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lunes, 12 de agosto de 2024

GORILAS EN LA NIEBLA

 


En el viaje hacia el que llaman el bosque impenetrable de Bwindi, entiendes el término de gorilas en la niebla. Mientras asciendes a pleno día por una carretera de tierra llena de curvas, la niebla apenas te deja ver nada. Este complejo de montañas, llamado el macizo de Rwenzori, engloba las montañas de Virunga, del lado del Congo y de la parte de Ruanda. El pico más alto es el monte Stanley con 5109 m. El bosque de Bwindi está del lado de Uganda. Estos son los tres lugares donde se encuentran los cerca de 1000 gorilas de montaña que hay en el planeta (los gorilas de llanura, delos que hay más, se encuentran en África occidental).

Por la mañana nos desplazamos a la entrada que tenemos asignada (los permisos hay que comprarlos con meses de antelación y te los adjudican en función de la demanda) y después del correspondiente briefing, nos agrupan a 8 personas más nuestro ranger guía y dos rangers más que van armados. Hay tres grados de dificultad, según donde se encuentren los gorilas, que previamente desde temprano han sido rastreados por otros rangers y que por walkie talkie informan a los guías. En función de donde están, lo lejos o abrupto del terreno, es el mayor o menor grado de dificultad. En mi grupo vuelvo a encontrarme a las tres chinas con las que coincidí en Kyumbura y además hay dos parejas de gringos.


La familia de gorilas que nos ha tocado se llama Posho (un tipo de comida ugandesa) y está formada por 17 miembros, uno de los grupos más grandes de la zona. Nos ofrecen que cojamos a porteadores (a 20 dólares cada uno) para que nos llevan nuestras mochilas y que nos ayuden en las fuertes subidas y bajadas por el bosque. Yo soy el único que no pide porteador y una gringa pide dos, uno que la coge de la mano y otro que la empuja en las subidas. El día que necesite un porteador para que me ayude a subir una cuestecita y para que me lleve el agua y la mochila, dejaré de viajar.

Bajamos por una fuerte pendiente con paisajes impresionantes viendo el bosque al fondo. Hace un día espléndido y la niebla se ha disipado así que las condiciones son ideales para poder ver a nuestros parientes.

Magara

Cuando llegamos al fondo hay que cruzar un pequeño río y los porteadores nos cruzan en brazos. Y al poco rato nos encontramos de frente con Magara, el macho espalda plateada del grupo. Los rangers nos indican donde ponernos y poco a poco nos vamos acercando. Los pequeños nos ven y se van enseguida con sus madres. La gente se pone a hacerse selfies con los gorilas y esto me va pareciendo cada vez más un circo. Los rangers con sus machetes cortan algunas ramas para que podamos verlos mejor. La familia de gorilas, imperturbables, siguen comiendo sus plantas y no nos hacen nada de caso. Lo siguiente que les enseñarán será que nos den un abrazo a cada uno cuando nos vayamos.

Una de las hembras

En todo caso es impresionante verlos en su hábitat y sobre todo el porte del espalda plateada. Los rangers se esfuerzan para que podamos verlos bien ya que esperan las propinas, sobre todo porque si tenemos en cuenta a las chinas que viven en EEUU, hay 7 gringos en el grupo y un catalán. Y efectivamente, una vez pasada la hora que está permitida de estar con los gorilas para no estresarlos, cuando nos empezamos a alejar, nuestro guía empieza a cantarnos las alabanzas de los rastreadores que han permitido que podamos ver los gorilas y l@s gring@s empiezan a repartir billetes de 20 dólares como si esto fuera Hollywood (de hecho, una de las parejas venía de allí y por el camino contaban que llevaban un mes entrenándose en la montaña donde están las famosas letras) y me quedo sorprendido de que una actividad por la que todos hemos pagado 900 dólares, todavía tengamos que pagarles a los rangers, con la excusa de que reciben un salario muy bajo.
Hembra pillada in fraganti

Una de las chinas se sentía indispuesta desde que íbamos bajando y no se veía capaz de hacer el camino de vuelta, así que llamaron al helicóptero ugandés, que consiste en 6 porteadores que llevan unas parihuelas con una colchoneta y que se van turnando para subir a la persona que lo requiera hasta la cumbre. El coste de este helicóptero humano es de 300 US$. Yo alucino.


En el camino de vuelta. Mujeres trabajando y arando a mano toda la ladera hasta arriba

Cuando nuestro grupo llega a la cumbre, donde nos esperan los coches, ya es mediodía, y parece que hay que volver a repartir propinas. Yo por mi parte considero que ya pagué y dejo que los gringos asuman mi parte. Sólo doy 20 US$ a repartir entre 3 rangers a quienes nadie les hace caso.

Este tema de las propinas ha sido algo con lo que me he estado comiendo el coco desde antes del viaje. Ya la empresa de Barcelona, con la que contraté este tour, te manda un documento en el que incluso te indican las cantidades que son apropiadas. Nunca he sido partidario de las propinas, que me parece un sistema anticuado que utilizan los empresarios para traspasarte su responsabilidad de no pagar adecuadamente a sus trabajadores.

En la zona se encuentran muchos camaleones

La excusa de que los salarios son muy bajos no me sirve. Eso es responsabilidad del gobierno que mantiene un obsoleto salario mínimo desde 1984 de 1,5 € al mes, lo que es totalmente ridículo. Pero hasta que el Parlamento no apruebe otro este es el que rige. Eso permite que se pague a los empleados lo que a uno le dé la gana rigiendo la ley de la oferta y la demanda, que siempre cae del lado más fuerte.

Paisaje en una de las zonas con más densidad de población de Uganda y donde se aprovecha todo el terreno para la agricultura. También se pueden ver a la derecha los campos de té que suelen limitar con el bosque


Por ejemplo, a una empleada de hogar, que vive en la casa y a la que se le da comida, se le puede pagar unos 15 euros al mes. Una camarera en un hotel puede ganar unos 50 euros, un médico internista 250 y un médico jefe unos 1000 euros al mes. Los empleados del gobierno, como los rangers, ganan muy poco aunque nadie me ha sabido decir cuánto.

Campos de papas en los fondos de los valles, sólo cultivados en época seca ya que en la época de lluvias todo queda inundado

Al final me alegro de que se acabe el safari ya que viajar mucho tiempo con gente (mis guías) no es lo mío y aparte de mi amiga Rosa, la única persona con la que puedo viajar, me alegro de haber estado solo en el viaje. No sé cómo me hubiera ido si hubieran venido los otros 2 turistas que estaban previstos.




Pongo este pequeño video de un baile que hacían en el hotel, de un grupo de mujeres de la comundad. Los gorilas seguro que se pueden ver mejor en cualquiera de los documentales de la 2.

El último día, después de dormir en el lago Bunyoni, me llevan en el coche a Fort Portal, la zona donde cerca quiero ir a ver cacao y donde ya empiezo a viajar por mi cuenta hasta que llegue a Madagascar donde tengo otra cosita organizada.










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