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sábado, 4 de agosto de 2012

Vanuatu


Barca a Nguna
Las casualidades hacen que un lugar te guste más o menos que otro. Quizás algún día vuelva a Fiji (no lo creo) y lo pueda disfrutar pero de momento no me convenció. Llegué a Port Vila, capital de Vanuatu al mediodía y siguiendo las indicaciones de la LP me fui a la terminal doméstica para así tomar un taxi colectivo que sólo por 2 euros me llevó a la puerta de mi hotel. Estoy en una habitación con 3 camas pero no hay más compañeros de habitación así que la tengo solo para mí.
Barco
La recepcionista, Silvia, habla inglés y francés así que decidimos hablar en francés para cambiar un poco. Cuando le pregunto que si es peligroso andar de noche me dice que no tanto pero que si quiero salir esta noche ella va a ir a la celebración del 32 aniversario de la independencia de Vanuatu. Quedamos para salir a las 8 de la noche cuando ella acabe su turno y casi a escondidas porque según ella su jefe, que es chino, no le gusta que haya mucha confianza con los clientes. A sus espaldas, cuando no la ve, le hace morisquetas mientras el chino le está pegando la bronca al vigilante de noche. Empezamos a andar pasando por varias calles, alejándonos del centro, por lugares que yo sé que no volveré encontrar y menos de noche. Al cabo de media hora se oye música, nos vamos encontrando con cada vez más gente caminando y coches circulando (lo que aquí vuelven a hacer por la derecha, con lo que ya acabo totalmente desconcertado y cada vez que cruzo la calle tengo que mirar en todas las direcciones) y llegamos a un enorme descampado de tierra. Al día siguiente me entero que se llama Freshwata Field. Y ahí es donde digo lo que nos gusta decir a todos los turistas (aunque todavía estoy en el dilema de si definirme como turista o viajero, quizás sea un viatur (creo que este nombre es de una agencia de viajes) y es que no había otros extranjeros, o por lo menos yo no los ví. Había gente de todas las islas, incluso de Nueva Caledonia, bailando y tocando música en una tarima. Es impresionante ver a esos hombres vestidos con esas faldas hechas de fibras, con el cuerpo pintado de negro, verde, amarillo y rojo, los colores de Vanuatu, saltando y golpendo el suelo con los pies, y tenía que ser impresionante en su momento enfrentarse a ellos, sabiendo que además te quieren comer. En los bailes también intervienen niños mezclados con los adultos, para que la tradición no se pierda y destacaba en el grupo de la isla de Tanna uno de unos 3 años del que todo el mundo estaba pendiente (Sorry, but I forgot my camera in the room and I haven’t pictures. La prochaine fois, j’espere). Cuando ya acabó la actuación del grupo de Tanna, bajaron del escenario y se fueron a reunir con un grupo de gente de su isla que viven en la capital y con los que siguieron cantando y bailando sus canciones entremedio del público en una muestra de que es un folklore todavía vivo. Viendo toda esa gente reunida, sin casi luces, los cuerpos negros, me sentí transportado a una fiesta similar en Mauritania, en uno de los quartiers nombrados a semejanza de los de Paris y donde viven sólo senegales que trabajan allí. El ambiente, los colores, son muy parecidos.
Gente

La última actuación correspondió a un grupo de otra isla que toca esa música que a mi tanto me gustaba en Fiji, pensando que era típica de allá y que ayer aprendí que es genuina de Vanuatu. Se trata de un montón de gente, unos 10, que se apelotonan en el escenario y cantan un tipo de canciones que a mí me parecen una mezcla del country norteamericano, como el que se escucha en Corn Island y del sonido hawaiano. Delicioso! Al grupo le llaman una String Band. Al final de la última actuación Silvia me metió en un taxi-bus con instrucciones para que me dejara en la puerta del hotel y aquí estoy, después de mi primera noche en este país que de momento me gusta.

Algo de historia
Las llamadas Nuevas Hébridas hasta su independencia, hace 32 años, en que pasó a llamarse Vanuatu son un grupo de unas 80 islas con unos 220 mil habitantes y una superficie total de 12,200 km2 (casi el doble que Canarias). Como idiomas oficiales tienen el bislama, inglés y francés, además de hablarse otras 100 lenguas locales, lo que lo hace el país con más idiomas por habitante del mundo pudiéndose encontrar jóvenes que nunca han ido a la escuela y que hablan hasta 12 diferentes idiomas.
En 1906, para evitar la influencia alemana en la zona, los gobiernos francés y británico  establecieron el Condominio anglo-francés sobre las Nuevas Hébridas lo que ha llevado que hasta hoy se conserven ambos idiomas, pero que en su momento duplicó toda la burocracia. Ellos se llaman a si mismos los Ni-Van así que no hay que estar inventando si Vanuatos ni Vanuatenses, sólo Ni-Van.
En Vanuatu llueve entre 2000 y 4000 mm al año, así que aunque ahora sea la época seca puede car un chaparrón en cualquier momento. Parece ser que estas islas se colonizaron hará unos 3000 años, por polinesios que llegaron de las islas centrales del Pacífico en botes que traían hasta 50 personas, animales vivos y plantas cultivadas en los botes. Según fueron colonizando islas y bahías, conservaron sus lenguas originales ya que no tenían contacto entre sí y si lo tenían era para pelearse y comerse unos a otros. El incremento de la agricultura (hace 2500 años) y por lo tanto de la población en las islas, propició también el aumento de la práctica del canibalismo.
En 1606 llegó el primero europeo a las islas, Pedro Fernández de Quirós, un portugués que trabajaba para la corona española, quien pensó que había llegado a Australia, y no fue hasta 1768 en que Louis-Antoine de Bouganville se dio cuenta de que no era así.
En cada uno de estos países que he pasado hay historias de la Bounty y de sus marineros en su periplo hacia Timor, lo que también ocurrió aquí, cuando William Bligh y sus fieles pasaron cerca de las islas del norte, volviendo al cabo de 3 años para dar fe de su descubrimiento.

Lenguaje
Me gusta el bislama y me da que es fácil de aprender. Básicamente es como si un español escuchara a un angloparlante hablar en inglés y lo escribiera tal cual, como a nosotros nos gusta.
Buenos días       =             Gudmoning                       Hasta la vista     =             mi lukem yu
Gracias                 =             tankyu tumas                   Si                            =             Olraet
Hablas inglés     =             Yu tok tok Engglis?          Perdón, no entiendo= Sore, mi no sabe
Hermana             =             Sista                                      Número uno     =             Nambawan       
Perdóne              =             skiusmi                Por favor             =             plis
Cuánto ?             =             hamas ?                              Adonde vas ?    =             Yu go wea ?
1, 2,3….                = wan, to, tri, fo, faef, sikis, seven, eit, naen, ten
Y algunas en español:
Save = You know                                                            Camión = Truck

Nguna Island
Me decido por irme a la isla de Nguna, al norte de Efate. Las instrucciones son que hay que esperar un camión que parará entre las 11 y las 12 del mediodía delante del Hua Store, aunque la tienda en realidad ahora se llama Ling Ping Store. Está en la calle de los chinos, muy concurrida. Ser el único extranjero me ayuda a que todos estén pendientes de mí. Una vez montados en el camión damos varias vueltas por las afueras de la ciudad para que los pasajeros hagan sus compras en los supermercados ya que en la isla no hay tiendas. A las 12 más o menos nos ponemos en camino hacia Emua Wharf, donde llegamos al cabo de 1 hora, pasando por grandes extensiones de palmerales y lugares desiertos a pie de playa. Allí nos esperan 2 botes metálicos que llevan a los pasajeros a Pelé, la otra isla que también tiene bungalows para turistas y a Nguna, adonde yo voy. Me alojo en Paunvina Guesthouse, en el village de Unakapu, que tiene unos bungalows bastante nuevos, limpios y con John y Leipokoa que me hacen de anfitriones, cocinan para mí y se sientan conmigo mientras como. Soy el único huésped en el lugar ya que los expat, sobre todos aussies, que viven en Port Vila suelen venir los fines de semana. La comida es magnífica, tres veces al día con lo que me vuelvo a malacostumbrar y pago por todo 27 euros al día, lo que entra en mi presupuesto. No hay otras posibilidades de gastar dinero en la isla, sólo pasear y bañarse. Como algunos vegetales que no he comido nunca e incluso me atrevo con la papaya, una fruta que siempre he detestado por su olor y que aquí me parece buena. Quizás el truco está en que la acompañan con unas rodajas de limón que al exprimir encima de la fruta le da un sabor completamente diferente.
Me acuesto a las 8 de la noche y me levanto a las 7 de la mañana, con la luz del día y al mediodía tengo que hacer esfuerzos para no dormir la siesta, ya que no quiero abusar. Dicen que uno duerme menos con los años pero en mi caso no parece ser así, será que estoy rejuveneciendo o retrocediendo en el tiempo. No hay luz ni internet y no los encuentro a faltar, bueno, solo un poco.
Casa comunal en Nguna

El único día que hace sol aprovecho para explorar el interior de la isla hacia los pueblos que están hacia el norte, Malaliu, Mere, Matoa…. La gente me para, me pregunta de dónde soy, cuantos días llevo aquí, cuanto me quedo y si me gusta Vanuatu. Cuando ya te lo han preguntado unas 8 veces ya pasas caminando más deprisa cuando ves que alguien hace intención de pararse y volverte a preguntar lo mismo. En todo este viaje lo que más he hecho es caminar, que es lo único que todavía es gratis y no se ha mercantilizado.
Como tengo mucho tiempo y está lloviendo el último día empiezo a leer el libro de The Beach de Alex Garland en inglés, que desde mi viaje por Tailandia quería leer y que al parecer está escrito de una manera muy fácil ya que lo entiendo casi todo. En Filipinas lo intenté comprar y estaba agotado y en cambio lo he encontrado en el Colonial Lodge donde me quedaba en Suva. Creo que hay una película basada en este libro con uno de esos actores famosos como Brad Pitt o similar.
Dormitorio en Port Vila

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