Taxis amarillos en la capital |
También aproveche para ir a hacer
una cata de chocolates con Claudio Corallo, un italiano gurú del chocolate
exquisito y con fama mundial. En la degustación éramos unas 25 personas, casi
todos blancos y había un asiático que solo hablaba inglés y al que le dijeron
que la charla era en portugués y en francés. Por lo menos comió chocolate.
Además de inundarme la boca de
los diferentes sabores que hace, le lleve un chocolate de Choco Togo, del que
dijo que se podría mejorar, pero que no estaba mal. Claudio hace algunas
exquisiteces como poner un trocito minúsculo de café tostado de una variedad
que viene de Liberia (con un rendimiento de solo 50 kg/ha), rodeada de
chocolate, que te deja la boca con un agradable sabor a café. A cambio de mi
tableta de chocolate de Togo me regalo una de sus exquisitas bolitas.
Aunque vive y tiene su
laboratorio en Sao Tome, sus plantaciones están en la isla de Príncipe. Alguien
de los visitantes pregunto a Claudio si era porque allí el clima era mejor,
había más lluvia o el suelo era más apto y el riéndose le dijo que no, que era
porque le gusta mucho la pesca submarina y allí es mejor que en Sao Tome así
que por eso al principio, cuando llego hace 20 años, se fue a vivir allí y
compró las tierras.
Cerca de Monte Cafe, la cascada de Sao Nicolau, con mi super e-bike |
Después de pensármelo un poco me
decidí a alquilar una e-bike que costaba 25 euros por día, pero con la que en
los 2 días que la tuve fui feliz. Con ella llegué a todos los sitios que quise,
subía las cuestas como un tiro y dejaba sobre todo a los niños boquiabiertos
cuando me veían subir a 25 km/h y en algunos casos, cuando había hoyos en la
carretera, adelantando incluso a los coches.
Niños no se sabe si contentos de verme a mi o a la bicicleta |
Subí hasta Monte Café, a más de
600 msnm y en la bajada me decidí a meterme por toda pista y vereda no
asfaltada que encontraba. Yo sabía que mientras fuera de bajada iba bien y además
siempre tenía mi teléfono con GPS que en caso de duda me echaba una mano, sobre
todo en los cruces. La bici no tenía cuenta kilómetros, pero si velocímetro. En
las bajadas en que la carretera estaba en buen estado llegaba a los 50 km por
hora. A partir de ahí cerraba los ojos para no ver si seguía aumentando.
Pero también me hacia la pregunta
si no estaba yo de nuevo mostrándoles otro de los productos de la Europa rica a
la que ellos posiblemente nunca llegaran ya que la e-bike cuesta por lo menos 2
veces como alguna de las motos chinas que se venden en el país. No es de
extrañar que se quieran ir a Europa ya que, cultivando cacao, ni que sea
biológico, nunca lo van a conseguir.
Roça cerca de Madalena |
Por la mañana la dueña portuguesa
del hotel Central donde me quedo me da dos besos de buenos días y cuando salgo
a la calle nada de lo poco negativo que había leído sobre la isla me pasa. Las
amplias avenidas y las casas coloniales al borde del mar me recuerdan a la
ciudad de Dili de la isla de Timor Este y es que seguramente fueron los mismos
arquitectos portugueses los que diseñaron estas ciudades. La gente te dice bon
día por la mañana y boa tarde mas luego. Las casas no tienen rejas ni hay
guardas armados, lo que es un índice claro de seguridad. A lo máximo hay unos
cuantos viejos sentados a la fresca que no se si son vigilante o es que viven
en las casas. Para entendernos, viejo es cualquiera que pase de 61 años y este
dato va cambiando con el tiempo. En su forma de vestir y comportarse me parecen
mucho mas europeizados que los togoleses, seguramente porque al ser traídos de
otros países como esclavos y ser mezclados entre ellos, perdieron buena parte
de su cultura.
En la capital pasé por el mercado
atravesando los puestos de verduras, frutas, carne y pescado, toda una aventura
olfativa. Se que no les gusta que les hagas fotos así que me quedo con el
recuerdo de sus colores. Y no hay rio por el que pases que no veas niñas y
mujeres lavando los trastes de la cocina o la ropa, todo el día, desde la
mañana hasta la tarde.
Mujeres lavando en un río cerca de Neves |
A Sao Tome la llaman la isla del
chocolate porque una buena parte de la isla esta ocupado por árboles del cacao
y además aquí se han establecido algunos chocolateros que tienen fama más allá
de las islas. Este país fue el mayor exportador mundial de cacao en 1910 con 35
000 toneladas, lo que disminuyo drásticamente en los años posteriores y sobre
todo tras la independencia en 1975. Hoy solo se producen y exportan unas 3 000
toneladas.
La instalación en el país de inversores
extranjeros, siendo ellos mismos o trayendo maestros chocolateros de Europa,
han relanzado la fama de la isla con una producción de chocolate de alta
calidad.
Sacando el cacao de las mazorcas en Roça Monte Forte |
Desde hace algunos años se ha
instalado en la isla la empresa Agripalma que procesa aceite de palma y que ha
plantado 5 000 ha, ocupando incluso partes de zonas protegidas y alterando
claramente la biodiversidad de la isla. Ya hay algunos movimientos en contra de
esta empresa y han conseguido (aunque esto no se sabe muy bien) que no se sigan
extendiendo hacia el parque natural Obo, un parque que abarca cerca 235 km² de
Santo Tomé en el sur y 65 km² de Isla de Príncipe. El parque es conocido a
nivel internacional entre los conservacionistas por su gran riqueza biológica y
su densa selva tropical virgen. En todo caso, encuentro que la palma africana ofrece
un paisaje desolador, aunque es verdad que da empleo a una buena cantidad de la
población del sur de la isla, aunque sea al sueldo de miseria de 40 Euros al
mes.
El pico Cão Grande, tapón volcánico en la isla de Santo Tomé (Santo Tomé y Príncipe), que se eleva más de 300 m sobre los alrededores |
Los caminos empedrados, marca de la
casa de los portugueses ahí donde estuvieron, constituyen toda una red que une
los diferentes poblados y roças, la mayoría no transitables para vehículos de 4
ruedas y que por falta de mantenimiento se van deteriorando poco a poco.
Mujeres bajando por el camino que viene de la Roça de Sao Joao de Angolares |
Los niños van a pescar a muelles
que conocieron mejores tiempos y con tablas, construyen sus propios legos de la
vida. En este estuve un buen rato y si al principio muestran interés por ti, al
cabo de un rato, si no les das nada y no les haces mucho caso, vuelven a sus
actividades cotidianas, algunas de juegos y otras de adulto, como la pesca.
Cuando fui al museo en la capital me dijeron que me darían
un recibo al salir y no debieron entender mi nombre pero si de donde venía.
Ilheu das Rolas, al sur |
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