Multas
Cuando
llegué a Nicaragua me saqué la licencia de conducir de este país. No es
obligatorio pero como se verá más adelante a veces puede ser útil, o no.
Nada
más llegar a Nicaragua, a los poquitos días, me paró un policía de tráfico en
Managua y me dijo que me podía multar por tres cosas: por haber hecho mal la
circunvalación cambiándome de carril en medio de la misma (no le dije que yo
estaba en ese momento navegando), por haber entrado a exceso de velocidad
(tampoco quise insistirle que yo andaba cabalgando una ola) y otra cosa no la
entendí (¿sería por el ruido de las olas?). Finalmente después de decirle que
yo era nuevo, que acababa de llegar, que trabajaba en una ONG y poner la máxima
cara de bueno que pude, me dejó ir. Además como previamente le había insinuado que
si no lo podíamos arreglar de alguna manera y me contestó que en ningún caso se
le podía dar dinero a un policía, además de sentirme un poco avergonzado, pensé
que estaba llegando a un nuevo país, donde la antigua corrupción estaba dando
paso a un hombre nuevo, el nicaragüense íntegro. Me fui contento adornando
todavía un poco más todas estas ideas. A los pocos días, yendo de acompañante
con un grupo de españoles de la organización con la que trabajaba, asistí a mi
primera decepción al ver como se llegaba a un arreglito de pagar 200 Córdobas
(10 Euros) para que el policía que nos había parado no pusiera una multa al
conductor y le quitara el carnet.
Un
mes más tarde, iba yo con un poco de prisa a un viaje de unas tres horas de
duración y no quería que se me hiciera de noche por el camino. Cometí el error
de adelantar en línea continua en una recta de unos 3 kilómetros a un
taxista que más que navegando estaba varado en la carretera y no alcanzaba ni
de lejos la velocidad de crucero. Más adelante me esperaban tres policías
literalmente escondidos detrás de un árbol, los que me pararon con grandes
aspavientos. Aquí aprendes rápido sobre cuando un policía te quiere sobornar o
no, ya que empieza a dar vueltas a todo el código de circulación, no saca el
bloc de las multas y empieza a escribir algo en un cuaderno cualquiera. Como
eran tres me salió un poco caro y pagué 30 Euros. Hay que decir que cuando te
para la policía lo primero que hace es pedirte el carnet de conducir y se lo
guarda. En caso de que te ponga la multa, te da un papel amarillo, con el que
deberás en el plazo máximo de un mes ir al banco a pagar la multa y luego
podrás retirar tu carnet de conducir, en alguna de las estaciones de policía,
con lo que la posibilidad de que te pierdan el carnet es elevada.
Mi amiga, la Policia |
Después
de esto, durante bastante tiempo, como unos 6 meses, no me paró la policía,
unas veces porque no estaban cuando yo hacía la infracción, otras por suerte,
ya que paraban al que iba delante de mí, otras porque llovía y no se querían
mojar. Pero cuando ya saboreaba mi buena suerte, yendo para la ciudad de León,
nada más salir de Managua me paró un poli y me puso una multa de 400 Córdobas
(20 Euros) por haber, según él, invadido un carril que no me correspondía. Hay
que decir que muchas veces la policía se pone allí donde saben que la gente
incauta comete errores, bien porque la señalización es incorrecta, como por
ejemplo no adelantar aunque sea en una recta con buena visibilidad, o como en
este caso, porque la señal vertical se rompió o la señal horizontal ya no se
ve, pero mucha gente sabe que estaba y sigue respetando la norma. No era mi
caso y no discutimos mucho: yo no le intenté sobornar y el tampoco me dijo nada.
Se quedó mi carnet y me dio la papeleta amarilla.
A
la vuelta de León, esa misma tarde, por la misma carretera, me puse a adelantar
a un camión y de pronto de la nada salió un policía, se puso en medio de la
carretera y me paró. Para mi desgracia tenía una pistola de infrarrojos que
mide la velocidad a la que uno viene aunque estoy seguro que la de él estaba
trucada ya que marcaba 101
km/h cuando yo iba por lo menos a 120 km/h , pero no quise
discutirle este punto. Cuando le entregué mi papel amarrillo casi le da un
ataque de risa. Me dijo que la multa por exceso de velocidad son 1.500 Córdobas
más los 400 que llevo acumulados hacen un total de 1.900 Córdobas, más de 100
dólares, o sea, más que el salario mensual de una señora de limpieza o similar
a lo que gana un policía como él. Como me quedé sin habla, tomó él la
iniciativa y me preguntó que como podíamos arreglarlo. Yo no sabía si se
refería a su pistolita de infrarrojos o a qué, así que seguí sin decir nada y
entonces, tomándome ya por tonto de remate me dijo que con 200 córdobas
podíamos salir todos de allí contentos. Se los di pero puedo asegurar que en
ningún momento sentí la alegría anunciada.
Dos
semanas después, ya pagué la multa y recogí mi carnet en la comisaría de policía.
Pensé que por este año ya había pagado mi cuota a los poderes públicos, pero
no. Una semana más tarde, viniendo de Jinotega, ya dentro de Managua, me doy
cuenta que estoy en un carril que me obliga a ir a la izquierda y me quiero
cambiar. Cuando lo hago me para un policía y no tengo escapatoria. Aunque esta
vez según el código tiene razón, me duele más el hecho de que me vuelvan a
quitar el carnet que los 400 Córdobas de multa. Me dice que he invadido un
carril poniendo prácticamente en peligro la seguridad mundial. Casi me alegro de
que me haya visto y podamos evitar semejante desastre. Para más recochineo en
la multa me puso como motivo “invación” y pensé si no me estaba haciendo pagar
todo lo que les hicieron nuestros antepasados.
Después
de pasar 2 semanas en España volví de nuevo calmado y dispuesto a recuperar mi
licencia de conducir nicaragüense. Justo 2 días antes de que se venciese el
plazo de 1 mes que te dan para pagar la multa, lo hice en el banco y luego fui
a la policía. Allí me dijeron que no había llegado todavía la licencia, que hay
un ligero atraso y me han dado una prórroga de 1 mes más. Si me para un policía
le tengo que enseñar el ingreso del banco donde por la parte de atrás pone a
mano que es válido por 1 mes. Finalmente, al cabo de unos días y en contra de
todos los pronósticos funcionó y recuperé mi licencia. Ya pude volver a salir a
la calle y alegrar un poco el bolsillo de algunos policías y en otros casos del
erario público.
Ya
en 2010, cuando faltaban 20 días de mi salida del país me volvieron a quitar la
licencia, otra vez por “invación”, pero esta vez pusieron “de carril”. Como la
multa sustituye a la licencia de conducir durante 30 días, pues ya no me hace
falta y les regalo mi carnet nicaragüense, llevándome la multa de recuerdo
En
los 4 años y pico que he estado en Nicaragua he conducido mucho por este país,
unos 100.000 km
por todo tipo de carreteras, buenas, con baches, sin baches, pistas de tierra,
ríos y quebradas y nunca me he quedado tirado. He llevado a mucha gente en
autostop, a la mayoría dentro de la camioneta ya que me da miedo que se caigan
de la tina cuando voy por caminos. Algunos ni me han hablado y con otros me lo
he pasado la mar de bien hablando de todo y contando y escuchando historias. He
visto bastantes accidentes y hasta un atropello que acababa de ocurrir en que
un bus mató a un ciclista. Yo mismo he estado a punto de tener algún accidente
pero finalmente no pasó nada.
Una
de mis pesadillas en Nicaragua siempre fue el pensar en tener un accidente por
pequeño que sea, sobre todo en Managua. Cuando tienes el más leve roce en este
país, tu obligación es dejar el vehículo parado tal cual ha quedado. Si no lo
haces, estás destruyendo pruebas y has perdido el derecho a reclamar. Tienes
que llamar a la policía para que venga a levantar el atestado. La policía
normalmente o no tiene vehículo en ese momento o no tiene gasolina. Por eso
cuando llamas debes decirles que les pagarás o bien el taxi o bien la gasolina
para que vengan. Aunque tarden 3 horas en venir, lo cual suele ser normal, no
debes mover el vehículo. Finalmente llegan y se ponen a medirlo todo y a hacer
croquis como locos. En eso se pueden pasar otra hora. Finalmente, ya con el día
perdido, te puedes ir y debes rezar para que el otro vehículo tenga seguro si
la culpa fue suya o que no soborne al policía para que cambie el croquis, que
de todo hemos visto en este paisito.
Tejados de la ciudad de Granada |
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