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martes, 15 de agosto de 2023

RANTEPAO

 

Mercado de búfalos

Me quedo en el centro de la ciudad de Rantepao y el primer día me dedico a recorrer algo los alrededores y a ver el mercado de búfalos, del que se dice que es el mayor del mundo. Estos animales se venden para carne para las ceremonias funerarias y se matan en el mismo lugar donde se celebra. A quien le interese el tema puede consultarlo en internet. A mi me interesa más el mundo de los vivos así que no quise asistir a ninguna ceremonia funeraria y contraté para el día siguiente con un guía local ir en 2 motos, a ver los lugares más emblemáticos de la zona.

Acicalando al búfalo


En moto por los arrozales

El recorrido fue espectacular, con vistas sobre los arrozales en terrazas y por carreteras tan estrechas que te tienes que parar para dejar pasar el coche que te viene de frente. Aunque no fuimos a ninguna ceremonia no me pude escapar de ver las curiosas tumbas que excavan en las rocas.

Centro ceremonial con curiosos menhires de los que se desconoce su procedencia

El guía me explicaba muy orgullosamente que aquí cada uno se excava o encarga hacer una tumba familiar en la roca, la que se puede pagar en dinero o en búfalos y que es de por vida ya que la roca no se deteriora como nuestras tumbas de cemento. No los entierran con la caja, sino que amortajados por lo que en uno de esos agujeros pueden caber 10 o más cuerpos. Con el tiempo se van descomponiendo y pulverizando por lo que dejan espacio para nuevos miembros y siempre pertenecerá a la familia que mandó excavar la tumba. Lo dicho, en internet se encuentra mucha información al respecto.

Tumbas excavadas en la roca

Es impresionante ver las casas con forma de barco, colocadas en hilera enfrente de otras construcciones similares, pero en tamaño más pequeño para granero. La casa tiene unas escaleras por las que subir al primer piso que siempre consta de 3 habitaciones. Las laterales son los dormitorios y la central es donde se hace la vida. La parte baja es donde se cocina.

Impresionantes casas tradicionales réplicas de los barcos con los que dicen que llegaron sus ancestros

Los graneros, igualmente con muchas filigranas en sus paredes, no tienen acceso más que por un bambú con muescas que hace las veces de escalera y que colocan para subir y poder abrir una pequeña puerta lateral por donde extraen el grano. Los techos en la actualidad se hacen con zinc, pero los antiguos se cubrían con hoja de palma enhebrada, de los que quedan todavía algunos ejemplares.

Graneros

Era tiempo de cosecha y como los campos son muy pequeños todo se hace a mano. Me cuesta creer que esto sea menos trabajoso que cultivar cacao, pero si lo hacen seguro que es por una buena razón, como lo es seguramente la económica además de que el arroz se come y el cacao es para los blancos.


Arroz puesto a secar en manojos al borde de la carretera

Primero remontamos con las motos hacia las zonas altas para ver las terrazas de arrozales y luego fuimos bajando por unas carreteras de enormes pendientes, en las que tuvimos que parar a dejar enfriar los frenos de disco de la moto que dejaron de funcionar.

Arroz en terrazas


Al día siguiente a las 7 en punto espero el bus que me llevará a Tentena, el cual sale como suele ser habitual a las 8,30. En el bus hay otro extranjero, un tipo joven, alto y rubio que tiene toda la pinta de ser inglés o alemán. Resultará ser austriaco. Enseguida nos ponemos a hablar y acabamos quedando para seguir el viaje juntos ya que tenemos el mismo destino, las islas Togean.

A las 11 de la noche llegamos a Tentena donde nos quedamos a dormir en un hospedaje de mala muerte, cerca de la estación de buses. Al día siguiente vuelta a empezar, esta vez saliendo con un coche privado, ya que no hay buses, que nos lleva a Poso, donde nos venden a otro coche que nos lleva a Ampana. Al atardecer, en la playa de esta ciudad donde vamos a tomar el barco para las islas Togean, nos regala esta puesta de sol que es un avance de las vistas que nos espera en las islas.


Puesta de sol en Ampana

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