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domingo, 25 de agosto de 2024

MADAGASCAR

 


Al volar desde Uganda via Kenia hacia Madagascar tuve la suerte de poder ver el Kilimanjaro. Este sistema montañoso está formado por 3 volcanes inactivos y el más alto tiene 5891 m con nieves perpetuas. Se estima que la nieve desaparecerá antes de 2050 debido al cambio climático. En noviembre de 2010, cuando me dirigía en bus hacia el norte de Tanzania también lo vi con nieve y escribí en mi cuaderno que le quedaban sólo unos pocos años de nieve. Pues de momento todavía tiene.

La caótica Tana

Aterrizo en la capital de Madagascar, Antananarivo, también llamada Tana para abreviar, y en el trayecto hacia el hotel me asombra la cantidad de gente que hay andando por la calle. Lo siguiente que me asombrará será la cantidad de indigentes y mendigos, familias enteras con sus niños pequeños que piden en la calle, sobre todo cuando ven que eres blanco. Cuando uno cree estar curado de espantos todavía se da cuenta que hay situaciones de pobreza que te impresionan.

Paso dos días en la ciudad, visitando el palacio de la reina, a la que depusieron los franceses llevándola al exilio a Argelia y paseando por la ciudad, llena de puestos en la calle que venden de todo. Voy al jardín botánico para ver algunas de las plantas endémicas del país y veo los primeros lémures. Sólo estoy aquí para tomar el avión que me llevará a la isla de Nosy Be, para luego pasar a la gran isla de nuevo, donde poder visitar la zona de cacao. Tomo el avión porque las carreteras del país están en muy mal estado como no tardaré en tener ocasión de comprobar.

La vista idílica de Nosy Be


La isla  de Nosy Be, aunque tiene zonas muy bonitas, se está orientando hacia un turismo de masas, de vuelos charter, sobre todo de Italia y algún otro país europeo, aparte de los sempiternos franceses que siguen colonizando el país económicamente. Están construyendo resorts en las mejores playas, cerrando en muchos casos los accesos a las mismas, o dejando resquicios muy difíciles de encontrar. Alquilo una moto para ver la isla pero en algunos sitios no consigo llegar a la playa, bien por el mal estado de las pistas o porque han cerrado el acceso. En fin, es todo lo que no me gusta y que me lleva a disfrutar de esta isla menos de lo que esperaba. Hago una excursión a dos islas, Nosy Komba, donde visitas una zona donde hay lémures a los que les dan plátanos para que acudan y a ti te ponen una cinta en la muñeca por la entrada que has pagado, como si estuvieras en Disneylandia.

Lemures en Nosy Komba (son de la misma especie y el color diferencia el sexo)


En la otra isla, Nosy Tanikely (habréis advinado ya que Nosy en malgache significa isla y Be significa grande) comemos en la playa al mediodía y luego puedes bañarte en una zona donde hay tortugas, peces, y el coral completamente destrozado por los turistas que se ponen de pie encima de los mismos cuando se cansan de nadar. Un desastre. Todo y así voy a volver porque tengo que coger el avión que me llevará de vuelta a la capital para tomar mi siguiente vuelo.

Por suerte, en Nosy Be me cambio del primer hotel que había escogido, que tenía un montón de mosquitos y me consigo una habitación preciosa, con suelo de madera que es lo que me vuelve loco y un balcón desde donde ver el ir y venir de los barcos de pescadores. Un sueño.

Mujeres en una playa de Nosy Be


Llega el día en que me toca irme a la isla verdaderamente grande, a la propia Madagascar, a la zona de Ambanja donde he contratado con una agencia que hace turismo comunitario un tour de 5 días, la mayor parte en bicicleta. El puerto de Nosy Be es caótico y uno no sabe que barco es el que le toca, pero de alguna manera consigo embarcarme en una lancha en donde me pegan la bronca porque me he sentado entre dos mujeres y la norma es que los hombres vayan en la borda por si hay algún problema. Yo lo que digo es que si hay algún problema aquí morimos todos, pero en fin, si así lo quieren, pues me cambio de sitio.

Al otro lado me espera Francisco, un malgache del norte que me acompañará los siguientes días además de otros 5 días adicionales en que iré visitando parques naturales hasta llegar a la ciudad de Antsarinana, también llamada Diego Suárez en honor de 2 portugueses (uno se llamaba Diego y el otro Suárez) que en épocas diferentes arrasaron la ciudad. Cosas que no se entienden.

Mi guía Francisco. Sin el me habría perdido irremisiblemente entre los campos de cacao

Nada más llegar dejo la maleta en el hotel y cogemos una bicicleta de montaña para cada uno y nos vamos a atravesar campos de cacao como si no hubiera un mañana. Pasamos por una finca ecológica llamada “Akesson Organic”, donde dicen que se cultiva uno de los mejores cacaos del mundo. Pasamos por zonas donde están abriendo las mazorcas que enseguida son seleccionadas por mujeres para ponerlo en sacos y llevarlo al beneficio central de la empresa. Todo está super controlado por un montón de gente empleada, desde trabajadores hasta guardianes y supervisores.

Abriendo mazorcas de cacao ecológico en la finca de Akesson

Los robos, ahora que los precios del cacao han aumentado están arreciando y la seguridad se ha convertido en un tema prioritario. Más teniendo en cuenta que la empresa le paga alrededor de 65 € mensuales (el salario mínimo fijado por el gobierno) a sus trabajadores. Esta empresa (Akesson) deja que sus empleados vivan en sus parcelas pero sólo en casas de madera y bambú, no pueden construir en cemento. También en las parcelas se avisa por medio de letreros de la prohibición de que los cebús pasen por las propiedades grandes, ya que a estos animales les gusta mucho el cacao, por lo que representan un gran problema si entran a una plantación. Para el otro problema, el de los robos, también hay varios avisos de lo que les pasará a quienes osen robar en alguna de las propiedades. También utilizan lo que llaman “fady” que es una especie de magia, que traerá desgracias a quien vaya en contra de ello, y que puede simbolizarse por un paño rojo, como se ve en la foto. No supieron traducirme la inscripción en árabe, pero parece que no dice nada bueno y que quienes lo entienden no van a robar y los que no lo entienden, por si acaso, tampoco.

¡Los avisos!

He intentado averiguar en internet quienes son los propietarios de Akesson y no he encontrado nada, aquí me han dicho que es una plantación de unos suecos. Tienen en total 650 hectáreas mientras la media de los pequeños productores es de menos de 1 ha.

Cerca de esta propiedad hay pequeños productores, viéndose enseguida la diferencia. Los árboles son de porte más alto, por lo que tienen menos frutos, probablemente no son variedades seleccionadas, están menos cuidados, comparten el territorio con otros frutales (lo que está bien en aras a la diversidad, aunque hay menos árboles de sombra) y están sembrados a diferentes distancias. Hay ylang-ylang, vainilla, pimienta, plátanos, …..

El orgullos Norbert presidente de la cooperativa Fanavotana

En uno de los pueblos donde pasamos, en Anjavimilay, hablamos con Norbert Mora, presidente de una pequeña cooperativa de sólo 12 miembros, pero que a su vez pertenece a una Unión que engloba a un total de 23 cooperativas. Dice que la producción de la Unión puede alcanzar, dependiendo del año, las 500 o 600 tn y le venden en fresco a la gran empresa Millot, que fermenta y a su vez le vende el cacao seco a Valrhona. Norbert planta en su terreno a 4 x 4 m, ya que dice que la tierra no es muy buena, lo que le da unos 600 a 700 plantas por ha. Lo del precio al que venden no me queda muy claro. Por un lado me dicen que la empresa de comercio justo Ethiquable les paga 6,40 € FOB, pero luego vienen las primas, la parte que les corresponde por SPP (asociación de pequeños productores) y la ayuda para el transporte a un puerto ahora más lejano ya que las conexiones con el puerto de Diego Suárez están mal por la pérdida de 2 puentes que se llevaron las lluvias torrenciales del año pasado.

Un oficio muy duro, el transportar por las horribles calles de las ciudades a pasajeros en estas vetustas bicicletas, llamadas cyclo-pousse, y que poco a poco van siendo sustituidos por los tuk-tuk importados de la India. 




sábado, 17 de agosto de 2024

UGANDA

 

Paisajes al oeste de Uganda, cerca de Fort Portal

Uganda tiene unos 48 millones habitantes, similar a España con una superficie de 241 000 km2, la mitad que nosotros. Comparten unos 30 idiomas de los más de 2000 que se hablan en África, siendo el suajili el más hablado. Toda esa diversidad cultural se pierde porque el idioma oficial junto con el suajili es el inglés y cuando dos personas de diferentes etnias no se entienden, tienen que recurrir a uno de estos idiomas, junto con el Luganda, otro idioma bastante hablado, como les pasaba a Herbert y a Denis.

La cultura también puede ser un hándicap en otras cosas, más en esta época de prisas e inmediatez. Como ejemplo lo que me contaba la guía que contraté en Fort Portal para visitar la ciudad, que decía que todos los habitantes de esta zona, cuando nacen, aparte del nombre oficial reciben un apodo relacionado con su familia. Todavía reina la costumbre de que la gente quiere que se le llame por ese apodo. Cuando hay una reunión, incluso de tipo oficial, hay varios que tienen el mismo apodo, lo que provoca confusión, y entonces toca añadir al apodo el primer nombre.


Las bananas, para hacer el matoke, quizás la comida más popular en el país, se encuentran por todos lados y se transportan en bicicleta y moto desde los lugares más alejados e inaccesibles con coche.

Pero vine aquí para ver cacao y contrato por mi cuenta un guía con coche para que me lleve a la zona, a unos 70 km y me haga de intermediario con los lugareños.

Presidente de la cooperativa West Bundibugyo Cocoa growers

Para ello me fui a la zona de Bundibugyo, cerca de la frontera con la RD del Congo. Esta es una de las dos zonas más productoras de cacao en Uganda. Pude hablar con varias personas allí, con algunas compañías que compran cacao y con miembros de una cooperativa. El precio que pagaban ese día a los productores por un kg de cacao seco de buena calidad era de 32 000 shilling ugandeses, que equivalen a unos 8 euros. Un precio que tiene contentos a los agricultores, pero no a los compradores. En un pedazo de carretera había varias empresas de diferentes tamaños que compran cacao, incluso Olam tiene ahí sus instalaciones y hay una Unión de cooperativas que agrupa a 84 cooperativas con un total de 11 000 miembros, que trabaja con empresas como Silva o Latitudes.

Los productores de una cooperativa me decían que los efectos de los precios de este año ya se hacen notar y que algunos agricultores han empezado a mejorar sus casas cambiando las paredes de adobe por paredes de ladrillos. Después de años en que se les pagaba a precios muy bajos (el año pasado por estas fechas se pagaba el kilo a 10 000 shilling, unos 2,5 €) se ve como en países donde no hay un control impositivo sobre este producto como en Costa de Marfil y Ghana, los productores pueden realmente aprovechar de esta bonanza.

 

Cacao en un sistema agroforestal en la zona de Bundibugyo

También me contaban que muchos productores están sembrando más árboles, espoleados por los buenos precios, aunque no he visto que tengan viveros organizados ni que utilicen técnicas como la del injerto para mejorar sus producciones. Hay otros efectos indirectos que vienen con los buenos precios, no tan positivos y es que, en esta zona, quizás por su pobreza, no usan productos químicos, y por lo tanto el cacao está certificado como orgánico (aunque me quedé con algunas dudas al respecto) y ahora debido a los mayores ingresos serán capaces de comprarlos.

En esta época están en el final de la pequeña cosecha. La gran cosecha empieza en septiembre y dura hasta enero-febrero. Su mayor reto es conseguir secar el cacao, ya que las lluvias no dan mucho respiro. Por eso venden a las empresas o a alguna de las cooperativas que tienen pequeños invernaderos de secado. Latitudes por ejemplo sólo compra en baba para fermentar y secar ellos mismos y asegurar mejor la calidad. Otras compañías que antes no compraban en baba ahora lo hacen debido a la feroz competencia que hay entre compradores. Y también compran cacao de las zonas próximas de la RD Congo cuando los precios allá están más bajos.

Aunque los precios estén altos, los que hacen chocolate bean to bar tienen medios, conocimientos y opciones para encontrar vías como contornear la situación. Cuando los precios están bajos, los agricultores no tienen más opción que malvender su cacao. No estaría mal encontrar una vía intermedia en que ambos lados pudieran acabar satisfechos, recibiendo y pagando un precio justo, desde el haba hasta la tableta.

Con los miembros de la cooperativa

De vuelta en Fort Portal recorro algo la ciudad, que no encuentro especialmente atractiva, en contra de lo que dice mi guía del Petit Futé. Una particularidad de Uganda es que en los diferentes distritos sigue habiendo reyes, correspondientes a los reinos de antaño. Estos administran sus rentas, ya que tienen grandes posesiones heredados de sus antepasados.

Con Yvonne, mi guía en Fort Portal, delante de la entrada del palacio del rey

Decido emprender el viaje de regreso, yendo hacia Kampala, la capital que no se puede evitar. El viaje en bus, tarda 7 horas en hacer los 300 km que nos separan de Kampala, de los que la mitad están en mal estado. Denis me había dicho que eran 4 horas y que la carreta estaba buena. Supongo que lo dijo llevado por el orgullo ugandés. Cuando llego está lloviznando aunque la gente camina como si no pasara nada. Yo me atrevo por primera vez a coger un boda-boda, quien con requiebros de vértigo me lleva a mi hotel, aunque tiene que preguntar la dirección ya que, aunque me dijo que sabía dónde estaba, en realidad no sabía ni inglés. Si uno quiere vivir una experiencia fuerte le recomiendo subirse a una de estas motos.

Motos boda-boda esperando clientes en Kampala

En Kampala sólo paso esa noche y al día siguiente me voy en Uber al puerto de Entebbe, para irme a una isla que está en el lago Victoria. Estos últimos días los paso en la isla Bugala, mi isla 133, un paraíso para los amantes de los pájaros. Me lo paso recorriendo a pie partes de la isla ya que en el lago no me puedo bañar (por la bilharziosis, ahora llamada esquistosomiasis) aunque veo gente del lugar haciéndolo.

Mi guía en la isla para no perderme por el bosque

El último día, ya algo aburrido, veo que el hotel organiza un “crucero” por el lago. Sin nada mejor que hacer me apunto pensando que iremos a ver más pájaros y alguna zona alejada. Pero al principio, para mi desesperación, el tiempo iba pasando, los pasajeros iban llegando a cuentagotas, la música en el barco estaba muy fuerte y encima nos fuimos al puerto a esperar el barco grande que venía de tierra firme para ver si había más pasajeros que se apuntaban. Total, que el crucero se convirtió en noche de fiesta y todo el mundo, según iban aumentando las consumiciones de alcohol, acabó bailando, incluido el menda. Por suerte el capitán supo mantenerse sobrio y llegamos bien a  puerto sobre las 10 de la noche.

Poblado en la costa (Lutoboka)

Al día siguiente tocaba ir de nuevo a Entebbe, ya que de ahí voy a volar a Madagascar

lunes, 12 de agosto de 2024

GORILAS EN LA NIEBLA

 


En el viaje hacia el que llaman el bosque impenetrable de Bwindi, entiendes el término de gorilas en la niebla. Mientras asciendes a pleno día por una carretera de tierra llena de curvas, la niebla apenas te deja ver nada. Este complejo de montañas, llamado el macizo de Rwenzori, engloba las montañas de Virunga, del lado del Congo y de la parte de Ruanda. El pico más alto es el monte Stanley con 5109 m. El bosque de Bwindi está del lado de Uganda. Estos son los tres lugares donde se encuentran los cerca de 1000 gorilas de montaña que hay en el planeta (los gorilas de llanura, delos que hay más, se encuentran en África occidental).

Por la mañana nos desplazamos a la entrada que tenemos asignada (los permisos hay que comprarlos con meses de antelación y te los adjudican en función de la demanda) y después del correspondiente briefing, nos agrupan a 8 personas más nuestro ranger guía y dos rangers más que van armados. Hay tres grados de dificultad, según donde se encuentren los gorilas, que previamente desde temprano han sido rastreados por otros rangers y que por walkie talkie informan a los guías. En función de donde están, lo lejos o abrupto del terreno, es el mayor o menor grado de dificultad. En mi grupo vuelvo a encontrarme a las tres chinas con las que coincidí en Kyumbura y además hay dos parejas de gringos.


La familia de gorilas que nos ha tocado se llama Posho (un tipo de comida ugandesa) y está formada por 17 miembros, uno de los grupos más grandes de la zona. Nos ofrecen que cojamos a porteadores (a 20 dólares cada uno) para que nos llevan nuestras mochilas y que nos ayuden en las fuertes subidas y bajadas por el bosque. Yo soy el único que no pide porteador y una gringa pide dos, uno que la coge de la mano y otro que la empuja en las subidas. El día que necesite un porteador para que me ayude a subir una cuestecita y para que me lleve el agua y la mochila, dejaré de viajar.

Bajamos por una fuerte pendiente con paisajes impresionantes viendo el bosque al fondo. Hace un día espléndido y la niebla se ha disipado así que las condiciones son ideales para poder ver a nuestros parientes.

Magara

Cuando llegamos al fondo hay que cruzar un pequeño río y los porteadores nos cruzan en brazos. Y al poco rato nos encontramos de frente con Magara, el macho espalda plateada del grupo. Los rangers nos indican donde ponernos y poco a poco nos vamos acercando. Los pequeños nos ven y se van enseguida con sus madres. La gente se pone a hacerse selfies con los gorilas y esto me va pareciendo cada vez más un circo. Los rangers con sus machetes cortan algunas ramas para que podamos verlos mejor. La familia de gorilas, imperturbables, siguen comiendo sus plantas y no nos hacen nada de caso. Lo siguiente que les enseñarán será que nos den un abrazo a cada uno cuando nos vayamos.

Una de las hembras

En todo caso es impresionante verlos en su hábitat y sobre todo el porte del espalda plateada. Los rangers se esfuerzan para que podamos verlos bien ya que esperan las propinas, sobre todo porque si tenemos en cuenta a las chinas que viven en EEUU, hay 7 gringos en el grupo y un catalán. Y efectivamente, una vez pasada la hora que está permitida de estar con los gorilas para no estresarlos, cuando nos empezamos a alejar, nuestro guía empieza a cantarnos las alabanzas de los rastreadores que han permitido que podamos ver los gorilas y l@s gring@s empiezan a repartir billetes de 20 dólares como si esto fuera Hollywood (de hecho, una de las parejas venía de allí y por el camino contaban que llevaban un mes entrenándose en la montaña donde están las famosas letras) y me quedo sorprendido de que una actividad por la que todos hemos pagado 900 dólares, todavía tengamos que pagarles a los rangers, con la excusa de que reciben un salario muy bajo.
Hembra pillada in fraganti

Una de las chinas se sentía indispuesta desde que íbamos bajando y no se veía capaz de hacer el camino de vuelta, así que llamaron al helicóptero ugandés, que consiste en 6 porteadores que llevan unas parihuelas con una colchoneta y que se van turnando para subir a la persona que lo requiera hasta la cumbre. El coste de este helicóptero humano es de 300 US$. Yo alucino.


En el camino de vuelta. Mujeres trabajando y arando a mano toda la ladera hasta arriba

Cuando nuestro grupo llega a la cumbre, donde nos esperan los coches, ya es mediodía, y parece que hay que volver a repartir propinas. Yo por mi parte considero que ya pagué y dejo que los gringos asuman mi parte. Sólo doy 20 US$ a repartir entre 3 rangers a quienes nadie les hace caso.

Este tema de las propinas ha sido algo con lo que me he estado comiendo el coco desde antes del viaje. Ya la empresa de Barcelona, con la que contraté este tour, te manda un documento en el que incluso te indican las cantidades que son apropiadas. Nunca he sido partidario de las propinas, que me parece un sistema anticuado que utilizan los empresarios para traspasarte su responsabilidad de no pagar adecuadamente a sus trabajadores.

En la zona se encuentran muchos camaleones

La excusa de que los salarios son muy bajos no me sirve. Eso es responsabilidad del gobierno que mantiene un obsoleto salario mínimo desde 1984 de 1,5 € al mes, lo que es totalmente ridículo. Pero hasta que el Parlamento no apruebe otro este es el que rige. Eso permite que se pague a los empleados lo que a uno le dé la gana rigiendo la ley de la oferta y la demanda, que siempre cae del lado más fuerte.

Paisaje en una de las zonas con más densidad de población de Uganda y donde se aprovecha todo el terreno para la agricultura. También se pueden ver a la derecha los campos de té que suelen limitar con el bosque


Por ejemplo, a una empleada de hogar, que vive en la casa y a la que se le da comida, se le puede pagar unos 15 euros al mes. Una camarera en un hotel puede ganar unos 50 euros, un médico internista 250 y un médico jefe unos 1000 euros al mes. Los empleados del gobierno, como los rangers, ganan muy poco aunque nadie me ha sabido decir cuánto.

Campos de papas en los fondos de los valles, sólo cultivados en época seca ya que en la época de lluvias todo queda inundado

Al final me alegro de que se acabe el safari ya que viajar mucho tiempo con gente (mis guías) no es lo mío y aparte de mi amiga Rosa, la única persona con la que puedo viajar, me alegro de haber estado solo en el viaje. No sé cómo me hubiera ido si hubieran venido los otros 2 turistas que estaban previstos.




Pongo este pequeño video de un baile que hacían en el hotel, de un grupo de mujeres de la comundad. Los gorilas seguro que se pueden ver mejor en cualquiera de los documentales de la 2.

El último día, después de dormir en el lago Bunyoni, me llevan en el coche a Fort Portal, la zona donde cerca quiero ir a ver cacao y donde ya empiezo a viajar por mi cuenta hasta que llegue a Madagascar donde tengo otra cosita organizada.










martes, 6 de agosto de 2024

PRIMATES

 

Chimpancé que nos miraba desde las alturas. Si no tienes cuidado, te mean encima

Vine a Uganda sobre todo a ver primates y cacao ….así que el día de mi cumpleaños conseguí ver los primeros chimpancés en libertad. Fue en el Parque Nacional Kibale, que es el más visitado con este fin, donde organizan varios grupos de máximo 8 personas con 1 o 2 rangers armados que te acompañan. La idea es que cada grupo de turistas vaya hasta un grupo diferente de chimpancés y poderlos ver tranquilamente sin estresarlos. Estos chimpancés, aunque son salvajes, están habituados a ver humanos y no nos consideran enemigos, como si lo hacen con otras especies de monos.

Algunos de los rangers armados

Pero los rangers se saltan las normas y al final nos juntamos 6 grupos diferentes, en total 30 turistas, persiguiendo y rodeando a uno de los pocos chimpancés que se atrevió a asomarse por ahí. Finalmente, nuestro grupo se apartó de los demás y pudimos ver a un macho venir caminando tranquilamente antes de ponerse a chillar y atravesar nuestro grupito a toda pastilla zarandeando los arbustos que había alrededor y subirse a un árbol.

Chimpancé con cara de pocos amigos

En resumen, me alucinó ver a estos animales, más grandes de lo que uno se piensa, pero me decepcionó un poco la manera como está organizado.

Por la noche se me escapó decir que era mi cumpleaños así que Herbert y Denis compraron una tarta que nos comimos en el hotel.


Al par de días fuimos a la garganta de Kyambura, otro lugar donde ver chimpancés y esta vez fue de lo mejor. Primero éramos un grupo pequeño, 3 españoles y 3 chinas (una de EEUU, una de Taiwan y otra de China). El bosque era muy bonito, con enormes árboles, con un río que corre por su fondo, donde los animales van a beber (búfalos, elefantes, hipopótamos y también los chimpancés). Al ser un grupo pequeño no nos molestábamos unos a otros y pudimos ver a los chimpancés comer, echarse una siesta y luego irse al otro lado del río balanceándose por las ramas de los árboles en una demostración de agilidad.

Macho alfa del grupo, descansando antes de ponerse a beber en el río

Los ugandeses dicen que los chimpancés son nuestros primos, con quienes parece que compartimos algo más del 98% del ADN. Cuando les preguntaba que parentesco tenemos con los gorilas, no supieron decirme. Yo digo que serán nuestros tíos. También veíamos otros monos, pero ninguno tan impresionante como nuestros parientes cercanos.

Una cosa que me pareció interesante es que la autoridad gubernamental que regula los parques nacionales, incentiva a empresas y productores a plantar enormes extensiones de té alrededor de los parques, ya que a los chimpancés y a muchos otros monos no les gusta esta planta y eso lleva a que no salgan del bosque, donde encuentran su comida, y así no ocurran enfrentamientos con los pobladores de alrededor, si fueran a robarles a sus plantaciones.

Los babuinos se encuentran por todas partes y hay que tenerles como mínimo respeto ya que no tienen miedo a la gente y pueden ser agresivos. Estos de la foto estaban en uno de los lugares previstos para descansar y que tiene baños, al lado de un río que es la frontera con la RD del Congo. Sólo cruzarlo y ya uno podía estar ahí, en ese país que atrae y da miedo al mismo tiempo.

En el canal de Kazinga me quedé en un hotel que está al borde del mismo del agua, como la cabaña que se ve en la foto. Por la noche si querías ir al restaurante o de allí a tu habitación, te tenía que acompañar un guarda del hotel armado, ya que te puedes encontrar cualquier animalote en el camino.

En el mismo canal conviven tranquilamente búfalos, hipopótamos y cocodrilo, estos últimos no se ven, pero están.



Desde nuestro bote también podíamos ver otros animales, como este lagarto monitor, que utiliza sobre todo su cola para defenderse

Y saliendo del hotel nos encontramos con este Black and white colobus, otro mono curioso.







viernes, 2 de agosto de 2024

Por los Parque Nacionales de Uganda

 


Las cataratas de Murchison, nombradas en honor del presidente de la Royal Geographical Society (Reino Unido), alimentadas por el agua que viene del río Nilo Victoria, son una de las más poderosas que existen, al tener que pasar entre unas rocas con solo 6 m de ancho. Al visitarlas no se debe decir al guía que quizás hay otras más poderosas o que el río Nilo no sea el más largo del mundo, que eso todavía está en discusión. No les caerás bien. Los ugandeses son gente muy orgullosa de lo suyo, es algo que he podido notar desde el principio. Además, a pesar de llevar sólo 2 semanas aquí, compartiendo primero todo el día con mis dos guías y luego con más gente con la que he tenido ocasión de conversar, tengo la impresión, comparándolos con los togoleses, que los ugandeses son más serios, menos acuciantes, más reservados….. Además, no muestran afecto en público ni les gusta que otros lo hagan.


En este Parque Nacional de Murchison es donde más animales se encuentran en el país, desde miles de antílopes de varias clases, hasta manadas de elefantes (las orejas del elefante africano tienen la forma del continente africano lo que lo diferencia del asiático) y búfalos, éstos siempre atentos cuando te acercas.


Los temibles hipopótamos se pueden ver por todos lados donde haya agua así como a los facoceros con sus colas levantadas cuando salen corriendo, pero también están los que no se ven, como la tripanosomiasis (mal de Chagas) y las moscas tse-tse, que hicieron que a principios del siglo pasado la población abandonara este territorio. Desde hace algún tiempo han conseguido controlarlos, sobre todo la mosca tse-tse, con unas trampas hechas con mosquitera y telas de color negro y azul que las atrae y en las que acaban cayendo en la parte superior sin poder salir y muriendo deshidratadas.








La temible mosca tse-tse



En el canal de Kazinga, cuando hace calor se puede ver en sus orillas elefantes, hipopótamos, búfalos y a los enormes cocodrilos del Nilo. También vimos un lagarto monitor además de cigüeñas y muchas diferentes aves de las que ni me acuerdo del nombre.


Lo que uno busca ver en estos safaris son sobre todo los grandes depredadores y en los primeros dos días no los conseguíamos ver. Lo que se hace es recorrer las pistas del parque haciendo lo que llaman un “game drive”, que significa algo así como una “conducción al azar”, o sea buscar la suerte de ver animales.

De pronto un leopardo saltó de un árbol y se escondió entre la maleza. Fue como haber visto una sombra por lo que no le pude hacer ninguna foto. Ya hacia el final del día, haciendo un par de maniobras que no puedo contar aquí, conseguimos ver una manada de jóvenes leones, donde uno de ellos ya apunta maneras, rugiendo como aviso, cuando nos acercamos.

Se puede ver como las Euphorbias candelabro sirven para algo más que adornar. La leona que está en el árbol tiene un collar con GPS por lo que es fácil localizarla para los rangers. Al lado tiene a sus cachorros.

Sobre los leones tengo una pequeña anécdota. Primero tengo que decir que Herbert, chofer y guía, además de ser una persona super responsable, muy buen conductor y que sabe muchísimo de la naturaleza en Uganda, tiene además una vista privilegiada que veía cualquier animal a kilómetros de distancia. Mientras, Denis, más joven, tiene menos experiencia y creo que se le pegó algo de la manera cubana por el tiempo que pasó allá. Paramos en una pista del parque a mear y Herbert se quedó al lado de su puerta. Yo antes de bajar le pregunté a Denis si había leones en esa zona y me dijo que no, para nada. Así que me bajé y para no estar al lado de Herbert me fui al otro lado de la pista. Al regresar al coche Herbert me dijo que no me fuera tan lejos del coche la próxima vez. Me extrañó. Nada más arrancar me dice, creo que estoy viendo algo, paró el coche y me señaló a unos 50 metros un punto, donde se veían dos leonas, sólo la cabeza y las orejas por encima de la hierba y que como dijo Denis, estaban en posición de caza. Eran las 7 de la tarde, cuando anochece, la hora en que salen a cazar y a partir de ese momento ya sólo le pregunté a Herbert lo que podía hacer o no.


Mis fotos no son muy buenas porque decidí no llevar ninguna cámara y en cambio hacer las fotos con mi teléfono. Había gente que llevaba cámaras más largas que mi brazo y cuando había algo interesante sólo oías el ruido de los disparos, haciendo decenas de fotos del mismo animal y viéndolos a través del visor. Si yo, que hice pocas fotos, ya tengo problemas para ordenarlas, no sé cómo lo hará esta gente. Yo disfruté viendo a los animales y el par de fotos que hice me ayudan a recordarlo, y para eso no importa la calidad. Además, me queda todavía mucho viaje por delante y quiero ir ligero de equipaje. Con los  12 kg que llevo, a veces todavía pienso que podía haber dejado algo más en casa.

A veces no daba tiempo ni a pensar en hacer la foto, cuando una camada de mangostas cruzaba a toda velocidad la pista, escondiéndose enseguida en sus madrigueras, o una serpiente se escabullía entre la hierba.


En general, después de haber visto hace ya algunos años este tipo de animales en Tanzania, tengo que decir que allí se ven muchos más animales que aquí, pero eso a mis guías tampoco se les podía decir así que sólo lo cuento aquí.

Uganda está plagado de cráteres de volcanes, algunos que forman lagos, unos muy profundos, como este que incluso lo pusieron en su billete de 20 000 shillings (5 €).



Y a uno de estos lagos llegan miles de flamingos desde Kenia, adonde vienen en estado juvenil siendo de color blanco y por el tipo de alimentación existente adquieren aquí su color rosado.  Además, de este lago se extrae sal del suelo con un método muy particular. Fue una experiencia curiosa verlo, algo que primero no me llamaba la atención y luego me resultó de lo más interesante.


Y algunos de los curiosos animales que te encuentras en la sabana, así como las vacas de cuernos largos.



Pero yo vine a Uganda sobre todo a ver primates y cacao ….