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sábado, 5 de febrero de 2022

Capítulo 7: Adáptate

El capitán ha invitado al barco a 2 expertos. Uno de ellos es de Gringotenango, con aspecto de científico loco y que no cae bien a los remeros del barco porque huele mal, ya que viene de un país donde la gente no se baña todos los días. Como no tiene los papeles en regla no puede trabajar oficialmente para el barco, pero él dice que no le importa y se pone a trabajar sin contrato. Unas semanas más tarde viene el segundo científico, que es del país del armador, y que como tiene una edad indefinida, los remeros lo llaman el abuelito de Heidy. Ambos vienen para diseñar algo de agricultura que nadie entiende, le llaman permacultura y todo el mundo lo repite como si fuera algo mágico, pero no saben en realidad en que consiste. Además, realmente es una idea del capitán ya que la gente de las islas nunca ha oído hablar de ello, pero eso al capitán no le importa. El abuelo escribe un informe en el que a raíz de una lombriz que ha visto en el suelo, elabora toda una teoría y otros desvaríos indicando que hay vida. Cuando los marineros leen el informe casi se desmayan y se preguntan si para este tipo de chorradas se debe pagar tanto.

Para redondear, el capitán decide organizar a bordo del barco una conferencia internacional sobre el archipiélago de cambio climático con el fin de averiguar quién carajo sabe dónde está este lugar. Para asegurarse de que viniera mucha gente, invitó a más de cien personas a un hotel lujoso, pagándoles la comida y la estancia durante tres días. Como siempre en estos casos, una buena parte de los que vienen son los más aprovechados, que vienen por la mañana a firmar y luego se van a hacer sus recados, sin haber ningún control de quien asistía y quién no. Eso sí, a comer no suele faltar nadie.

A la conferencia también viene un experto al que el capitán siempre invita porque es del mismo país que su mujer. La charla que da, que siempre es la misma, trata sobre la ética, pero al parecer se refiere a la ética de los demás, no a la propia, lo que no queda claro en la charla. Entre los que más aplauden están varios de los que en el barco se llaman contrapartes, de esos que confunden ética con etiqueta.


El capitán, para elevar la moral de la tripulación decide lanzar un concurso para buscarle un nombre al barco ya que el que se había escogido era muy largo. Varios de los remeros participaron y entre ellos el gruñón propone que el barco se llame “Adáptate” porque dice que el nombre debe dirigirse a la gente, en un lenguaje directo y que sea entendido por todos y no en nombres complicados que utilizan algunos como resiliencia, dendrogenético y permacultural. Su nombre gana el concurso y le alegra por lo menos dejar algo en el barco, un nombre que ya han empezado a pintar algunos incluso en las velas, le gusta que el nombre sea pegadizo y que todos se hayan acostumbrado rápidamente a él, y antes de que el capitán mande a que se pinte el nombre en un costado y que se imprima en las velas ya todo el mundo lo usa porque se ha hecho rápidamente popular.

El capitán convoca una vez más a la tripulación y les dice que quiere “adrizar[1]” la embarcación. Esta vez, en su charla, el capitán, un poco más humilde, reconoce que ha cometido algunos errores y que ahora todo va a cambiar a mejor y que se ha dado cuenta de que además de estar escorados[2], el barco ha estado yendo a la deriva[3].


A pesar de tan bonitas palabras nadie le cree y mientras uno se hurga con el dedo meñique en la nariz, otro aprovecha para mandarle unos whats app bien calientes a su novia como ¡cariño, vete adaptando que esta noche va a subir la temperatura! o “adáptate, que te voy a aclimatar esta noche”.

 

Nota: se adjunta un gráfico de fácil comprensión para entender el concepto de escora


El mar de fondo en el barco sigue y hay 3 pilotos que están dispuestos a atestiguar que la bruja Lola les ha mandado a hacer cambios de rumbo cuando nadie se daba cuenta para dirigirse a puertos donde tiene intereses particulares o para visitar a familiares, pero nadie se atreve a contárselo al capitán por temor a sus represalias. También temen a un ayudante de la bruja Lola que es como un ratón de barco que se pasa el día husmeando por todas partes y cuando ve que alguien no rema o que está hablando va enseguida a contárselo a la bruja.

Uno de los pilotos del barco, que antes era el favorito de Lola, ahora está como una fiera porque dice que mucho abusaba de él. A este piloto le llaman el “Tigre” porque siempre está al acecho de una presa femenina. A otro le llaman “Chespir”, porque es el intelectual de los pilotos, ya que estudió en la universidad y sólo le faltaron un par de asignaturas para terminar una carrera universitaria. Cuando está de guardia como piloto y te pones a su lado a charlar con él, las horas pasan volando. La bruja lo tiene apartado y le hace mobbing, no dándole trabajo e ignorándole, ya que no ha podido manipularlo como a los otros porque este conoce sus derechos.

Y entonces apreció en el mar una botella flotando, y mientras todos los marineros gritaban <es el plano de un tesoro, es el plano de un tesoro> otros se aprestaron a pescarla con una pequeña red y un palo largo, sacándola del agua y vieron que dentro tenía un papel amarillento….



[1] ADRIZAR: Enderezar la embarcación, que estaba escorada.

[2] ESCORAR: Inclinarse o tumbarse el barco hacia una banda.

[3] DERIVAR: Caer fuera de rumbo por efecto de la corriente.



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